La Guardia Civil desarticula una red que introducía hachís de África por Tenerife
Las fuerzas de seguridad detienen en tres operaciones distintas a los 27 integrantes de la banda y aprehenden más de nueve toneladas de esta droga
La Guardia Civil ha desarticulado una red de tráfico de hachís que se dedicaba a introducir esta droga por las playas de la isla canaria de Tenerife procedente de África y ha detenido a 27 personas de origen marroquí y español, de las que 20 han ingresado en prisión. Las fuerzas de seguridad se han incautado en tres operaciones sucesivas de más de nueve toneladas de hachís, 1,3 kilogramos de cocaína, dos embarcaciones neumáticas, cuatro motores fuera borda,...
La Guardia Civil ha desarticulado una red de tráfico de hachís que se dedicaba a introducir esta droga por las playas de la isla canaria de Tenerife procedente de África y ha detenido a 27 personas de origen marroquí y español, de las que 20 han ingresado en prisión. Las fuerzas de seguridad se han incautado en tres operaciones sucesivas de más de nueve toneladas de hachís, 1,3 kilogramos de cocaína, dos embarcaciones neumáticas, cuatro motores fuera borda, tres vehículos, 13 armas de fuego, siete armas cortas, cinco armas largas tipo rifle y un arma de fuego artesanal de un solo disparo, además de cuatro teléfonos encriptados, aproximadamente 24.000 euros en efectivo, seis GPS para la navegación, y documentación relacionada con la actividad ilícita. “Es una estructura particularmente grande”, han explicado fuentes de las fuerzas de seguridad.
Esta operación, conocida como Lamak, se remonta a mediados de 2020, según ha explicado la Guardia Civil en un comunicado de prensa. Los agentes obtuvieron entonces las primeras informaciones sobre la presencia de una organización criminal asentada en Tenerife con la capacidad suficiente para introducir grandes cantidades de hachís en la isla.
Las investigaciones posteriores permitieron descubrir que el entramado “había conformado una fuerte estructura” con una capacidad logística que le permitía llevar a cabo desembarcos de más de 1.000 kilos de hachís con periodicidad mensual en cualquier punto de la costa de la isla. La primera operación se produjo en marzo de 2021. En esa ocasión se intervinieron dos furgonetas que transportaban 3.500 kilos de hachís recién descargados en una playa del municipio de San Miguel de Abona (sur de Tenerife).
Dos meses después, los agentes detectaron los preparativos para una “inminente llegada” de una nueva partida, lo que llevó a establecer servicios de vigilancia que detectaron la llegada a una playa del municipio de Arico (sureste) de una embarcación que transportaba 1.800 kilos de hachís. En agosto de ese mismo año, la organización trató de introducir un alijo de más de 2.000 kilos en una playa del norte. “Este intento fue de nuevo frustrado por los agentes”, explica el cuerpo armado, que detalla que en esta ocasión, además, “se procedió a la intervención de dos armas de fuego con su correspondiente munición, las cuales la organización pretendía enviar a Marruecos”. Al día siguiente se interceptó una furgoneta conducida “por el líder de la organización”, un ciudadano español, que iba a comenzar con el transporte de 1.800 kilos de hachís. Sobre esta persona pesaban, según la Guardia Civil, cinco requisitorias judiciales para su búsqueda e ingreso en prisión.
Otras operaciones
Las labores para controlar la entrada de droga en Canarias ocupan buena parte de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad. En julio, la propia Guardia Civil y la Policía Nacional intervinieron casi cuatro toneladas de hachís en una operación que descubrió a un grupo de narcos que, presuntamente, utilizaba las islas como nueva vía de entrada al país. Según las fuerzas de seguridad, esta red importaba la droga desde África a España con el objeto de distribuirla por la Península y por Europa.
En septiembre, una operación conjunta de Policía Nacional, Guardia Civil y Agencia Tributaria permitió intervenir, a 600 millas al oeste de Canarias, un velero que transportaba 1.200 kilos de cocaína procedente de Latinoamérica y que tenía como destino la Península. La intervención se saldó con dos detenidos. Ese mismo mes, el cuerpo armado desarticuló una organización criminal asentada en las islas y detuvo a cuatro miembros del clan Skaljari, una mafia del narcotráfico originaria de Montenegro, “conocida por su violencia”. El entramado criminal había establecido un canal de introducción de cocaína en las islas Canarias que acopiaba en viviendas alquiladas en residenciales de lujo.