El grito del conductor del bus que cayó a un río de Pontevedra en Nochebuena con ocho viajeros: “¡No lo controlo!”

La investigación está lastrada por las dificultades para recuperar los datos del tacógrafo, dañado por el agua. El informe definitivo sobre las causas del siniestro que mató a siete personas podría tardar meses

Trabajos para izar el autobús accidentado en el río Lérez el pasado diciembre.Foto: AGOSTIÑO IGLESIAS | Vídeo: EPV / EUROPA PRESS

Instantes antes de las 21.35 de la pasada Nochebuena, el autobús de la compañía Monbus que cubría la línea regular Lugo-Vigo atravesaba el puente de Pedre, en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade, en medio de una tempestad de lluvia y relámpagos. La peor noche del año, según algunos testigos. El autocar de 55 plazas solo llevaba ocho viajeros que iban cómodamente desperdigados entre asientos vacíos, pero que no tuvieron tiempo a reaccionar cuando el con...

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Instantes antes de las 21.35 de la pasada Nochebuena, el autobús de la compañía Monbus que cubría la línea regular Lugo-Vigo atravesaba el puente de Pedre, en el municipio pontevedrés de Cerdedo-Cotobade, en medio de una tempestad de lluvia y relámpagos. La peor noche del año, según algunos testigos. El autocar de 55 plazas solo llevaba ocho viajeros que iban cómodamente desperdigados entre asientos vacíos, pero que no tuvieron tiempo a reaccionar cuando el conductor gritó mientras daba varios volantazos: “¡No lo controlo, no lo controló!”. Fueron sus últimas palabras antes de que el vehículo se despeñase al río. Solo el chófer y una pasajera lograron sobrevivir al impacto tras una caída de 40 metros, según recogen los atestados de la Guardia Civil.

El testimonio de los dos supervivientes ha permitido reconstruir los momentos previos al accidente y arrojar alguna luz a los expertos en siniestros del Subsector de Tráfico de Pontevedra encargados de la investigación. La superviviente María del Rosario González Rocha, residente en Ponteareas, cumplió 49 años en el hospital Montecelo de Pontevedra donde estuvo ingresada varios días por múltiples traumatismos. Fue la primera en contar cómo el autobús se precipitó al río y lo hizo tres días después del suceso. En una declaración escueta desde su cama del hospital, la mujer relató el 27 de diciembre a la Policía Judicial que estaba sentada en un asiento situado justo detrás del conductor con el que iba hablando. “De repente, el chófer gritó ‘¡no lo controlo, no lo controlo!’. Le pregunté ‘¿qué pasa?’ y dio unos volantazos. El autobús se movía de un lado a otro hasta caer al río”, recoge el atestado de la Guardia Civil.

Ya en el lecho del río, la mujer recordó que el chófer le dio su móvil para que llamara al 112, y que estuvieron dentro del autobús una hora aproximadamente, hasta que los servicios de emergencia aparecieron para rescatarlos. En ese momento, el agua ya estaba llegando al techo de la carrocería, según el testimonio de uno de los efectivos de los servicios de emergencia que acudieron en el retén de primeros auxilios. María del Rosario González se dirigía a Vigo para pasar las navidades con su hijo en compañía de una amiga, Mari Luz Álvarez Gutiérrez, de 47 años, residente en Lugo, que fue la séptima víctima mortal rescatada. Su cuerpo apareció dos días después río abajo y no figuraba en la lista de pasajeros.

El 29 de diciembre, cuando el conductor del autobús salió del Hospital Clínco de Santiago donde recibió atención médica, Carlos Monzón, de 63 años, acudió al Subsector de Tráfico de la Guardia Civil donde realizó una primera declaración. Según el atestado, Monzón relató que iba a una velocidad de 70 kilómetros por hora (el límite es de 80) y que perdió el control del autobús al encontrar una bolsa de agua y hacer aquaplaning, por lo que notó que las ruedas traseras se bloquearon. Además, Monzón incidió en que, en esos momentos, tres luces de aviso del cuadro se encendieron, y luego el autocar se fue al río sin poder evitarlo.

Momento del izado del autobús, desde el río Lérez, el 27 de diciembre.Agostiño Iglesias (All rights reserved.)

Junto a los testimonios de los supervivientes, el juzgado número 1 de Pontevedra encargado del caso ha recibido otros atestados con las declaraciones de los servicios de emergencias y otros cinco testigos, los primeros que acudieron al viaducto, ya que, pese a ser un tramo muy transitado, nadie vio caer el autobús al río. Uno de ellos fue el primero en percatarse del boquete que había en el puente y alertó al 061 de un posible accidente. También un conductor que pasaba a diario por ese tramo para ir al trabajo, declaró que se había formado “un río de agua”.

Ayuda del fabricante

Las causas del accidente siguen sin concretarse casi tres meses después del siniestro, el más grave registrado en Galicia desde 1987 cuando en el accidente de otro autocar fallecieron 37 personas en Verín (Ourense). El análisis del tacógrafo recuperado por los buzos de la Guardia Civil el día que lograron izar el autobús del lecho del río todavía no ha dado resultados. Los daños causados por el agua no han permitido a los expertos verificar ningún dato o indicador, entre ellos la velocidad que llevaba el vehículo.

El dispositivo ha sido enviado a la compañía Monbus, propietaria del autobús siniestrado, para que el fabricante intente obtener los datos que precisan los investigadores para cerrar el caso. Este último intento podría retrasar las diligencias tres o cuatro meses más, según indicaron las fuentes consultadas del Subsector de Tráfico de Pontevedra. A la espera de este informe, los especialistas en siniestros han analizado los restos del autocar -12 toneladas de chatarra de hierro y carrocería- y han hecho una simulación del accidente con la inspección ocular sobre la calzada que permite obtener una reconstrucción de lo ocurrido, en el punto kilométrico 66 donde se precipitó al río Lérez.

La demora de los informes periciales definitivos no ha permitido avanzar en la instrucción. Una vez que las causas determinen el grado de responsabilidad del conductor, la jueza tendrá que valorar si cita a Carlos Monzón como investigado por siete delitos de homicidio imprudente grave, o si las indagaciones se tipifican como menos grave o leve. Incluso cabe la posibilidad de que el caso se cierre como un asunto civil.

Entretanto, en el juzgado de instrucción han comenzado a personarse los abogados de los familiares de las siete víctimas mortales, mientras la compañía Allianz, la aseguradora de la empresa Monbus, ya ha iniciado los trámites para abonar las correspondientes indemnizaciones sin esperar a un eventual juicio. “Por el momento el asunto está parado a la espera de que lleguen los informes periciales de Tráfico”, han confirmado fuentes judiciales.

El trágico trayecto comenzó pasadas las 7 de la tarde en la estación de autobuses de Lugo y el autocar tenía previsto llegar a Vigo a las 10 de la noche, pero se quedó por el camino apenas media hora antes de alcanzar su destino. La primera parada que hizo fue en Monterroso (Lugo), donde se subió Mari Luz Álvarez después de visitar en la prisión de esta localidad a su novio. Ya en la provincia de Pontevedra, el autocar hizo escala en Lalín (Pontevedra) y tres cuartos de hora después terminó en el lecho empedrado del río Lérez. Son nueve historias unidas por un fatídico destino. Ninguno de los viajeros pudo llegar a la cena de Nochebuena y siete de ellos fallecieron.

El mal estado del tramo donde se produjo el accidente era una vieja reclamación de hasta siete ayuntamientos limítrofes, sobre todo el de Cerdedo-Cotobade por el número de accidentes que acumula. Un vial que da servicio a una población de más de 218.000 entre las provincias de Ourense y Pontevedra. De hecho, no habían transcurrido un mes del accidente del autobús cuando un motorista perdió la vida en el mismo trayecto.

La tragedia dio todavía más argumentos a los alcaldes que exigieron mejoras en un punto de comunicación esencial que presenta un estado de conservación preocupante, y que requiere obras en la capa de rodadura para dar un acceso seguro a los núcleos de población. El 13 de enero, 20 días después del accidente del río Lérez, el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, anunció que en mayo se invertirá un millón de euros en el acondicionamiento integral de esta carretera.

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