El juez da por acabada la investigación del ‘caso Dina’ tras no hallar indicios contra Iglesias
La tarjeta bajo sospecha presenta “daños” irreparables, según la Policía
El juez Manuel García-Castellón da por acabada la instrucción del caso Dina y, a falta de practicar tres declaraciones que ya se habían aprobado, ha rechazado ampliar el plazo de investigación. El magistrado toma esta decisión tras no encontrar indicios de un supuesto delito de daños informáticos cometido por Pablo Iglesias, ex secretario general de Podemos, ya que la Policía le ha enviado un informe donde explica que no puede aclarar por qué no funciona la tarjeta del teléfono de Dina Bousselham, una de sus exa...
El juez Manuel García-Castellón da por acabada la instrucción del caso Dina y, a falta de practicar tres declaraciones que ya se habían aprobado, ha rechazado ampliar el plazo de investigación. El magistrado toma esta decisión tras no encontrar indicios de un supuesto delito de daños informáticos cometido por Pablo Iglesias, ex secretario general de Podemos, ya que la Policía le ha enviado un informe donde explica que no puede aclarar por qué no funciona la tarjeta del teléfono de Dina Bousselham, una de sus exasesoras, que denunció el robo de su móvil en 2015 y cuyo contenido se encontró copiado en casa del comisario José Manuel Villarejo y además acabó publicado en varios medios de comunicación. El juez mantenía que el político la había dañado.
García-Castellón, que puso en la diana a Pablo Iglesias en 2020, se encontraba a la espera de dicho informe de la Policía Científica. Lo encargó después de que el Tribunal Supremo rechazase imputar al entonces líder de Podemos y le devolviese la causa por falta de indicios. Según la teoría del magistrado, el exvicepresidente del Gobierno había recibido la tarjeta de Bousselham en enero de 2016 de manos del presidente del Grupo Zeta, editor de la desaparecida revista Interviú, y “se la guardó sin decírselo a su propietaria”. Entonces, según su tesis, el dirigente político dañó el dispositivo y, a raíz de que la copia del contenido se publicase en varios medios, urdió un plan con el objetivo de aprovecharse de la instrucción judicial para inventarse una conspiración y presentarse como víctima.
En el escrito que envió al Supremo para imputar a Iglesias, el magistrado ya afirmaba que “no hay una prueba directa de la destrucción material de la tarjeta por parte” del político, pero añadió que presenta un “fallo” interno que le atribuye a él. De ahí que encargara este último informe a la Policía para intentar averiguar las causas que impiden acceder al dispositivo.
Una vez recibidas las conclusiones de los agentes, el juez ha dictado este jueves un auto para dar por acabadas las pesquisas. Según consta en su resolución, “no se desprende la necesidad de ninguna diligencia ulterior que se derive del informe”. Además, el magistrado añade que tampoco necesitará practicar más pruebas derivadas de los interrogatorios que quedan pendientes y que le ordenó la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional: el de la propia Dina Bousselham y su pareja; y el de Eugenio Pino, exdirector Adjunto Operativo de la Policía, que se fijó para trata de esclarecer si Villarejo informó a sus superiores de que tenía una copia del móvil de la asesora de Iglesias.
Una tarjeta con “daños” irreparables
El informe de la Policía Científica sobre la tarjeta, al que ha tenido acceso EL PAÍS, concluye que no se pueden determinar las causas ni el momento en que se estropeó la tarjeta. Tampoco se ha conseguido determinar la fecha de la última vez que se accedió a su contenido, ni se ha podido recuperar información sobre la modificación, creación o borrado de los archivos que se “encontrasen almacenados en la memoria en su momento”. Según explican los investigadores, el dispositivo presenta “daños” irreparables y, “de los dos cristales de 16 gigabytes que componen la memoria, solo ha sido posible el acceso a uno de ellos”, pero su contenido no puede descodificarse.