España lidera el plan de rescate de la ONU en Libia en caso de emergencia

La OTAN tiene listo un operativo para sacar a 200 empleados de Naciones Unidas

El buque de asalto anfibio 'Castilla' en Tazacorte (La Palma).Luis G. Morera (EFE)

El Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad, embarcado en el buque de asalto anfibio Castilla de la Armada española, es el centro de mando de la operación de rescate del personal de Naciones Unidas en Libia. El plan está preparado, pero no se activará, según fuentes militares, hasta que un deterioro de las condiciones de seguridad en el país magrebí no aconseje extraer a los alrededor de 200 miembros de la UNSMIL (Misión de Apoyo de Naciones Unidas para Libia), que se puso en marcha en 2011, ...

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El Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad, embarcado en el buque de asalto anfibio Castilla de la Armada española, es el centro de mando de la operación de rescate del personal de Naciones Unidas en Libia. El plan está preparado, pero no se activará, según fuentes militares, hasta que un deterioro de las condiciones de seguridad en el país magrebí no aconseje extraer a los alrededor de 200 miembros de la UNSMIL (Misión de Apoyo de Naciones Unidas para Libia), que se puso en marcha en 2011, tras la caída del régimen del coronel Gadafi.

El plan ha sido elaborado por la OTAN a petición de Naciones Unidas y es la primera vez, según las fuentes consultadas, que la ONU pide a la Alianza Atlántica que prepare la evacuación de su personal de una zona de conflicto por si fuera necesario llevarla a cabo. Varios países aliados han ofrecido medios para este plan, pero la “nación marco”, que aporta el cuartel general y el grueso de la fuerza, es España durante este periodo. Está previsto que a partir del próximo verano se haga cargo Italia.

Los bandos implicados en la guerra civil libia firmaron un alto el fuego en octubre de 2020 y se acordó la celebración de elecciones presidenciales el pasado 24 de diciembre, pero estas fueron aplazadas, lo que ha abierto una nueva fase de incertidumbre. La presencia de milicias armadas y tropas extranjeras —mercenarios rusos con el mariscal Hafter y turcos con el Gobierno de Trípoli— es otro factor de desestabilización del país.

Naciones Unidas ya tuvo que evacuar a sus empleados en Libia en 2014, ante el agravamiento de la violencia, pero entonces los sacó por carretera hasta Túnez. Ahora, el plan de evacuación contempla distintos escenarios, incluido el más peligroso: la necesidad de entrar en fuerza para sacar al personal mediante una operación de desembarco anfibio. Lo lógico es que no se llegara a esta situación y que fuera posible realizar la evacuación por carretera, en avión o barco.

En todo caso, el plan de la OTAN prevé el empleo de aviones militares de transporte, cazabombarderos para controlar el espacio aéreo o fragatas para vigilar las aguas próximas. Aunque el personal de la ONU no es muy numeroso, se da por descontado que en una situación de ese tipo habría que evacuar también a residentes extranjeros. La evacuación de Afganistán, el verano pasado, puso en evidencia que en un país en conflicto la situación puede agravarse muy rápidamente y puede ser necesario el envío de una fuerza para garantizar la operatividad de infraestructuras básicas como puertos y aeropuertos.

En junio pasado, antes de viajar a Trípoli, el presidente Pedro Sánchez anunció que España participaría en la misión de la ONU en Libia. Defensa concretó que se enviarían cinco militares desarmados en misión de observación, a los que podrían sumarse miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, pero aún no se han incorporado.

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