Los huesos hallados en un pozo de Manzanares son del empresario Juan Miguel Isla, desaparecido en julio

Hay dos detenidos, vecinos del pueblo, acusados de un presunto delito de homicidio y presumiblemente implicados en otro caso similar ocurrido en 2019

La Guardia Civil registra este jueves una finca en Manzanares (Ciudad Real), para buscar más pruebas que puedan ayudar a esclarecer la desaparición del empresario Juan Miguel Isla, al que se le perdió la pista en este municipio en julio de 2022.Foto: Jesús Monroy | Vídeo: EFE

El análisis de los restos humanos hallados este martes en un pozo de una finca de Valdepeñas (Ciudad Real) ha concluido que son del empresario desaparecido Juan Miguel Isla, que tenía 59 años cuando se le perdió la pista, el pasado 22 de julio. Las pesquisas que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil viene desarrollando desde hace meses, bajo la instrucción del Juzgado Número 2 de Manzanares, llevaron a...

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El análisis de los restos humanos hallados este martes en un pozo de una finca de Valdepeñas (Ciudad Real) ha concluido que son del empresario desaparecido Juan Miguel Isla, que tenía 59 años cuando se le perdió la pista, el pasado 22 de julio. Las pesquisas que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil viene desarrollando desde hace meses, bajo la instrucción del Juzgado Número 2 de Manzanares, llevaron a los investigadores a ese lugar, propiedad de un conocido tratante de tierras de Manzanares llamado Antonio Caba. Tanto él como un amigo suyo, de unos 70 años, fueron detenidos tras presenciar el hallazgo y están acusados de un presunto delito de homicidio. Además, se da la circunstancia de que otro vecino de Manzanares, Jesús González, buen amigo de Caba, desapareció en 2019, y también después de estar con él inmerso en una transacción económica. Los investigadores y los familiares confían en que la resolución de esta última desaparición arroje luz sobre la primera.

El comercial Antonio Caba, de 48 años, compró esa finca de secano en Valdepeñas poco tiempo antes de la desaparición de Isla y la puso a nombre de un tercero, concretamente del otro detenido, que responde a las iniciales G. R. E. El martes, los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sacaron del fondo de un pozo de cemento ubicado en esa propiedad los restos de un cuerpo humano, que sospechaban podrían pertenecer al desaparecido, como se ha confirmado este jueves. Fue el propio Caba quien los llevó hasta el lugar, tras haber recibido una orden de registro del Juzgado. “Permaneció allí, impasible, sin decir palabra, acompañado de su abogado”, aseguran fuentes de la investigación. Tampoco declaró nada después de que se rescataran los restos humanos, cuando fue detenido acusado de homicidio, a la espera de los resultados forenses.

El hallazgo e identificación del cuerpo de Isla podría servir, además, para desentrañar la desaparición de quien era uno de los mejores amigos de Caba, el también vecino de Manzanares Jesús González Borrajo, de 54 años, de quien no se sabe nada desde el 19 de junio de 2019. Al igual que en el caso de Isla, Caba fue la última persona que estuvo con González. En ambos casos, el tratante actuó como intermediario de una venta. En el caso de Isla, de unas tierras; y en el de González, de unos vehículos de lujo.

Los conocidos de Caba le describen como un hombre “educado”, “venido a menos en los negocios”, “separado y alejado de su familia”, pero también como un tipo “frío” y “embaucador”, “muy listo”, y con un “piquito de oro” y con gran facilidad para las relaciones públicas: “Conocía y le conocía todo el mundo, y tenía buenos contactos hasta entre los mandos de la Guardia Civil de aquí”, señalan. El otro detenido es un amigo suyo, bastante mayor que él, que presuntamente había hecho de cómplice para ocultar el cuerpo de Isla ahora encontrado.

Una tercera persona, también vecino de Manzanares y relacionado con Caba, hace una década “cayó misteriosamente en un pozo”, donde fue encontrado. Por aquel entonces, se consideró un caso de suicidio y el procedimiento judicial se archivó, según confirman fuentes policiales. Del dinero en metálico que los desaparecidos fueron a cobrar no hay ni rastro por ahora.


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