Daniel Sancho acepta una multa de 450 euros por golpear a un hombre cuando esperaba un taxi en Madrid
El encausado, que ha declarado por videoconferencia desde Tailandia, se ha mostrado conforme con la condena
Daniel Sancho, que aguarda sentencia en Tailandia tras ser juzgado por la muerte y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha aceptado este miércoles la condena a multa de 450 euros por otro caso: el que se abrió contra él en España por pegarle un puñetazo en la cabeza a un hombre cuando ambos esperaban un taxi en Madrid a finales de 2019. La Fi...
Daniel Sancho, que aguarda sentencia en Tailandia tras ser juzgado por la muerte y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha aceptado este miércoles la condena a multa de 450 euros por otro caso: el que se abrió contra él en España por pegarle un puñetazo en la cabeza a un hombre cuando ambos esperaban un taxi en Madrid a finales de 2019. La Fiscalía solicitaba una pena de un año de prisión, una indemnización de 2.100 euros a la víctima y que Sancho asumiera el coste de arreglarle el diente que le rompió.
El acuerdo se ha adoptado, según ha explicado el fiscal, teniendo en cuenta que la causa ha estado prácticamente un año paralizada y que el encausado ha consignado los 2.100 euros de responsabilidad civil que se habían estimado para resarcir el daño. El juicio no ha llegado a celebrarse en el juzgado de lo penal número 16 de Madrid porque las partes han llegado a un acuerdo.
Sancho, de 29 años, ha intervenido por videoconferencia desde la prisión de Samui, en Tailandia. Con pelo corto y una blusa de color beige propia de los internos en prisión preventiva, el español se ha mostrado de acuerdo con el relato de los hechos realizado por el fiscal y ha aceptado la pena acordada. Le acompañaba un agente de policía tailandés, sentado al fondo de la habitación, que portaba una mascarilla. En la sala también se apreciaba una bandera del sistema penitenciario tailandés. Cuando se ha dado por terminada la vista, que ha durado escasos minutos, el enjuiciado se ha levantado de la silla y ha dejado ver que iba en pantalón corto de color oscuro y descalzo. No llevaba esposas.
Únicamente las partes personadas en el procedimiento y una quincena de periodistas, que han seguido la sesión desde una sala en un edificio cercano al juzgado, han podido ver la imagen de Sancho en pantalla. No se ha permitido tomar imágenes porque las autoridades tailandesas no lo han autorizado, según fuentes judiciales. La magistrada dictó un oficio para que se acordaran las “medidas pertinentes” para evitar que se pudieran tomar “imágenes o grabaciones no autorizadas que pudieran generar un problema de índole internacional”. Desde que Sancho fue detenido en el país asiático el pasado agosto por la muerte de Arrieta, se encuentra encarcelado.
En Tailandia, Daniel Sancho se enfrenta a una acusación de asesinato premeditado, un delito que está castigado con una pena máxima de pena de muerte. También se le imputan otros dos delitos: el descuartizamiento y ocultación del cuerpo y la destrucción de documentación ajena (el pasaporte del fallecido Edwin Arrieta). El juicio se celebró entre y abril y mayo. Él se declaró culpable del descuartizamiento, pero no de la muerte, que atribuyó a un accidente durante una discusión entre los dos hombres. El fiscal admitió la “dificultad” de probar que la muerte de Arrieta fuera planificada, por lo que abrió la puerta a que la hipotética condena no llegara a ser de pena de muerte. El juez fijó la lectura de la sentencia completa para el próximo 29 de agosto.
La agresión que se ha saldado con un acuerdo judicial este miércoles ocurrió a las cuatro de la mañana del 9 de noviembre de 2019, en las proximidades de la madrileña calle de José Abascal. Según el relato fiscal, Sancho intentó meterse en un taxi sin respetar la cola que se había formado y un hombre, de iniciales J. C., le recriminó su comportamiento. Sancho le propinó entonces un puñetazo en la cabeza, ocasionándole lesiones que tardaron 12 días en curar. La víctima recibió cinco puntos de sutura y perdió un diente.
La defensa de Daniel Sancho solicitó en su día que se le extraditara para ser juzgado por esta causa en España, pero la Fiscalía se opuso al considerar que existían medidas “alternativas” que permitían la celebración del juicio.