Vox propone el mismo programa electoral para todos los municipios, con incoherencias como proteger las playas de Madrid o “ampliar el metro” de Almería

Las propuestas para las elecciones municipales del partido ultra se deben solicitar aportando un correo electrónico

El presidente de Vox, Santiago Abascal, se hace una foto con los asistentes en un acto de precampaña de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, en Maó, Menorca.Alba Redondoo (Europa Press)

Vox ha presentado un programa electoral único para toda España en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo, aunque cambiándole el nombre en cada municipio. Bajo el lema genérico de “cuida lo tuyo”, en las portadas de los distintos programas puede leerse “cuida Melilla”, “cuida Madrid”, “cuida Almería”, “cuida Toledo”... En el interior, el documento, de 38 páginas, es idéntico en todos los casos.

Presentar el mismo programa ...

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Vox ha presentado un programa electoral único para toda España en las elecciones municipales del próximo 28 de mayo, aunque cambiándole el nombre en cada municipio. Bajo el lema genérico de “cuida lo tuyo”, en las portadas de los distintos programas puede leerse “cuida Melilla”, “cuida Madrid”, “cuida Almería”, “cuida Toledo”... En el interior, el documento, de 38 páginas, es idéntico en todos los casos.

Presentar el mismo programa en todos los municipios es coherente con un partido que presume de tener el mismo discurso en todas las comunidades autónomas, pero da pie a notables incoherencias. Por ejemplo, en el programa de Almería, Vox promete “mejorar y ampliar las redes públicas de transporte urbano e interurbano implementando nuevas líneas de metro”, aunque en la ciudad andaluza no hay suburbano. En Elche, se compromete a “acabar con las medidas restrictivas de las Zonas de Bajas Emisiones [establecidas en el centro de algunas grandes ciudades] por su carácter penalizador y prohibitivo” para los poseedores de los vehículos más contaminantes, una medida que no afecta a la localidad alicantina. En Melilla apuesta por “promover el pastoreo”, en Madrid habla de proteger el patrimonio natural, incluidas playas; y en Talavera de la Reina (Toledo), de cerrar los centros de menores extranjeros no acompañados; además de impulsar “actividades culturales conformes a nuestra identidad y tradición y con tanta afición joven como la tauromaquia” en Galicia.

Aunque no hay en sus programas municipales ninguna alusión concreta a los problemas específicos de cada municipio, Vox asegura que busca la cercanía y aboga por “iniciativas locales y concretas frente a la planificación globalizadora de lejanas élites”, en alusión a lo que supuestamente hacen los demás partidos.

No es esta la única singularidad del programa de Vox. Al contrario de lo que ocurre con otras formaciones, no está publicado en su web, sino que hay que solicitarlo expresamente y se remite por correo electrónico. Es decir, en un momento en que los españoles residentes en el exterior que quieran votar ya no tienen que solicitar la documentación para tramitarlo ―ya que se ha suprimido el voto rogado —, Vox ha creado el programa electoral rogado; aquel al que solo se puede acceder si lo reclama el elector. Este sistema no supone ningún ahorro, pero permite a Vox hacerse con una base de datos con el nombre y correo electrónico de posibles simpatizantes en todas y cada una de las provincias.

En el programa de Vox no hay medidas que puedan imposibilitar pactos de Gobierno con el PP, pero sí hay algunas que pueden chocar con la legislación europea, como el establecimiento de la llamada “prioridad nacional para el acceso a ayudas directas, bonificaciones sociales y programas de acceso a la vivienda”. Además, Vox promete reducir las cargas a las empresas que hagan contratos indefinidos a “trabajadores españoles”; que “todo español” sea atendido cuando lo necesite en centros de atención primaria y ambulatorios; y que “todo español” reciba una educación de calidad. El principio de la “prioridad nacional”, por el que se discrimina a los residentes legales en función de nacionalidad, sin tener en cuenta su nivel de ingresos o las personas a su cargo, es uno de los signos de identidad de la ultraderecha europea y vulnera tanto los tratados de la Unión como las convenciones internacionales de derechos humanos.

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