Sesenta restaurantes estafados con el método de “o pagas un recibo pendiente o te quedas sin luz”

Detenida una banda de estafadores que llamaba a hosteleros a horas de máxima ocupación para pedirles dinero por facturas impagadas que no lo eran

Imagen de una factura de la luz.Aitor Sol

Un hostelero de Guadix (Granada) recibió una llamada un mediodía de diciembre de 2021. Era la hora de servir las comidas, el momento de máxima ocupación para él y sus empleados. La llamada era urgente: su empresa de electricidad le requería el pago de 1.832,15 euros por una factura impagada. O la abonaba en la próxima hora o le cortaban la luz sobre la marcha. El hostelero no debía nada pero no reparó en ello. Solo pensó que había que pagar para poder seguir trabajando. Perdió esos más de 1.800 euros. Posteriormente, se dio cuenta de...

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Un hostelero de Guadix (Granada) recibió una llamada un mediodía de diciembre de 2021. Era la hora de servir las comidas, el momento de máxima ocupación para él y sus empleados. La llamada era urgente: su empresa de electricidad le requería el pago de 1.832,15 euros por una factura impagada. O la abonaba en la próxima hora o le cortaban la luz sobre la marcha. El hostelero no debía nada pero no reparó en ello. Solo pensó que había que pagar para poder seguir trabajando. Perdió esos más de 1.800 euros. Posteriormente, se dio cuenta de que había sido estafado y denunció. Y con ese modus operandi, repetido hasta 60 veces, un grupo de seis personas ha realizado hasta 60 estafas en los dos últimos año y medio. Ahora han sido detenidos y la estimación del botín es de más de 100.000 euros.

Ese no fue el único intento en Guadix (18.527 habitantes). El grupo de estafadores lo intentó hasta en seis ocasiones en fechas sucesivas. Y a partir de ahí, y desde la localidad madrileña de Ciempozuelos, las estafas se extendieron por toda España. Siempre igual: a una hora de máximo trabajo y en la que el empresario, por muy seguro que estuviera de que se encontraba al día de los pagos, no tenía margen de maniobra ni gestor o banco con el que contrastar la información.

Los estafadores tenían información muy precisa de los hosteleros a los que estafaban. No solo conocían su dirección o teléfono, sino también la empresa suministradora de electricidad. Los estafadores dejaban abierta la puerta a solucionar posteriormente cualquier problema derivado de la precipitación y aseguraban a los empresarios que, en caso de error, el dinero les sería devuelto de inmediato. El valor de cada una de esas 60 estafas, explica la Guardia Civil en un comunicado, era siempre algo inferior a los 2.000 euros. Así alcanzaron los 100.000 euros.

El grupo de seis detenidos no eran los únicos intervinientes en la operación ya que usaban personas intermedias, según la Guardia Civil. Eran toxicómanos a los que convencían para que abrieran cuentas a su nombre por una cantidad menor de dinero. Esas cuentas eran paradas intermedias para el dinero estafado que acababa en otras cuentas, las del grupo de Ciempozuelos. También ha sido detenidos los propietarios de tres locutorios madrileños que proveían de tarjetas SIM a nombre de personas inocentes a las que les habían robado los datos. Con esas tarjetas se realizaban las llamadas pidiendo el dinero a los propietarios de los restaurantes.

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