Segunda ola calor del verano: al menos cuatro días con máximas de hasta 46° y noches tórridas a más de 25°

Lo peor de este nuevo episodio extremadamente cálido se vivirá en el cuadrante suroeste peninsular y en Canarias, mientras que el tercio sureste y Baleares serán las zonas menos afectadas

Así se va extendiendo por España la mancha de los 35° y más de este viernes al próximo.CÉSAR RODRÍGUEZ BALLESTEROS / AEMET

España se enfrenta a una nueva ola de calor, que será la segunda del verano en la Península y la primera en las islas Canarias. Aunque la subida de las temperaturas empezó ya el jueves y continuará este viernes, ...

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España se enfrenta a una nueva ola de calor, que será la segunda del verano en la Península y la primera en las islas Canarias. Aunque la subida de las temperaturas empezó ya el jueves y continuará este viernes, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) precisa que la ola propiamente dicha comenzará el sábado en Canarias y el domingo en la Península y durará hasta el lunes en el archipiélago y, “como mínimo”, hasta el miércoles en la Península. Las temperaturas máximas pueden rondar los 44°, 45° y hasta 46° en puntos de los valles del Guadalquivir y del Tajo y las mínimas no bajarán de 25° ―noches tórridas o ecuatoriales― en Andalucía, Extremadura y la zona centro, detalla Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, que apunta a que lo peor se vivirá en el cuadrante suroeste peninsular y en Canarias, mientras que el tercio sureste y Baleares serán “las zonas menos afectadas”. El pico del episodio se producirá de martes a jueves de la semana que viene en el suroeste del país, precisa Cayetano Torres, jefe de comunicación de Aemet.

El cóctel meteorológico tiene todos los ingredientes para que se vuelvan a disparar las temperaturas: altas presiones, una masa de aire cálido y días de mucha insolación. Desde el jueves, explica Del Campo, se está produciendo una estabilización general de la atmósfera, con la presencia de una extensa y potente dorsal ―una zona de altas presiones en niveles medios y altos de la Troposfera―asociada a aire cálido. En verano, una atmósfera estable “favorece el fuerte calentamiento del terreno por el sol y el calor que se transmite al aire inmediatamente superior, lo que provoca una subida de las temperaturas”. Además, la estabilidad atmosférica reduce los movimientos de aire que distribuyen ese calor, de manera que es “especialmente intenso cerca de la superficie y, sobre todo, en zonas a baja altitud y en los valles”.

El jueves comenzó la escalada de las temperaturas, especialmente en el oeste peninsular, y este viernes subirán aún más: se superarán los 35° en el sur de Galicia, en el extremo oeste de Castilla y León y en amplias zonas de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía. La peor parte se la llevarán los valles del Tajo, Guadiana y del Guadalquivir, con entre 38° a 41°. En el mapa de avisos, seis comunidades están en alerta por calor. El aviso es naranja ―riesgo importante, el segundo nivel de una escala de tres― en Andalucía, Extremadura y Canarias, y amarillo ―el primer nivel― en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Galicia.

El ascenso de las temperaturas, continúa el portavoz de la Aemet, seguirá durante el fin de semana y el domingo ya se superarán los 35° en buena parte del interior peninsular y en Baleares y los 38° en el sur de Galicia, la meseta Norte, la zona centro y en el resto de la mitad sur peninsular. En el Tajo, Guadiana y Guadalquivir se rondarán o superarán los 40°, hasta 43° en Badajoz. Durante todo el fin de semana habrá noches tropicales ―con mínimas que no bajarán de 20°― en el área mediterránea, en la zona centro y en la mitad sur y “posiblemente hasta en puntos de Galicia”. El sábado, siete comunidades tendrán aviso por calor, que será naranja de nuevo en Andalucía, Extremadura y Canarias y amarillo en las dos Castillas, Galicia y Madrid. El domingo, los avisos afectarán a siete comunidades, pero el naranja se extiende por Andalucía, las dos Castillas, Extremadura y Canarias, mientras que estarán en nivel amarillo en Aragón y Madrid.

A partir del lunes, explica la Aemet en su aviso especial por ola de calor, se espera que una dana o depresión aislada en niveles altos, que se situará al oeste peninsular, “comience a generar una circulación de sur a norte, que desplazará una masa de aire muy cálida, de origen africano, en todos los niveles, de manera que es probable que a partir del martes se intensifique el ascenso térmico, al menos hasta el miércoles”. Pero la agencia matiza que no se puede dar por acabada la ola el miércoles, porque “todavía existe una gran incertidumbre en cuanto a la finalización de este episodio”.

Tanto el lunes como el martes se superarán los 38° en el valle del Ebro, en buena parte de la meseta norte, interior de Galicia, zona centro y mitad sur, excepto en el sureste, donde “quizá se quedarán algo por debajo”. Se llegará a los 40° en puntos del sur de Galicia, en las zonas bajas de la meseta Norte y en amplias zonas del centro y del suroeste peninsular, mientras que subirán a los 42° en puntos del Miño, el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir. Así, ciudades como Logroño, Zamora, Valladolid y Salamanca podrían rondar o superar los 40° y en Orense, Badajoz y Córdoba incluso los 43° o 44°.

Las noches serán de nuevo muy cálidas, con noches tropicales en amplias zonas y tórridas en puntos de Andalucía central, Extremadura y zona centro, sobre todo en los entornos de las grandes ciudades. Durante el resto de la semana arreciará la ola de calor, con hasta 46° el miércoles y el jueves en Badajoz y el jueves en Córdoba. No habrá grandes variaciones de las temperaturas “al menos” hasta el viernes. Ese día, se espera “el inicio de un progresivo descenso térmico principalmente por el sur peninsular y, de cara al fin de semana, un significativo descenso por el oeste, aunque todavía es pronto para asegurarlo al 100%”, destaca en este sentido Cayetano Torres, jefe de comunicación de Aemet. Las anomalías cálidas de las máximas, apunta Torres, serán “de casi 10º por encima de los valores normales en toda España para el día 13, que es el alcance máximo de los mapas, y más en Galicia, donde pueden llegar a estar por encima de 15º”.

En Canarias, el acusado ascenso térmico se comenzará a notar este viernes, con más de 32° en Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife. En el sur de Gran Canaria, especialmente en las medianías, se superarán los 35°. Las temperaturas seguirán subiendo en el archipiélago el sábado y el domingo, dos jornadas “muy calurosas”, con más de 35° de nuevo en amplias zonas del archipiélago y más de 38° en puntos de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria. En las medianías del sur de esta isla se superarán probablemente los 40°. “A partir del lunes, y especialmente el martes, las temperaturas descenderán de manera acusada”, avanza la Aemet.

Una dorsal de récord

Así es la dorsal que va a causar la ola de calor.ECMWF

Todos los veranos hace calor, sí, casi todos los veranos hay una o varias olas de calor, sí. Pero la potencia de la dorsal que causará esta ola de calor, que se mide en geopotenciales en un nivel de presión de 500 hectopascales, lo que equivale a una altura de unos 5.000 metros, no es normal, destacan los expertos.

“La ola de calor está asociada a una dorsal histórica, propiciada por el calentamiento global. De cumplirse las previsiones, que muy probablemente lo harán, podríamos tener una dorsal de récord, nunca antes vista, sobre la península Ibérica. En 500 hectopascales podrá alcanzar los 600 decámetros geopotenciales, lo que es una barbaridad. Es prácticamente imposible que se formara una dorsal de tal robustez y extremosidad a principios de siglo y probablemente tampoco en los últimos 2.000 años”, subraya el también meteorólogo de la Aemet Juan Jesús González Alemán. 

“Una dorsal típica en España, de las que pueden provocar olas de calor, suele alcanzar 5.900 metros geopotenciales, pero esta va a llegar a 6.000. Cuanto más geopotencial tenga una dorsal implica que más calor hay debajo”, explica González Alemán, para quien estas dimensiones son "un indicativo de que la atmósfera se está comportando de una forma muy extrema”. Y detrás está el cambio climático, porque “cada vez se calienta más la baja Troposfera, por lo que se generan dorsales cada vez más intensas”.


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