Seis detenidos por golpear con bates y maniatar al personal y los clientes durante el atraco a un burdel en Benidorm
Uno de los arrestados es el portero del local, que proporcionó a los miembros del grupo criminal la información necesaria para planificar el asalto
La noche del domingo 5 de marzo, en uno de los clubes de alterne de Benidorm (Alicante), había más prostitutas que clientes. La encargada del establecimiento, una camarera, otras tres mujeres y el portero del local atendían a dos hombres cuando, a las 21 horas, irrumpieron en el club cinco individuos con el rostro cubierto y armados con bates de béisbol y, al menos, un arma de fuego. Todos, client...
La noche del domingo 5 de marzo, en uno de los clubes de alterne de Benidorm (Alicante), había más prostitutas que clientes. La encargada del establecimiento, una camarera, otras tres mujeres y el portero del local atendían a dos hombres cuando, a las 21 horas, irrumpieron en el club cinco individuos con el rostro cubierto y armados con bates de béisbol y, al menos, un arma de fuego. Todos, clientes y trabajadores, fueron maniatados con bridas y golpeados en repetidas ocasiones. Los asaltantes se hicieron con un botín de 7.700 euros y varios teléfonos móviles. Siete meses después, la Policía Nacional ha resuelto el caso con la detención de seis personas, a los que acusa de formar parte de un grupo criminal especializado en este tipo de robos. Entre ellas, el portero del local, quien les había dado al resto de la trama información sobre el club y quien, además, les dio acceso.
En cuanto los asaltantes se marcharon, las víctimas del atraco llamaron al 091. Los agentes desplazados atendieron a los agredidos y procedieron a la inspección ocular del lugar de los hechos, con la que consiguieron dar con las prendas utilizadas por los agresores para ocultar su rostro. Comenzaba así la Operación Lupanar. El siguiente paso fue analizar las grabaciones de varias cámaras de seguridad y de tráfico para detectar los vehículos utilizados en el asalto. De esa forma, los investigadores identificaron a los cinco atracadores que retuvieron a la plantilla y los usuarios del burdel, los golpearon y se hicieron con el dinero que había en la caja.
Los indicios condujeron también a descubrir que el asalto estaba planificado y que los miembros de la banda habían recibido instrucciones precisas para llevar a cabo el atraco. Sin que hayan trascendido más detalles de la investigación, la policía señala que el portero del establecimiento asaltado, que pernoctaba habitualmente en un cuarto anexo del club, y su hermano habían ejercido de santeros, que es como se conoce en el argot policial a las personas que dan información necesaria a los delincuentes para llevar a cabo sus delitos.
Con todos los miembros del grupo criminal identificados, los investigadores entraron en varios domicilios y detuvieron a seis personas, entre ellos el vigilante del club que, inicialmente, se había hecho pasar por víctima. Tras los registros, los investigadores intervinieron la ropa que los asaltantes vestían durante los hechos y los teléfonos móviles que habían sustraído a una de las víctimas. Un repaso a la documentación hallada en las viviendas demostró también que la banda preparaba, al menos, dos golpes más: el vuelco —como se conoce a un robo entre bandas de delincuentes— de una plantación de marihuana y el asalto a un chalet situado en Mallorca en el que un ciudadano ruso guardaba una importante cantidad de dinero, señalan fuentes policiales.
Los seis detenidos pasaron a disposición judicial. Para cuatro de ellos se ha decretado el ingreso en prisión provisional. A todos se les acusa de los delitos de robo con violencia, detención ilegal y pertenencia a grupo criminal. El grupo se considera desarticulado, aunque la policía señala que uno de los autores materiales del atraco no se encuentra en territorio español, por lo que su detención sigue pendiente.