El incendio de Tenerife es ya el más grave de España en lo que va de año

Es un incendio “salvaje” y “errático”, según la definición que usó ayer la presidenta del Cabildo insular, Rosa Dávila. Por momentos, las llamas se desplegaron en una columna tan virulenta que ha sido capaz de crear su propio microclima y echar por tierra las previsiones de los meteorólogos. Y, sobre todo, está siendo un incendio voraz. El fuego que asola desde el martes 15 la isla de Tenerife es ya ...

Es un incendio “salvaje” y “errático”, según la definición que usó ayer la presidenta del Cabildo insular, Rosa Dávila. Por momentos, las llamas se desplegaron en una columna tan virulenta que ha sido capaz de crear su propio microclima y echar por tierra las previsiones de los meteorólogos. Y, sobre todo, está siendo un incendio voraz. El fuego que asola desde el martes 15 la isla de Tenerife es ya el que más superficie ha arrasado de cuantos se han declarado en España en lo que va de año, según los datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

En la isla canaria son ya 11 los municipios afectados. La superficie afectada ascendía a mediodía del lunes a 13.800 hectáreas, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Es decir, abarca el 6,7% de la superficie total de la mayor de las islas canarias —el área metropolitana de Barcelona apenas ocupa las 10.000 hectáreas—. Tenerife, además, alberga la mayor masa forestal del archipiélago, con 50.000 hectáreas de superficie arbolada (con gran prevalencia de bosque de laurisilva, muy antiguos), con lo que las llamas han afectado a cerca del 27,6% del total. El perímetro del incendio abarca 90 kilómetros.

En la lista negra de territorios afectados por el fuego destaca también Asturias, comunidad que vivió una primavera devastadora: 12 fuegos quemaron en primavera unas 17.000 hectáreas de su territorio.

Las noticias, eso sí, comienzan a ser más benignas para la población de la isla de Tenerife. La emergencia experimentó una mejoría a partir de la madrugada del lunes. “Vemos la situación mucho más tranquila”, ha asegurado el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, en declaraciones a EL PAÍS. El director de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, el tinerfeño Federico Grillo, que se ha trasladado a la isla para colaborar en la extinción, subraya “con cautela” que probablemente se pueda dar por estabilizado el fuego en breve. Se salvarían así importantes tesoros como el Parque Nacional del Teide, el cual, además, alberga el Centro De Investigación Atmosférica de Izaña, perteneciente a la Aemet y telescopios del Instituto Astrofísico de Canarias.

La evolución de las llamas ha permitido la vuelta a casa de los primeros vecinos desalojados en el municipio de Candelaria y de la mayor parte de los evacuados en Arafo (los dos enclaves donde comenzaron las llamas la semana pasada). A partir de este martes, “en función de la evolución del fuego”, según matizan fuentes del Gobierno canario, se evaluará el realojo de los desalojados en La Esperanza (municipio de El Rosario).

A lo largo de la noche han trabajado 379 personas. Con el alba, se han incorporado progresivamente los 22 medios aéreos disponibles, dos de ellos en tareas de coordinación, que se centrarán en realizar descargas en las zonas más complicadas del incendio. Así las cosas, a lo largo de este martes trabajarán sobre el terreno 275 efectivos de extinción, 115 de seguridad y 40 personas dedicadas a tareas de logística. El objetivo, según han explicado los técnicos del Ejecutivo autonómico, ha sido consolidar toda la parte norte de la emergencia, lo que permitirá desembarcar de manera contundente, tanto con efectivos terrestres como aéreos, en la zona del roque Cho Marcial (parte sur de incendio, en el municipio de Arafo) y evitar así que las llamas puedan avanzar y provocando nuevas evacuaciones en los términos de Fasnia y Arico.

Rapidez y virulencia

Entre la noche del martes 15 y el jueves 17, el fuego se propagó rápidamente en un avance plagado de sucesivos giros en distintas direcciones, un incendio “extremadamente errático”, según la presidenta del Cabildo, Rosa Dávila. La emergencia en esas primeras horas lo hicieron “ingobernable”, según Federico Grillo, quien ha llegado a compararlo con “una avalancha”.

“Aquello corrió como la pólvora”, rememora Clavijo para EL PAÍS. “Ha habido muchísimo calor, y todo eso genera combustible. Está todo muy seco, hay poca humedad relativa y mucho viento”. Todo ello, en una intrincada orografía de abruptos barrancos que se suceden hasta el Teide. “Aquello fue la tormenta perfecta”, sentencia. “Desde luego, quien provocó este fuego lo hizo con pleno conocimiento de causa y con una clara intencionalidad”.

Fue en esos primeros momentos cuando entraron en juego las pavesas, las partículas pequeñas y extremadamente ligeras de materia inflamada que se desprenden de un cuerpo en combustión y que cuando se enfrían acaban por convertirse en ceniza. Pero antes, resultan un peligro en una zona arbolada en plena ola de calor. En el Parque Natural Corona Forestal, que alberga la zona afectada por el fuego, predomina además el pino canario. “Con el fuego, las piñas en los pinares explotan como cotufas [canarismo de las islas occidentales para denominar las palomitas de maíz], y se propagan incandescentes. Por eso, allí por donde pasaba, prendía”.

La rapidez de propagación hizo que las primeras horas fueran de una dificultad extrema. “Las dos primeras noches fueron muy jodidas”, asevera explícito el presidente. “Cuando llegamos y vemos la magnitud empezamos a movilizar recursos, a sacar a gente de permisos, pero se tarda hasta que se logra organizar todo de una forma coherente”, explica. Poco a poco comenzaron a llegar recursos de otras islas y de la península. Pero el fuego se propagó en horas muy complicadas. “Por eso, durante las primeras 24 horas tuvimos que afrontarlo con los medios que tienes aquí”.

La virulencia de las llamas provocó una dificultad añadida. “Por si no fuera poco, todas las predicciones meteorológicas fallaron durante las dos primeras noches”, debido a que era tal la fuerza de las columnas de fuego que generó su propio microclima. “Por eso, los modelos preveían que soplaría el viento del sureste, y llegabas allí, planificabas la operación y luego era noreste”.