La fuerte lluvia que ha caído este sábado por la mañana en Madrid ha pasado por agua el tradicional desfile de la Fiesta Nacional del 12 de octubre y ha obligado a recortarlo drásticamente: se ha suprimido el desfile aéreo, en el que tenían previsto participar 85 aeronaves, y se ha cancelado la llegada de la bandera española desde el aire, traída por un paracaidista de la PAPEA (Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire), así como la tradicional pasada de la Patrulla Águila, que dibujaba con humo los colores de la enseña nacional en el cielo de la capital. Incluso ha habido un momento en el que, al arreciar la tormenta cuando ya habían pasado las unidades motorizadas y faltaba el desfile a pie, el Rey, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, han debatido en la tribuna la posibilidad de suspenderlo.
Finalmente, los casi 4.000 participantes, 166 vehículos motorizados y 210 caballos del desfile terrestre han recorrido los 1.450 metros que separan el Real Jardín Botánico de la Plaza de Colón, por el paseo del Prado y el de Recoletos, aunque la Legión ha desfilado al ritmo normal (120 pasos por minuto) y no al suyo propio (160), como tampoco los regulares (90), para no alargar la duración de la parada militar. El Rey, con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, ha presidido el acto flanqueado por la reina Letizia y la Princesa de Asturias, con uniforme de gala de guardamarina, ya que este año cursa sus estudios militares en la Escuela Naval Militar de Marín (Pontevedra). Felipe VI y Leonor han depositado la corona de laurel en el acto de homenaje a los caídos.
El Gobierno ha acudido casi al completo, incluidos los ministros de Sumar, con la excepción de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; la titular de Igualdad, Ana Redondo; y la de Infancia y Juventud, Sira Rego, de IU. Sin embargo, la gran novedad ha sido la presencia del presidente de la Generalitat catalana por primera vez en 14 años, después de tres lustros de gobiernos independentistas en Cataluña: el socialista Salvador Illa encabezaba la tribuna de presidentes autonómicos, en la que solo han faltado el lehendakari, Imanol Pradales, del PNV; el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, que ha excusado su asistencia; y el de Melilla, Juan José Imbroda, que ha presidido los actos en su ciudad. Han acudido también el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y los portavoces parlamentarios, como el del PSOE, Patxi López, y la de Vox, Pepa Millán, así como el líder de este último partido, Santiago Abascal.
Al contrario que otros años, cuando los abucheos a Pedro Sánchez fueron muy sonoros, esta vez solo se ha oído algún grito y pitido aislado contra el presidente del Gobierno, algo seguramente favorecido por la lluvia, por el hecho de que, como en años anteriores, no se haya anunciado su llegada por megafonía y también por la gran distancia (casi 200 metros) entre las tribunas de autoridades y los espacios acotados para el público. El mal tiempo también ha hecho que la presencia de espectadores fuera sensiblemente menor que en otras ocasiones.
Las misiones internacionales y especialmente la del sur del Líbano —donde la fuerza de paz de Naciones Unidas ha sido repetidamente atacada esta semana por el Ejército de Israel sin que se hayan producido bajas entre los soldados españoles pero sí cuatro heridos de otros contingentes— han sido protagonistas. Ha desfilado la bandera de Naciones Unidas, portada por un piquete de cascos azules, así como las de Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y Chequia; que, con España, forman la brigada multinacional que desde el verano pasado está desplegada bajo mando español en el primero de dichos países, como defensa avanzada frente a Rusia en el marco de la OTAN.
Antes del desfile, Robles ha celebrado una videoconferencia con los contingentes españoles desplegados en el exterior, un total de 3.743 militares en 15 países. Tras la intervención del jefe de los 670 cascos azules españoles destacados de Líbano, el general Guillermo García del Barrio, la ministra le ha respondido: “Es un orgullo que estén ahí, cuídense mucho, sé que lo hacen, que tienen la moral muy alta y nos dan cada día ejemplo. ¡Ojala ese alto el fuego llegue pronto! Y Líbano pueda pueda recuperar esa normalidad que durante muchos años España ha contribuido a que sea la tónica general”.
A su llegada a la Plaza Neptuno, los Reyes han sido recibidos por el presidente del Gobierno, que ha llegado unos minutos antes, la ministra de Defensa, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida. Ha sido ese el momento en que se han escuchadolos primeros gritos aislados contra Sánchez, que se han repetido al término del desfile, que ha comenzado con un retraso y ha terminado antes de lo previsto por los efectos de la tormenta. La celebración del 12 de octubre ha culminado con la tradicional recepción que los Reyes han ofrecido en el Palacio Real, con casi 1.500 personas.
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.