Sánchez busca el cara a cara con Feijóo sobre la protección social
El Gobierno va a poner toda la carne en el asador para paliar lo máximo posible los efectos devastadores de la subida de precios
El Gobierno va a poner toda la carne en el asador para paliar lo máximo posible los efectos devastadores de la subida de precios, sin subidas salariales acordes en el sector privado, pero sí en el sector público, que va a contarlo a los cuatro vientos; y, sobre todo, en comparecencias encadenadas en el Parlamento. Este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido comparecer en el Senado para explicar sus propuestas en la cámara alta y, al tiempo, repetir un cara a cara con el senador y presid...
El Gobierno va a poner toda la carne en el asador para paliar lo máximo posible los efectos devastadores de la subida de precios, sin subidas salariales acordes en el sector privado, pero sí en el sector público, que va a contarlo a los cuatro vientos; y, sobre todo, en comparecencias encadenadas en el Parlamento. Este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido comparecer en el Senado para explicar sus propuestas en la cámara alta y, al tiempo, repetir un cara a cara con el senador y presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, un mes después del primero, al inicio de este curso político. Sánchez se siente seguro en este terreno, sin obviar las hondas e imprevisibles dificultades; Feijóo busca el camino para contraponer críticamente argumentos contra el alud de millones de euros contra la inflación: “La deuda que Pedro Sánchez deja a los hijos y nietos” de los actuales beneficiarios.
No hay lugar para el encuentro entre Gobierno y PP en el debate económico. Dará igual que España se mueva en unos parámetros que no difieren del resto de los socios de la Unión Europea e incluso que su voz y sus propuestas vayan a ser escuchadas e incluso aceptadas en la cúpula comunitaria como punto de referencia para el resto de los países. Las medidas se aprobarán por el Gobierno con una mayoría parlamentaria que, a trompicones, con malas caras y reproches las aceptará ante las urgencias sociales, pero con el rechazo del PP. Aunque el PP de Feijóo llegará a votar a favor, o a abstenerse, de cara a la opinión pública el discurso reflejará una diatriba sin matices.
El jefe de Gobierno este martes en el Senado desgranará las medidas de gasto público pero, sobre todo, el impacto de las mismas en las comunidades autónomas. El marco es la cámara de representación territorial y la caja de resonancia de lo que ocurre en el universo autonómico. Los recursos irán en buena medida a cada comunidad y son ellas las que ya están inmersas en los proyectos a cargo de los fondos europeos.
El jefe del ejecutivo comparece ante el pleno del Senado, a petición propia, cinco días después de que lo hiciera en el Congreso, “para informar de las medidas económicas y fiscales adoptadas por el Gobierno y el papel de las comunidades autónomas en su implementación y en el mantenimiento del Estado de Bienestar”. Este es el epígrafe de la convocatoria de este pleno en el que Alberto Núñez Feijóo actuará como presidente del grupo popular, además de líder del partido.
En la sesión parlamentaria del jueves pasado en la Cámara baja hubo anuncios en materia energética, además de hacer el recopilatorio de todas las bonificaciones al transporte y a las bajadas del IVA. Esas bajadas también las pide el PP. No solo se anticipó en las de gas y electricidad, sino que ahora las demanda para casi todos los productos de primera necesidad. El Gobierno reconoce que las exigencias del PP entran bien al oído, al igual que todo el capítulo de bonificaciones, por ejemplo, que hizo el sábado en un acto con asociaciones de familias numerosas en Santiago de Compostela.
Todo son gastos
No hay más remedio que gastar si el gobierno quiere cumplir con su obligación de proteger a sus ciudadanos. Esta es la tesis que reitera el Ejecutivo y expondrá su presidente este martes. La Moncloa acaba de informar a Bruselas de que añadirá 10.000 millones de euros a las cifras iniciales de los presupuestos para 2023. El gobierno explica a la autoridad comunitaria, en el documento enviado este sábado, que contempla nuevas partidas de gastos para 2022 y 2023 ante “el alto nivel de incertidumbre y de inflación derivados del conflicto bélico de Ucrania”.
No puede el líder del PP negar la incertidumbre y los efectos de la guerra de Ucrania por lo que su discurso saldrá del carril central de lo que es comúnmente aceptado. El líder de los populares no puede desoír las múltiples demandas sociales pero tampoco puede dar la razón al Gobierno en su intención de subir los impuestos a las empresas energéticas, a las entidades financieras y al pequeño número de grandes fortunas para contribuir a sufragar el inmenso caudal de gasto.
Estas medidas no ofenden en absoluto a la inmensa mayoría de los ciudadanos, como reflejó hace dos semanas la última encuesta para este periódico de 40db. Un 80% de los consultados aprobaban esas subidas; porcentaje muy alejado de la intención de voto al PSOE. Feijóo debe desviarse por otras direcciones. “Desde que Sánchez es presidente nos ha costado más de 200 millones de aumento de la deuda cada día; ser progresista es pagar las deudas y no dejarlas a los hijos”, sentenció este domingo en Canarias. Feijóo quiere crecer por todos los flancos y no lo ve imposible.
Cada uno a lo suyo. El presidente del gobierno asegura que hay margen para ese gasto y otros que haya que impulsar, según la gravedad de las situaciones que puedan producirse. En las encuestas persiste la desafección, aunque va suavizándose, de las clases medias bajas y populares hacia el PSOE, y el gasto público es imprescindible para pararla. Ese desapego recorre Europa en detrimento de socialdemocracias antes poderosas y ahora languidecientes; y en favor de derechas y extremas derechas.
En el debate de este martes el presidente pulirá su estrategia en relación al del mes pasado. No habrá olvido, sino todo lo contrario, a que los receptores son todos los senadores de las comunidades autónomas de España y no un exclusivo cara a cara con Feijóo al que no dedicará tanto tiempo y con el que buscará otras fórmulas de reproche que no sean solo las de atribuirle “ignorancia” y “mala fe”.