Una narcolancha embiste a una patrullera que intentaba dispersar a varias embarcaciones ilegales frente a Manilva

El choque, que no ha provocado heridos, se produjo después de que el alcalde de la localidad malagueña alertase de que los traficantes habían concentrado 11 barcazas frente a la costa

Desperfectos en la zona de popa de una embarcación de la Guardia Civil tras el impacto con una narcolancha este jueves en La Línea de la Concepción (Cádiz).

Una narcolancha ha chocado en la mañana de este jueves contra una patrullera de la Guardia Civil de Algeciras, cuando los agentes trataban de dispersar una concentración de hasta 11 embarcaciones semirrígidas que estaban guarecidas en una zona del mar frente a las costas de Manilva (Málaga). El impacto, en el que no se han registrado heridos, se ha producido frente a la playa de La Alcaidesa (La Línea de la...

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Una narcolancha ha chocado en la mañana de este jueves contra una patrullera de la Guardia Civil de Algeciras, cuando los agentes trataban de dispersar una concentración de hasta 11 embarcaciones semirrígidas que estaban guarecidas en una zona del mar frente a las costas de Manilva (Málaga). El impacto, en el que no se han registrado heridos, se ha producido frente a la playa de La Alcaidesa (La Línea de la Concepción, Cádiz), después de que una de las lanchas de los narcotraficantes intentara abordar la embarcación del instituto armado mientras el resto de embarcaciones huían, según ha denunciado la asociación profesional AUGC y han confirmado tres fuentes policiales a EL PAÍS. El suceso se ha saldado únicamente con leves daños en la popa de la patrullera.

La intervención de la Guardia Civil se ha producido después de que el alcalde de Manilva, José Manuel Fernández (PP), alertase el miércoles a la Comandancia de Marbella de la presencia de un grupo de 11 narcolanchas que estaban abarloadas las unas a las otras frente a la playa de Sabinillas, en Manilva. “Me dijeron que no tenían medios y hasta hoy [por este jueves] no han podido acudir”, ha explicado Fernández, que se ha trasladado por tierra hasta el punto de la costa donde estaban apostadas las embarcaciones ilegales tras saber que el Instituto Armado al fin podía intervenir. La llegada de la patrullera Río Belelle, dependiente del Servicio Marítimo de Algeciras, hizo que algunas de las narcolanchas —potentes embarcaciones semirrígidas de más de diez de metros de eslora y equipadas con varios motores fueraborda— se marchasen y se dispersasen por la zona.

El impacto entre una de las semirrígidas y la patrullera se ha producido después de que una de las narcolanchas no pudiese emprender la huida por un aparente fallo mecánico. El barco del instituto armado puso rumbo a la embarcación para intentar aprehenderla, pero al menos otras cuatro barcazas, “en vez de irse, se pusieron a protegerla y le dieron [a la de la Guardia Civil]”, ha explicado una fuente policial. “Una de ellas nos quiere abordar por el través [dirección perpendicular al barco] y termina dándonos con su proa en nuestra aleta”, ha explicado otro agente conocedor de lo ocurrido. Fuentes oficiales de la Guardia Civil y de la Delegación del Gobierno en Andalucía han negado tener conocimiento tanto de la intervención como del choque.

El suceso se ha saldado sin heridos entre los agentes ocupantes de la patrullera, que suele intervenir en los servicios con hasta cuatro ocupantes. Los daños se han limitado a unos desperfectos en la zona de la popa del barco, fabricado en aluminio y fibra, de más de 20 metros de eslora y de mucha mayor resistencia y tamaño que las semirrígidas de los narcotraficantes. “Suerte que los guardias civiles iban en este tipo de embarcación y no en la de aluminio [una de menor eslora y mayor velocidad que usa el Instituto Armado para las persecuciones], porque, si fuera así, hablaríamos de daños mayores”, han denunciado desde la AUGC en Cádiz. “Si no vemos más casos como estos es porque no se da la ocasión debido a que [los narcos] o huyen o directamente no aparecemos al no tener medios”, han añadido desde la misma asociación.

Las narcolanchas llevaban en la zona malagueña del Estrecho de Gibraltar “una semana”, según asegura el alcalde de Manilva. “Han estado en el término municipal de Casares, pero no entraron en el nuestro hasta este miércoles. Ahí estaban apostados tan tranquilos”, denuncia el regidor. Fue entonces cuando, alertado por la Policía Local de su municipio, avisó a la Comandancia. Fernández asegura que los narcos se han desplazado ahora a la zona de Estepona y Marbella.

El cerco policial y la ilegalización de las narcolanchas desde 2018 provocó un cambio en el modo de proceder de los narcos. Desde entonces, esas embarcaciones se mantienen en alta mar durante meses, a la espera de poder realizar los alijos de hachís y asistidas por un nuevo eslabón del narco, el petaquero, que les acerca víveres, combustibles y cambios de marinería. Sin embargo, cuando los temporales azotan el Estrecho, como ocurre en estos días, los patrones de las semirrígidas se ven obligados a refugiarse en las inmediaciones de la costa.

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Una combinación similar de mala mar, concentración de narcolanchas y respuesta agresiva se dio la tarde del pasado 9 de febrero en el puerto de Barbate, con un desenlace mucho peor. En aquella ocasión, una narcolancha pasó por encima de la pequeña zódiac en la que viajaban seis agentes para intentar disuadir a los narcos resguardados en la bocana del puerto. El ataque, calificado como asesinato por el juzgado que instruye el caso, se saldó con la muerte de los agentes Miguel Ángel González y David Pérez, y dejó heridos a los otros cuatro. En aquella ocasión, el equilibrio de fuerzas era inverso: eran los agentes fallecidos lo que estaban en inferioridad, a bordo de una pequeña semirrígida.

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