Feijóo se rodea de consejeros de Hacienda para centrar la batalla contra Sánchez en los impuestos

Casi dos meses después del congreso en el que resultó elegido presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo ha completado la estructura de su dirección y de los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado. En los cambios destaca el nuevo equipo económico, un grupo clave porque el jefe de los conservadores quiere que el grueso de su estrategia para tratar de llegar a La Moncloa bascule sobre la economía. El equipo está integrado por hasta cuatro co...

Casi dos meses después del congreso en el que resultó elegido presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo ha completado la estructura de su dirección y de los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado. En los cambios destaca el nuevo equipo económico, un grupo clave porque el jefe de los conservadores quiere que el grueso de su estrategia para tratar de llegar a La Moncloa bascule sobre la economía. El equipo está integrado por hasta cuatro consejeros de Hacienda autonómicos, un perfil que sobresale sobre el resto porque la prioridad es dar la batalla al Gobierno por la bajada de impuestos. Feijóo ha seleccionado a dirigentes en activo en el partido con trayectoria y experiencia, porque necesita figuras ya rodadas a falta de solo 18 meses hasta las generales. “Esto es un sprint, no una carrera de fondo”, dicen en el equipo del líder. En la nueva estructura, en la que apenas quedan casadistas, destaca el peso gallego y el andaluz, la falta de paridad de género y que Feijóo recupera a integrantes de la vieja guardia popular.

Feijóo ha encomendado al consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, la vicesecretaría económica del PP, y junto a él se sentarán en el equipo económico de Feijóo otros tres consejeros y exconsejeros de Hacienda autonómicos: el de Galicia, Miguel Corgos; el de Murcia, Luis Marín; y el exconsejero de Baleares, José Vicente Marí. Se trata, por tanto, de especialistas en impuestos, en presupuestos y con experiencia de gestión, porque están gobernando. El perfil es claro para dar la batalla al Gobierno con una política basada en las rebajas fiscales y en la contención del gasto. Aunque nadie habla de recortes en el PP, la ecuación, si se bajan los impuestos y no se quiere aumentar el déficit, solo puede resultar en reducir servicios. Sin embargo, Feijóo trata de robar a la izquierda la bandera de la defensa del sector público. “No vamos a aceptar que haya otros partidos garantes de los servicios públicos”, dijo este lunes en su discurso ante el comité ejecutivo nacional del PP reunido en Génova. “No protege el Estado de bienestar quien compromete su viabilidad”, sostuvo, después de criticar el exceso de deuda española.

En el nuevo equipo económico de Feijóo hay mucho especialista en tributos, pero escasea la visión macroeconómica, consideran fuentes populares del ámbito económico. No obstante, las mismas fuentes reconocen que el grupo es experimentado y muy práctico, aunque no hay figuras de relumbrón o exministros. El equipo se completa con más ténicos autonómicos, como la consejera de Medio Ambiente de Madrid, Paloma Martín; y exaltos cargos, como el ex director general del Ministerio de Empleo, Javier Thibault, que trabajó con Fátima Báñez en la reforma laboral del PP de 2012.

Feijóo ha prescindido del ultraliberal Daniel Lacalle, que fue secretario de Economía de Pablo Casado y es conocido por sus tesis catastrofistas sobre la evolución economía española que no se han cumplido. Sin embargo, fuentes de la etapa anterior consideran que el discurso del PP será bastante continuista, porque sigue basándose en la bajada de impuestos y en cuadrar las cuentas. El nuevo vicesecretario Económico, Juan Bravo, formaba parte ya del equipo de Casado, como otro de los secretarios, a las órdenes de la exministra de Medio Ambiente Elvira Rodríguez, que ahora seguirá aportando al grupo desde el Congreso.

El presidente del PP ha completado además la estructura de Génova y ha reformado las direcciones de los grupos parlamentarios de Congreso y Senado, que él presidirá después de convertirse en senador por designación autonómica esta misma semana. Tal y como queda la foto final, la batuta del poder en la cúpula popular la siguen llevando Galicia y Andalucía, tras el pacto y la amistad que une a Feijóo con el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, pero también han ganado peso Madrid y las dos Castillas. En los grupos parlamentarios se observa el mismo equilibrio de poder gallego-andaluz en los nuevos movimientos: el líder ha situado al diputado andaluz Carlos Rojas como número dos de Cuca Gamarra en el Congreso, y a un gallego, Álvaro Pérez, estrecho colaborador suyo durante años en la Xunta de Galicia, como coordinador del trabajo de las dos cámaras. También ha aupado al diputado gallego Jaime de Olano a portavoz económico en la Cámara Baja.

La dirección de Feijóo no es paritaria y reduce la presencia de mujeres respecto a la etapa de Casado. En el núcleo duro hay 12 mujeres por un total de 33 hombres, un 36%; mientras que en la dirección de Casado había 19 mujeres de 46, el 41%.

En la nueva cúpula sobreviven seis casadistas, aunque de ellos Feijóo ha mantenido a tres muy relevantes, los portavoces parlamentarios: Cuca Gamarra (que además fue promocionada a la secretaría general), Javier Maroto y Dolors Montserrat, que han sido ratificados como portavoces en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, respectivamente. Siguen también Ana Pastor, Ana Vázquez y Juan Bravo.

“Preparados” es el lema con el que se presenta Feijóo, y el líder ha buscado un equipo con experiencia porque “no tiene tiempo para formar a dirigentes”, señalan en su entorno. De ahí también que haya recuperado a algunos de la vieja guardia, como el histórico Javier Arenas, que asciende a portavoz adjunto en el Senado, y a José Antonio Bermúdez de Castro, portavoz adjunto en el Congreso. “Este partido tiene que prepararse para ordenar un posible Gobierno en España”, advirtió este lunes a los suyos el presidente popular, que actúa como si confiara en tener serias posibilidades de llegar a La Moncloa más pronto que tarde.