El abucheo a Sánchez y la ausencia de Lesmes deslucen la vuelta a la normalidad del desfile del 12 de octubre
El presidente ha llegado casi un minuto después que los Reyes, lo que ha hecho que Felipe VI haya tenido que esperarle dentro del vehículo
El desfile de la Fiesta Nacional ha recobrado la espectacularidad y las dimensiones que le quitó la pandemia, pero ha estado marcado por la ausencia del máximo representante de uno de los poderes del Estado. La falta de Carlos Lesmes, quien dimitió el lunes como presidente del Consejo General de Poder Judicial y del Tribunal Supremo, ha marcado la parada militar y la posterior recepción que los Reyes han ofrecido en el Palacio Real a más d...
El desfile de la Fiesta Nacional ha recobrado la espectacularidad y las dimensiones que le quitó la pandemia, pero ha estado marcado por la ausencia del máximo representante de uno de los poderes del Estado. La falta de Carlos Lesmes, quien dimitió el lunes como presidente del Consejo General de Poder Judicial y del Tribunal Supremo, ha marcado la parada militar y la posterior recepción que los Reyes han ofrecido en el Palacio Real a más de 2.000 invitados.
En lo que parece haberse convertido en una tradición, ha sido abucheado e imprecado por parte del público, con gritos de “¡Sánchez, dimisión!” e insultos. El grupo más ruidoso se encontraba a unos 100 metros de la tribuna presidencial y, al contrario de lo que es tradicional en este tipo de actos, no se ha mostrado especialmente entusiasta al paso de la Guardia Civil o la Legión y parecía solo pendiente del presidente del Gobierno.
En contra de lo que marca el protocolo, Sánchez no ha esperado a pie de tribuna para recibir al Rey junto a junto a las demás autoridades. Ha ajustado tanto su llegada que el Rolls-Royce de la Casa Real ha llegado antes y Felipe VI ha tenido que aguardar casi un minuto en su interior a que apareciera el presidente del Gobierno. Algunos han interpretado que La Moncloa ha tratado de evitar que Sánchez estuviera en pleno paseo de la Castellana expuesto a los improperios. Lo cierto es que no se ha anunciado su llegada por megafonía y, tras el acto, el vehículo que lo trasladaba al Palacio Real ha evitado bajar el Paseo de la Castellana, como el resto de la caravana de autoridades, y atravesar la zona donde se aglomeraban los asistentes al desfile.
En una conversación informal con periodistas, durante la recepción posterior ofrecida por los Reyes, Sánchez ha negado cualquier intencionalidad al retraso. “Yo he salido [de La Moncloa] cuando me han dicho”, ha contestado. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha restado importancia a la demora y se ha mostrado convencido que sería involuntaria; mientras que el líder de Vox, Santiago Abascal, ha dicho que le parecía increíble que se impidiera a los Reyes bajar del coche oficial hasta que llegara Sánchez y se ha congratulado de que solo le quede una Fiesta Nacional como presidente antes de que sea desalojado en las próximas elecciones generales.
En el desfile —que ha sido presidido por el Rey, con uniforme de gala de capitán general de la Armada, acompañado por la reina Letizia y la infanta Sofía— han participado más de 4.000 militares, 150 vehículos, 84 aeronaves (58 aviones y 26 helicópteros) y casi 220 caballos. No solo han desfilado los miembros de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil, sino también efectivos de otros organismos implicados en garantizar la seguridad de los ciudadanos (Protección Civil, Salvamento Marítimo, Vigilancia Aduanera, el Cuerpo Nacional de Policía e incluso una unidad de la policía autonómica canaria), cuya presencia ha sido más relevante que nunca.
La estrella ha vuelto a ser la Patrulla Acrobática Águila, con sus siete reactores C-101, que han dibujado por dos veces la bandera española en el cielo de Madrid, esta vez con un combustible renovable fabricado a partir de biomasa gracias a un acuerdo con la compañía Repsol. Aunque la novedad han sido los nuevos aviones Pilatus de fabricación suiza utilizados para instruir a los pilotos en la Academia General del Aire, en San Javier (Murcia).
Todos los presidentes autonómicos del PSOE y el PP, además de los de Cantabria y los de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, han acudido al desfile (la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, agitaba al paso de las tropas una banderola española). Han faltado, como ya es habitual, el presidente catalán, Pere Aragonès, y el lehendakari vasco, Iñigo Urkullu. También estaban todos los miembros del Gobierno —incluidos Irene Montero, ministra de Igualdad, y Alberto Garzón, de Consumo, integrantes de Podemos e Izquierda Unida, respectivamente—, salvo las vicepresidentas primera y tercera, Nadia Calviño y Teresa Ribera, en Washington y Praga, respectivamente; la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, en avanzado estado de gestación; y el de Universidades, Joan Subirats.
En la tribuna de representantes del Parlamento se ha visto charlar por primera vez en público a Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal, que hace pocas semanas se reunieron en secreto. Entre ambos se sentaban la portavoz popular en el Congreso, Cuca Gamarra, y el del PSOE, Patxi López.
La jornada festiva, en cualquier caso, ha estado marcada por la ausencia del ya expresidente del Consejo del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, cuya dimisión se ha publicado este miércoles en el BOE. A su ausencia se ha sumado el plante de una parte de los vocales conservadores del CGPJ, que se quejan del retraso del Ministerio de Defensa en remitirles las invitaciones y, en protesta, no han acudido al desfile y han ido directamente a la recepción en el Palacio Real.
Suspendida en 2020 a causa de la pandemia y recortada a su mínima expresión en 2021, la recepción ofrecida por los Reyes este 12 de octubre ha recuperado todo su esplendor y, con 2.500 invitados, ha contado con una amplia representación no solo de las instituciones sino de numerosas entidades de carácter social.