La crisis institucional beneficia al PP, que amplía su ventaja sobre el PSOE

Los socialistas arrastran la desmovilización de su electorado y un 7,9% de sus votantes de 2019 se decanta ahora por Feijóo

Madrid -

La crisis institucional con la que concluyó el año 2022, con acusaciones de golpismo incluidas, parece pasar más factura al Gobierno que a la oposición. En el mes en que el Tribunal Constitucional interfirió por primera vez en un proceso legislativo para anular la tramitación de la norma que pretendía superar el bloqu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La crisis institucional con la que concluyó el año 2022, con acusaciones de golpismo incluidas, parece pasar más factura al Gobierno que a la oposición. En el mes en que el Tribunal Constitucional interfirió por primera vez en un proceso legislativo para anular la tramitación de la norma que pretendía superar el bloqueo en el reemplazo de cuatro de sus magistrados; cuando se aprobó la rebaja de la pena para los delitos de malversación sin lucro personal, se derogó el delito de sedición y se disparó -todavía más- la crispación política, los populares subieron en estimación de voto y el PSOE se resintió, según el barómetro de enero de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. Las entrevistas (2.000) se realizaron entre el 27 y 31 de diciembre. Todos los datos internos de la encuesta pueden consultarse en las webs de EL PAÍS y la Cadena SER.

Los socialistas se dejan casi nueve décimas de expectativa de voto respecto al anterior barómetro y la ventaja del PP es ya de dos puntos sobre el PSOE. En escaños, la distancia a favor de los populares pasa de ocho a 13 diputados al perder los socialistas tres -y quedarse en 109- y ganar el PP dos -hasta los 122-. La suma de los partidos que favorecieron (con su voto a favor o la abstención) la investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020 es superior, de momento, a la del bloque de la derecha, pero la oposición parece haber ganado la batalla del relato en la monumental bronca generada por la falta de renovación de los órganos judiciales que acaparó los titulares del pasado diciembre.

El PP de Alberto Núñez Feijóo obtiene, a 11 meses de las generales, previstas para el próximo diciembre, el 28,9% en la estimación de voto, es decir, 7,9 puntos más que en las elecciones de noviembre de 2019 con Pablo Casado de candidato. Los populares se hacen con el grueso del botín (34,7%) de los antiguos votantes de Ciudadanos y con un 9,5% de los de Vox. Tienen, además, al votante más fiel: un 80,9% de los que escogieron su papeleta en 2019 volvería a hacerlo. Desde las últimas generales, en las que obtuvieron su peor resultado electoral (89 diputados), el PP habría subido 33 escaños, según el barómetro.

Mientras, el partido de Santiago Abascal, que se resintió de las expectativas autogeneradas en las elecciones andaluzas y por la crisis interna provocada tras la salida de su candidata, Macarena Olona, se estabiliza y obtendría hoy unos resultados muy similares a los del barómetro anterior, con un 14% de la estimación de voto, aunque lejos de los resultados de las generales de 2019: pasarían de 52 a 41 escaños. El partido ultra pierde más de tres puntos de fidelidad este mes (un 77,8% repetiría), aunque capta más antiguos votantes del PP (10,5%) que en el barómetro anterior.

Ciudadanos continúa entre la vida y la muerte política. El porcentaje de antiguos votantes que ahora prefieren al PP (34,7%) es superior al de los últimos fieles (30,6%). Las transferencias también consolidan a la marca en el bloque de la derecha —un 6,5% de sus antiguos votantes ahora optarían por Vox— pese a antiguas alianzas con el PSOE.

En el bloque de la izquierda, los socialistas arrastran un doble problema de fidelidad y movilización. Solo un 66,5% de sus votantes de 2019 repetirían; un 13,3% se muestra indeciso y un 7,2% —dos puntos más que hace un mes— prefiere ahora la papeleta del PP. Ese porcentaje es residual a la inversa: solo un 0,3% de los que votaron a los populares en las pasadas generales elegiría ahora al PSOE. Fue precisamente a ese problema, el de la escasa movilización de su electorado, al que los socialistas achacaron su gran palo electoral del año pasado: la pérdida de unos de sus tradicionales feudos, Andalucía, comunidad donde gobernaron durante casi 40 años, ahora en manos del popular Juan Manuel Moreno Bonilla, que gobierna con mayoría absoluta.

El socio de Gobierno, Unidas Podemos, con un 11,5% de estimación de voto, obtendría hoy 31 escaños, uno más que en el barómetro anterior y cuatro menos que en las elecciones de 2019. La formación logra mejorar su fidelidad —el 69,3% repetiría voto— y reduce en tres puntos las fugas hacia el PSOE (9,7%). Más País se mantiene en unos niveles muy similares a los del anterior barómetro (3,6%) y obtendría cuatro escaños, uno más que en las pasadas generales.

Entre los que en las elecciones de 2019 optaron por la abstención, el 36,7% volvería a ignorar las urnas, un 24,2% todavía no ha decidido qué hacer, el 13,5% ahora votaría al PP, el 9,2% al PSOE y el 6,3% a Vox.

ERC, PNV y Bildu repetirían el resultado de 2019 con 13, 6 y 5 escaños respectivamente. JXC ganaría uno, hasta colocarse en 9 diputados. El BNG pasaría de uno a dos.

Solo un 56,2% asegura que irá a votar con toda seguridad en las próximas elecciones. Ese porcentaje sube hasta el 74,3% en el caso de los votantes del PP en 2019, seguido de los de Unidos Podemos (72,6%). El votante del partido que preside el Gobierno, el PSOE, parece el más desencantado y desmovilizado (apenas el 64,3% está convencido de ir a votar) solo por detrás del de Ciudadanos, que se juega la supervivencia y ni siquiera tiene un candidato claro.

Autores

Gráficos: Yolanda Clemente Pomeda

Más información

Archivado En