Siete y tres años de cárcel para una pareja por estafarle 145.000 euros a un cura de un pueblo de León

El párroco confió en los embaucadores, que esgrimían graves problemas económicos y a quienes el religioso fue dando dinero. Cuando interrumpió los pagos, recibió una paliza del estafador

Fachada de la Audiencia Provincial de León, en una imagen de archivo.

El cura de Hospital de Órbigo (León, 980 habitantes) quiso auxiliar a una pareja recién llegada el pueblo en 2020. El hombre y la mujer lo convencieron de estar atravesando una difícil situación personal, con graves enfermedades familiares y niños a su cargo, penurias económicas y dificultades para pagar la comida y el alquiler. El párroco, engañado, se volcó con el matrimonio y les consiguió hasta 145.000 euros ext...

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El cura de Hospital de Órbigo (León, 980 habitantes) quiso auxiliar a una pareja recién llegada el pueblo en 2020. El hombre y la mujer lo convencieron de estar atravesando una difícil situación personal, con graves enfermedades familiares y niños a su cargo, penurias económicas y dificultades para pagar la comida y el alquiler. El párroco, engañado, se volcó con el matrimonio y les consiguió hasta 145.000 euros extraídos de su fondo de pensiones, de aportaciones de vecinos y de fondos de la iglesia. El sacerdote solo reparó en la estafa cuando el alcalde y la Guardia Civil lo alertaron de la probable farsa. Entonces dejó de darles dinero. Al poco, el hombre y dos compinches le dieron una paliza al religioso y le intentaron robar. Ahora, el atacante ha sido condenado a siete años y medio de prisión por la agresión y por embaucarlo, y por este segundo hecho, su esposa ha sido penada a tres años de cárcel.

La Audiencia Provincial de León detalla en la sentencia que fundamenta la pena cómo los implicados se mudaron al pueblo en los primeros meses de 2020 y se dirigieron al religioso “mediante ardides e informaciones falsas”. Así, “se ganaron su confianza y le convencieron de que estaban pasando una situación de gran necesidad, con la finalidad de provocar que el sacerdote les diese dinero”, recogen los magistrados, y relatan las calamidades de las que persuadieron al buen samaritano leonés: una grave enfermedad de un hijo y la incapacidad para pagar alimentos y el alquiler. La pareja le insistía en que podrían pagarle de vuelta cuando recibieran un cobro pendiente de un seguro, para lo cual necesitaban más dinero para pagar a un abogado. Entre ese año y el siguiente, en mano y mediante transferencias, fueron esquilmando al párroco, tan manipulado que recurrió a fondos de la iglesia y a ayuda vecinal, cantidades que el religioso siempre terminó devolviendo, para asistir a la familia. Así hasta sumar 144.707 euros que el fallo judicial obliga a los condenados a retornarle al leonés —que ya había sufrido otra estafa años atrás—, además de 5.000 euros como indemnización por la agresión.

El religioso solo sospechó cuando el alcalde de Hospital de Órbigo y la Guardia Civil le hicieron dudar sobre la veracidad de los estafadores. Ante el probable fraude, la víctima detuvo el aporte económico en agosto de 2021. Pocos días después, el beneficiario del engaño y dos esbirros, que no han podido ser identificados, acudieron al albergue parroquial donde residía el afectado. A las tres de la mañana, simulando que uno de ellos era un peregrino buscando refugio a esas horas de la madrugada, lo agredieron en la cabeza y le propinaron patadas. Los ladrones buscaron objetos de valor tras dejar malherido al cura, pero escucharon ruidos en el hospicio y se fugaron sin llegar a llevarse nada.

Fruto de la paliza, el sacerdote sufrió fracturas en el cráneo y otras partes del cuerpo, pasó tres días ingresado en el hospital y necesitó tres meses de rehabilitación. Unas semanas después, dos personas no identificadas accedieron al edificio por la ventana “buscando dinero y efectos”, pero escaparon cuando percibieron ruidos, si bien el pronunciamiento judicial no confirma que estos asaltantes fuesen los mismos que habían golpeado al religioso.

Durante el juicio, celebrado en León el pasado septiembre, el sacerdote de Hospital de Órbigo lamentó haber actuado como “un ingenuo” durante los meses que duró la argucia. “No podía concebir tanta bajeza”, argumentó refiriéndose a cuando el alcalde y los agentes de la Guardia Civil le hicieron “abrir los ojos” tras haberse volcado con el matrimonio y sus falsos dramas.

El párroco explicó en sede judicial que obró movido por la buena fe: “Mi móvil era un principio cristiano de ayuda y solidaridad”. El relato prosiguió sobre la concatenación de mentiras que el hombre se creía con tanta intensidad que extrajo las cantidades de un fondo de pensiones de su propiedad. Asimismo, avisó de esta “obra social” a sus feligreses y vecinos para recabar fondos también por esta vía.

La sentencia zanja los hechos con siete años y medio de prisión para el hombre, tres de ellos por un delito continuado de estafa agravada por el importe defraudado, otros tres por un delito de robo con violencia en casa del sacerdote y otro año y medio por las lesiones causadas al afectado. A su esposa le corresponden otros tres años por el fraude. La pareja acusada admitió ante el tribunal haberle pedido dinero a su vecino, pero no en las ingentes cantidades probadas.

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