Cae una red especializada en robos de material de suministro agrícola
A los arrestados se les atribuyen 23 sustracciones en Almería, Granada, Málaga y Alicante, en un botín valorado en 250.000 euros
La planificación de un grupo criminal especializado en robar material de construcción de invernaderos y productos fitosanitarios de uso agrícola con base en Roquetas de Mar y El Ejido (Almería) era muy meticulosa. Sus integrantes, primero, tanteaban los posibles objetivos e incluso los visitaban para comprobar la cantidad de material que almacenaban y sus sistemas de seguridad. Posteriormente, los asaltaban de noche e incluso reptaban por el suelo para esquivar los sensores de vigilancia. Después, escapaban con vehículos también robados, que llenaban de combustible que también sustraían de los...
La planificación de un grupo criminal especializado en robar material de construcción de invernaderos y productos fitosanitarios de uso agrícola con base en Roquetas de Mar y El Ejido (Almería) era muy meticulosa. Sus integrantes, primero, tanteaban los posibles objetivos e incluso los visitaban para comprobar la cantidad de material que almacenaban y sus sistemas de seguridad. Posteriormente, los asaltaban de noche e incluso reptaban por el suelo para esquivar los sensores de vigilancia. Después, escapaban con vehículos también robados, que llenaban de combustible que también sustraían de los lugares que allanaban. La Guardia Civil detuvo en julio a dos de los integrantes, que se encuentran en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial. Un tercer miembro de la banda huyó del país. Los investigadores les atribuyen 23 robos en empresas de suministro agrícolas en Almería, Granada, Málaga y Alicante, cometidos desde 2021, un botín valorado en 250.000 euros.
La operación Fitobesay comenzó a finales del año pasado. Varias naves industriales de la provincia de Almería habían sufrido robos con fuerza en los que desaparecían materiales de fabricación de invernaderos como “plásticos, alambres o tubos de riego”, productos fitosanitarios, herramientas y combustible. Se trataba en todos los casos de “productos muy caros”, relatan fuentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, que ha llevado a cabo la investigación junto al Equipo de Robos en el Campo (ROCA), el servicio cinológico y el de Seguridad Ciudadana de la Comandancia de Almería. La puesta en marcha de un invernadero cuesta “en torno a medio millón de euros”, añaden, para subrayar la importancia de la mercancía sustraída.
La investigación duró varios meses. Los agentes identificaron asaltos con métodos similares en Granada, Málaga y Alicante. Las cámaras de seguridad de algunos de los establecimientos robados, la mayoría mayoristas de productos agrícolas o naves de almacenamiento de empresas y cooperativas del sector, mostraban a ladrones protegidos con tejidos especiales y capuchas, que reptaban por el suelo para evitar que saltaran las alarmas y seleccionaban los productos que más valor podían alcanzar en el mercado negro.
El 12 de julio, la Guardia Civil, registró cinco inmuebles en Roquetas de Mar y El Ejido. En el operativo lograron recuperar “los vehículos utilizados y sustraídos para cometer los delitos, además de 450 litros de combustible, 65 herramientas, algunas de ellas valoradas por encima de los 1.000 euros y medio centenar de productos fitosanitarios”. Dos de los sospechosos fueron arrestados. Uno de ellos pasó por prisión preventiva por orden del juzgado de instrucción 6 de Almería, aunque finalmente todos fueron puestos en libertad con cargos. “La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones, recuperación de otros objetos sustraídos y el esclarecimiento de otros delitos por parte de esta organización”, señala las fuentes consultadas. El tercero está en paradero desconocido, en el extranjero.
Para evitar este tipo de delitos, la Guardia Civil recomienda que las empresas de suministros y almacenaje agrícolas instalen “sistemas de seguridad” y dispongan de servicios de vigilancia nocturna en sus naves. También insta a “denunciar todos los delitos” que se produzcan y a “conservar la trazabilidad de sus productos desde el origen” para facilitar la detección de bandas criminales como la que se ha desarticulado en Almería.