La muerte de Esther López: qué se sabe y qué no

La autopsia determina que el cuerpo permaneció a la intemperie desde el día de la desaparición | La vallisoletana habría podido sobrevivir de haber sido atendida | Con 3,21 gramos de alcohol por litro de sangre, su organismo rozaba el coma

Levantamiento del cadáver de Esther López en Traspinedo, el 5 de febrero de 2022.Photogenic/Claudia Alba (Europa Press)
Valladolid / Madrid -

La autopsia a Esther López, cuyo cadáver fue hallado en una cuneta de Traspinedo (Valladolid), ya ha aclarado cuándo y de qué murió. Pero no dónde, cómo, por qué. Y sobre todo, quién fue el responsable. El informe concluye que la vallisoletana de 35 años fue atropellada por un coche, que no ha dejado más rastro que las heridas en su cuerpo. El golpe no se produjo en la cuneta húmeda de la VP-2303 donde se localizó a Esther, sino en o...

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La autopsia a Esther López, cuyo cadáver fue hallado en una cuneta de Traspinedo (Valladolid), ya ha aclarado cuándo y de qué murió. Pero no dónde, cómo, por qué. Y sobre todo, quién fue el responsable. El informe concluye que la vallisoletana de 35 años fue atropellada por un coche, que no ha dejado más rastro que las heridas en su cuerpo. El golpe no se produjo en la cuneta húmeda de la VP-2303 donde se localizó a Esther, sino en otro sitio, pero el cadáver siempre estuvo a la intemperie. El informe subraya que la mujer estaba al borde del coma etílico (3,21 gramos de alcohol por litro de sangre) y había consumido cocaína. Los cuatro forenses que firman el informe coinciden en que la causa inmediata de la muerte, ocurrida la madrugada del 13 de enero, fue un “shock multifactorial”, provocado por “un politraumatismo asociado a hipotermia y consumo de tóxicos [alcohol y cocaína]”. El origen del óbito de “etiología accidental u homicida” es “atropello por vehículo de motor a velocidad media-baja”. Estas son las claves de la autopsia.

La causa de la muerte: heridas, frío, drogas...

La mujer sufrió un impacto “a nivel de las nalgas” que le produjo múltiples lesiones, como rotura de cadera [la tenía casi girada], traumatismo craneal, un esguince cervical, infiltrados hemorrágicos, hematomas y luxaciones... unos daños que “no tienen entidad suficiente para producir la muerte de manera instantánea”. El estudio refrenda: “Consideramos que se trata de un atropello en vida, por vehículo de motor, producido a media o baja velocidad, con la confluencia en la causa de la muerte de otros factores, como han sido la intoxicación etílica, consumo de cocaína y la hipotermia”. ¿Se habría salvado Esther López de haber recibido ayuda? “Es una posibilidad cierta”, han replicado varios facultativos.

El lugar de la muerte: la pista de las piedras y la arena

La incógnita que ocupa ahora a los responsables del caso es dónde recibió Esther el golpe, equivalente al de una caída desde una altura de entre cuatro y seis metros. “No se puede descartar que el lugar del atropello haya sido distinto del lugar donde se encontró el cuerpo”, advierten los médicos, que matizan que si se movió a Esther López para cambiarla de lugar, esto se hizo “en las primeras horas después del fallecimiento”. Fuentes de la investigación aseguran que allá donde estuviese el cuerpo, “siempre estuvo en el exterior, no guardado o protegido”, dadas las condiciones de humedad identificadas durante el examen forense. La autopsia indica que entre la ropa y la piel de la vallisoletana se halló “polvo, tierra, arena, piedrecitas, pajas de rastrojos y restos vegetales”. Los agentes que han escrutado el vehículo y la parcela del principal sospechoso actual, Óscar S., se han llevado “decenas de muestras” para buscar posibles coincidencias con lo hallado en la cuneta.

Conclusiones del informe de la autopsia a Esther López.

El lugar del hallazgo: la postura ‘durmiente’ del cuerpo

Las batidas habían peinado Traspinedo, pero no recorrieron el punto donde fue hallado el cuerpo el 5 de febrero. El informe señala que la vallisoletana se encontraba tumbada en la cuneta boca abajo, con la mano derecha apoyada junto a la cabeza (y está orientada en dirección al pueblo) y el otro brazo pegado al cuerpo en el tronco. Tenía una mejilla apoyada, y las piernas juntas, solo algo separadas a partir de las rodillas. Esta postura no se corresponde con la de un cuerpo violentamente proyectado tras un atropello. Los investigadores tampoco han dado con “restos de materiales extraños que pudieran orientar en cuanto al contacto con un objeto o superficie”, es decir, restos de pintura o cristales, ni la acción de un “objeto contundente o afilado”. La autopsia apunta a que el cuerpo estuvo en esa zanja casi desde la misma noche de la desaparición.

Estado de estupor por intoxicación etílica y por cocaína

El análisis químico toxicológico detecta 3,21 gramos de alcohol por litro de sangre, cuando la tasa de alcoholemia máxima, por ejemplo, está entre 0,3 gramos por litro para los conductores profesionales y 0,5 para el resto de automovilistas. También se le detectó 0,1 miligramos de cocaína por litro de sangre, así como metabolitos relacionados con la ingesta combinada de ambas sustancias tóxicas (tenía benzoilecgonina, el metabolito que se busca en los test de drogas, en estómago, riñón e hígado). La tasa alcohólica es tan elevada que los forenses puntualizan: “La concentración de alcohol etílico obtenida puede estar afectada por procesos de generación endógena”. Los médicos consideran una tasa de entre 2 y 3 gramos de alcohol deja a quien lo lleva en estado de estupor, al borde de la inconsciencia, y muy cercano al coma etílico. Esther, de 35 años, medía 1,64 metros de altura y pesaba 58 kilos, una relación determinante frente a los efectos del alcohol y las drogas.

Imagen de la curva donde fue hallado el cuerpo.Nacho Gallego (EFE)

Descartada la agresión sexual y el robo.

El estudio forense descarta tanto el robo como la agresión sexual, porque la mujer llevaba encima todas sus pertenencias y no hay resto alguno de violencia sexual. Esther López llevaba consigo sus posesiones y portaba anillos, colgantes y un reloj... “En un bolsillo se aprecia una papelina blanca doblada, con restos de polvo blanco”, que se entrega a la Guardia Civil, mientras en el otro bolsillo del pantalón porta “una mascarilla negra doblada”. Los restos biológicos hallados junto al cuerpo han resultado ser de la propia Esther.

La agresión sexual queda descartada, ya que no hay restos de semen ni hay “signos de violencia a nivel de genitales”, detalla el estudio del cuerpo, que se realizó en el Instituto de medicina legal de Valladolid. Todas estas conclusiones son el resultado, además, del análisis de 32 muestras corporales. Asimismo, las muestras extraídas de las uñas (en busca de restos de un posible agresor del que la vallisoletana se hubiera defendido) no han dado resultados concluyentes, salvo para decir que “no se detecta ADN de varón”.

Unas fibras desconocidas en las uñas

Lo que sí se ha hallado en las uñas son fibras “que no son compatibles con las fibras que componen la tela del pantalón de la víctima”. También, en la mano derecha se recogió un “vello poco diferenciado” de cuya región anatómica de procedencia no pueden extraerse conclusiones. La mujer presentaba, por otro lado, lo que se denominan “manos de lavandera”, es decir, que las tenía completamente arrugadas por la constante acción sobre ellas de el agua y la humedad.

Minuto de silencio por la muerte de Esther López, al día siguiente del hallazgo del cadáver en Traspinedo.Europa Press (Europa Press)


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