Arrimadas y Bal escenifican su guerra el Día de la Constitución negándose el saludo
Solo una candidatura conjunta para presidir Ciudadanos que excluya a los dos dirigentes enterraría el hacha de guerra entre ambos
Ni se saludaron. Inés Arrimadas y Edmundo Bal pasaron en torno a una hora bajo el mismo techo del salón de los Pasos Perdidos del Congreso durante los actos conmemorativos del Día de la Constitución, con el hacha de guerra alzada. Separados por apenas unos 10 metros, las acusaciones entre la presidenta de Ciudadanos y su portavoz viajaron de un lado a otro de la solemne estancia gracias a los pe...
Ni se saludaron. Inés Arrimadas y Edmundo Bal pasaron en torno a una hora bajo el mismo techo del salón de los Pasos Perdidos del Congreso durante los actos conmemorativos del Día de la Constitución, con el hacha de guerra alzada. Separados por apenas unos 10 metros, las acusaciones entre la presidenta de Ciudadanos y su portavoz viajaron de un lado a otro de la solemne estancia gracias a los periodistas que se agolpaban en los corrillos.
Un día antes, en la tarde del lunes, ambos dirigentes se habían reunido en privado durante el mismo espacio de tiempo —y también en la Cámara baja—, para abordar la profunda crisis interna del partido, después de una rueda de prensa en la que Arrimadas lanzó una advertencia: se presentará a las primarias para liderar Ciudadanos frente a Bal si el portavoz parlamentario de Ciudadanos no retira su candidatura anunciada el viernes. El encuentro acabó sin una solución clara. Una fuente del entorno del diputado tacha de “mentira” las explicaciones dadas por la presidenta para fundamentar su órdago y cree que la actual líder se aferra al sillón: “Está estirando el chicle”, critica. La candidatura de Bal se mantendrá salvo que se consensúe una lista de unidad no encabezada por Arrimadas ni controlada en la sombra por la presidenta.
La mañana se había ido calentando conforme llegaban a oídos de Bal los dardos del equipo de Arrimadas: “No podemos dejar el partido en manos de alguien que apoya una ley que pone a violadores en la calle”. La ofensiva de la presidenta, que en el Congreso solo cuenta con el apoyo de Guillermo Díaz, se basa en un ataque feroz contra Bal a cuenta de la ley del solo sí es sí. Tan a los pies de los caballos pretenden dejar al portavoz que se cuestiona incluso su capacidad como abogado del Estado, y en cuyo criterio “confiaron como experto en Derecho” para dar su voto a favor a la Ley de Libertad Sexual. Con Díaz de viaje en Málaga, la soledad de Arrimadas se materializó en el Congreso este martes en una imagen: la acompañaba solo su jefe de gabinete, David Martínez. Con todo, dentro de la Ejecutiva, Carlos Carrizosa, Daniel Pérez, Carlos Pérez-Nievas, Félix Álvarez y Fernando Giner están de su lado.
Por contra, Bal estuvo prácticamente toda la mañana flanqueado por los diputados Miguel Ángel Gutiérrez y María Muñoz. Sara Giménez, Juan Ignacio López-Bas y María Carmen Martínez no acudieron al acto, pero también han mostrado su apoyo al portavoz en redes sociales. La tensión deja un ambiente irrespirable. “Y aún nos queda un año de legislatura. Es una vergüenza”, sostiene una fuente parlamentaria de Cs acerca de las acusaciones en torno a la ley de solo sí es sí. “Solo hay problemas con Inés [Arrimadas] cuando votamos en contra del PP”, añaden otras fuentes.
El bando del portavoz insiste en que cada paso dado por la presidenta es una estratagema más para no someterse a primarias. Si el portavoz mantiene su candidatura —y gana—, publicará los resultados íntegros del proceso de escucha de la refundación que no han visto la luz. A excepción de los cuestionarios desvelados por EL PAÍS, el resto se mantiene en secreto bajo un acuerdo de confidencialidad que en el entorno de Bal ahora ven como una herramienta para ocultar la verdad.
“Caras nuevas”
Otros miembros de la ejecutiva como Begoña Villacís y Francisco Igea también apuestan por una candidatura conjunta con “caras nuevas” pero sin la batuta de la presidenta. Tanto la vicealcaldesa de Madrid como el procurador en Cortes trabajan en esa vía. La única alternativa posible, tal como están las posiciones de todas las partes en liza en este momento, es una lista de unidad en la que ni Arrimadas ni Bal ocupen los cuatro puestos de salida —portavoz político, secretario general, coordinador general y vicesecretario general—.
En ese caso, además, se exigirán “condiciones” por parte de Arrimadas y Bal, cuyo entendimiento ahora mismo parece muy lejos. El nombre del eurodiputado y también miembro del conocido como G-8, el equipo que pilota la refundación del partido, Adrián Vázquez, suena entre los afines a Bal como una solución para el número uno. Él, de momento, se niega, según fuentes allegadas. La diputada y también integrante del G-8, María Muñoz, viaja este miércoles a Bruselas, donde se verá con él. “Queremos una solución lo antes posible”, afirman fuentes parlamentarias.