No todas las luces de avería de coches son válidas

Tráfico alerta de que los dispositivos que sustituyen a los triángulos tendrán que poderse conectar a partir del 1 de enero de 2026

Un usuario coloca una luz de emergencia conectada con la DGT en su vehículo, en una avenida de Madrid.Alex Onciu

Los triángulos de señalización de avería tienen los días contados. La Dirección General de Tráfico (DGT) ya eliminó la obligación de colocarlos en autopistas y autovías el 1 de julio de 2023 ante el incremento de atropellos mortales a conductores que se bajaban a ponerlos. Para ello, designó como sustitutas unas luces amarillas denominada balizas V-16 que se ponen en el techo del vehículo con solo alargar el brazo desde el asiento. E...

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Los triángulos de señalización de avería tienen los días contados. La Dirección General de Tráfico (DGT) ya eliminó la obligación de colocarlos en autopistas y autovías el 1 de julio de 2023 ante el incremento de atropellos mortales a conductores que se bajaban a ponerlos. Para ello, designó como sustitutas unas luces amarillas denominada balizas V-16 que se ponen en el techo del vehículo con solo alargar el brazo desde el asiento. Eso sí, el problema ha surgido ahora con estos dispositivos luminosos. Los que está comprando la mayoría de la gente no disponen de tarjeta de teléfono móvil y no están conectados con las plataformas digitales que reciben la señal de alerta y emiten una señal al resto de usuarios y a la Guardia Civil. A partir del 1 de enero de 2026 será obligatorio que lo hagan.

La mayoría de los conductores compra las luces amarillas en grandes superficies o en la Red, en grandes portales de distribución, en los que el precio que puede estar incluso por debajo de un euro, con los gastos de envío aparte. Las publicidades dicen que esos faros están homologados por la DGT. Sin embargo, la realidad es muy distinta. En la página de Tráfico están recogidos los 47 modelos que hasta el momento sí cuentan con el visto bueno. Y para ello deben cumplir unas características: Se trata de balizas de color amarillo que estén dotadas de conectividad y con capacidad de “emitir una luz de 360 grados de alta intensidad de forma intermitente y continua al menos durante 30 minutos”, según recoge la web. Jamás habrá que recurrir “a elementos externos como aplicaciones de teléfonos móviles u otros similares”. Su visibilidad debe alcanzar como mínimo un kilómetro de distancia, incluso con condiciones climatológicas adversas. Además, debe incorporar una pila o batería con una vida útil de 18 meses, sea o no recargable.

En la conectividad es donde radica el problema. Gran cantidad de los modelos que se están vendiendo en la actualidad carecen de esa tarjeta de telefonía móvil que permite el envío del geoposicionamiento al programa DGT 3.0. Este, tras comprobar la veracidad del incidente, emite a su vez una señal de forma automática a los navegadores, a las aplicaciones de movilidad y a los ordenadores de a bordo de los vehículos. De esta manera, los conductores que circulen por esa zona ya estarán informados de que hay un vehículo parado en el arcén y podrán adoptar las medidas de seguridad necesarias, como reducir la velocidad o cambiar de carril. También se reflejará en los paneles luminosos de las carreteras para aquellos usuarios que no tengan vehículos modernos o sistema de navegación.

Señal cada 100 segundos

El dispositivo está configurado de tal forma que emite una señal de activación cada 100 segundos. Cuando se apaga -al haberse solucionado la avería o el accidente-, deja de emitir y la DGT 3.0 da de baja la incidencia.

Las luces conectadas serán obligatorias a partir del 1 de enero de 2026, por lo que hasta ese día se podrán utilizar de manera indistinta los triángulos como las luces. A partir de esa fecha, solo serán válidas las V-16. El problema que está detectando Tráfico es doble. Por un lado, muchos de los dispositivos que se compren ahora no servirán dentro de poco más de un año. Por el otro, la demanda puede dispararse conforme se acerque la fecha de vigencia obligatoria. De hecho, la DGT ha recomendado a los organismos públicos y a las empresas que en sus compras de vehículos incluyan en los contratos la obligatoriedad de aportar desde el inicio estos dispositivos.

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Luz de emergencia conectada con la DGT.Alex Onciu

¿Qué cuesta una luz V-16 que se pueda conectar? En el mercado existen hasta 47 modelos homologados -el último el pasado 21 de agosto- y su precio oscila los 50 euros. Eso sí, siempre tienen que cumplir una característica legal. Deben tener una disponibilidad de conectividad mínima de 12 años -las que se compren ahora estarán como mínimo hasta 2036- y su coste ya está contemplado en el precio de venta, por lo que ningún usuario tendrá que pagar una cuota adicional por el servicio. Al tener una fecha de caducidad -viene en el envase como en el propio dispositivo-, los conductores deberán estar atento a la misma para reemplazarlo.

La DGT decidió eliminar los triángulos de avería al detectar la peligrosidad que supone colocarlos. La legislación obligaba a colocarlo a 50 metros por detrás del vehículo en vías de más de un carril por sentido y también por delante, en caso vías convencionales. La distancia subía a los 100 metros en caso de visibilidad baja o mal tiempo. De media, en los últimos años se han registrado 22 atropellos mortales de conductores que iban a colocarlos. De poco servía que llevaran los chalecos reflectantes que también son obligatorios en vías interurbanas. España es pionero en la utilización de la V-16. Los primeros que la usaron fueron los integrantes del sector de las grúas, al realizar un auxilio en carretera, dado el riesgo que sufren en su trabajo. Según datos de Tráfico, unos 11.000 vehículos efectúan a diario operaciones de ayuda y rescate, lo que supone un alto grado de peligrosidad.

Lo importante es llevarla a mano

La recomendación de la Dirección General de Tráfico es que la luz V-16 se lleve lo más cerca posible del conductor, como en la guantera o en la puerta de entrada al vehículo. De esta forma, en caso de sufrir una avería o un accidente, se puede activar en segundos al colocarla en el techo del automóvil. Basta con apretar el botón para que empiece a lanzar destellos. En ese mismo momento, se conectará con la plataforma DGT 3.0, lo que permitirá transmitir la ubicación del coche en tiempo real y a partir de ahí, avisar de dicha circunstancia a los otros usuarios de la vía. Una vez que se apaga, cesa la señal y se deja de informar al resto de conductores.

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