Los alcaldes que se sortean el mando con una moneda al aire o a piedra papel o tijera
Varios pueblos de Cuenca, La Rioja, Ávila, Zaragoza, Girona o Granada decidirán el nombre del alcalde lanzando una moneda al aire
Un vecino que metió la papeleta con la esquina rota, otra que llevaba un tachón, otra que estaba sucia o con una marca difusa… Las juntas electorales de varias provincias españolas buscan resolver lo antes posible las reclamaciones de una decena de pueblos repartidos por toda España antes de que un “sorteo” termine decidiendo el nombre del futuro alcalde. La ley no aclara si se resolverá a cara o cruz con una moneda al aire, un dado, una competición de piedra, papel o tijera entre ...
Un vecino que metió la papeleta con la esquina rota, otra que llevaba un tachón, otra que estaba sucia o con una marca difusa… Las juntas electorales de varias provincias españolas buscan resolver lo antes posible las reclamaciones de una decena de pueblos repartidos por toda España antes de que un “sorteo” termine decidiendo el nombre del futuro alcalde. La ley no aclara si se resolverá a cara o cruz con una moneda al aire, un dado, una competición de piedra, papel o tijera entre los aspirantes o el oro y plata con los pies de los candidatos sobe una línea: “Corta, cabe y Consistorio”.
En Casillas, un pequeño pueblo de la provincia de Ávila, en los límites de la Comunidad de Madrid, no cabe mayor división entre sus 650 habitantes. EL PP obtuvo 239 votos, el PSOE otros 239 y la candidatura de Por Ávila, 14 votos. Este viernes, la Junta Electoral examinará los votos y supervisará el recuento para saber si la alcaldesa popular, Beatriz Díaz, que lleva 24 años gobernando, sigue en el poder o si la reemplaza su oponente socialista.
“No puedo hacer declaraciones oficiales, solo soy un funcionario”, respondió un trabajador del Ayuntamiento de Casillas al otro lado de la línea tras la llamada de este periódico. Ante la ambigüedad de la ley sobre el sistema que debe utilizarse, el funcionario que descolgó el teléfono en un Ayuntamiento con apenas cinco trabajadores podría terminar siendo el encargado de lanzar la moneda en el salón de plenos del Consistorio. Es entendible tanta prudencia, tan exigible al funcionario como al árbitro de un Real Madrid-Barcelona al que se le pidiera comentar el ambiente previo al partido. Precisamente el ambiente le sobra a Casillas, dada la altísima participación de los vecinos en las elecciones, una de las más altas de España. Casi el 94% de los vecinos con derecho a voto pasó por las urnas, 30 puntos más que la media nacional.
No fue el único lugar en el que se logró un empate tan preciso. En la provincia de Zaragoza, en el pueblo de San Mateo de Gállego, tanto el PP como el PSOE empataron a 807 votos. En San Asensio, en La Rioja, el PP y el PSOE obtuvieron 371 votos. En Valle del Zalabí, en la sierra de Granada, el PP y el PSOE empataron a 646 votos. Y en Villalba del Rey, en Cuenca, los aspirantes lograron 192 papeletas cada uno en un pueblo de 500 habitantes. Para todos ellos, la ley señala que “cuando en la relación de cocientes coincidan dos correspondientes a distintas candidaturas, el escaño se atribuirá a la que mayor número total de votos hubiese obtenido. Si hubiera dos candidaturas con igual número total de votos, el primer empate se resolverá por sorteo y los sucesivos de forma alternativa”.
En todos los casos, las juntas electorales provinciales revisarán el viernes si se sumaron bien los votos y si las actas son correctas. Acto seguido se examinarán las papeletas sobre las que hay alguna queja: el que estaba sucio, con la esquina rota o pintado con algún color, antes de recurrir a la moneda al aire. El sorteo concede a las partes un 50% de posibilidades de convertir a alguien en alcalde, una posibilidad infinitamente más alta que la de empatar a votos entre casi 2.000 votantes. “Es una casualidad enorme. Casi más improbable a que te toque la lotería”, dice Manuel Sánchez, alcalde de Valle del Zalabí, de Granada, que se juega la reelección. En su caso, una papeleta rota podría lograr el desempate. “El ambiente es bueno porque somos amigos y nos lo tomamos con humor”, explica por vía telefónica desde esta localidad cerca de Guadix, en la que participó el 89% del electorado.
La misma situación se ha repetido en Feliu de Buixalleu, un pueblo de Girona de 804 habitantes, donde Junts y ERC obtuvieron 227 votos. En este caso, el actual alcalde propone repartir la legislatura y que cada partido gobierne dos años. Como en el resto de pueblos, están a la espera de que las autoridades decidan sobre cuatro papeletas con garabatos a favor de ERC, pero el alcalde defiende que el reparto en la legislatura es más salomónico que la “injusticia” que supone depender del azar.
El recuento fue más tenso en la localidad rioja de San Asensio, de 1.100 habitantes, donde el domingo por la noche tuvo que llegar hasta la Guardia Civil. Tanto el PP como el PSOE lograron 371 votos, pero durante el conteo, el ambiente se fue calentando a medida que salían papeletas. Al final del mismo, el PP denunció un intento de “pucherazo” y el PSOE reprochó a los populares la “tangana” provocada. Siete votos nulos tienen la respuesta antes de que las dos Españas de San Asensio, la que encabezan don Juan y don Jesús, alcalde y aspirante, resuelvan sus diferencias lanzando una moneda al aire.