El yihadista que amenazó al juez De la Mata se arrepiente y acepta seis años de cárcel
Abdelaziz Agzennay Atouf admite en el juicio haber elaborado los vídeos que incitaban a atentar contra el magistrado y reniega del Estado Islámico
Cuatro monosílabos de respuesta a sendas preguntas han permitido a Abdelaziz Agzennay Atouf, detenido en octubre de 2019 como autor de los vídeos en los que se incitaba a atentar contra el entonces juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, mostrar su arrepentimiento por aquellos hechos y desmarcarse del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) durante el juicio que se ha celebrado este lunes c...
Cuatro monosílabos de respuesta a sendas preguntas han permitido a Abdelaziz Agzennay Atouf, detenido en octubre de 2019 como autor de los vídeos en los que se incitaba a atentar contra el entonces juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, mostrar su arrepentimiento por aquellos hechos y desmarcarse del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) durante el juicio que se ha celebrado este lunes contra él en la Audiencia Nacional. En la vista, de poco más de 15 minutos, la Fiscalía y la defensa del único acusado han llegado a un acuerdo para que el joven admita su responsabilidad en los hechos y acepte una pena de seis años de prisión y cinco de libertad vigilada por un delito de colaboración con organización terrorista. El ministerio público había pedido en su primer escrito de acusación 12 años por las amenazas al magistrado y otros ocho por integración en el grupo armado. El juicio ha quedado visto para sentencia.
El interrogatorio a Abdelaziz Agzennay ha sido breve y destinado a que mostrara, precisamente, su arrepentimiento. “¿Se reconoce autor de los hechos?”, le ha preguntado la Fiscalía, ante lo que el joven, en cuyo domicilio se encontró material susceptible de ser utilizado para elaborar explosivos, respondió con un rotundo “sí”. Ha sido la misma respuesta que ha dado cuando, a continuación, el ministerio público le ha planteado si estaba “arrepentido”. En su turno, la defensa ha ido en la misma línea. “Esto no va a volver a suceder, entendemos”, le ha interpelado. “No”, fue la respuesta del joven. Idéntica a la que ha utilizado inmediatamente después, cuando su abogada le ha cuestionado si compartía el ideario del ISIS.
Abdelaziz Agzennay, que en la actualidad tiene 25 años, fue detenido por agentes de la Policía Nacional el 1 de octubre de 2019, acusado de ser el presunto responsable en España de Muntasir Media, la red propagandística del Estado Islámico. Desde un piso de Parla (Madrid), donde residía con sus padres y hermanos, editaba material propagandístico en los que se incitaba a la comisión de atentados en España. Entre ese material, los agentes localizaron un vídeo y una infografía que reflejaban su supuesta obsesión por matar al juez José de la Mata (actualmente representante de España en Eurojust, la agencia europea de cooperación para luchar contra el terrorismo y la delincuencia organizada), así como instrucciones sobre cómo atentar contra él. Tras el análisis del material informático que se le intervino tras su arresto, los investigadores también concluyeron que Abdelaziz Agzennay “estaba firmemente determinado a cometer un atentado” y que, por ello, había adquirido material con el que fabricar un artefacto explosivo casero. Además, se localizó un vídeo en el que aparecía el joven reivindicando en árabe una futura acción terrorista cometida en nombre del Estado Islámico.
La pista canadiense
Este lunes, en la vista ha declarado un único testigo, uno de los policías que participó en las pesquisas que desembocaron en la detención de Abdelaziz Agzennay. El agente ha detallado al tribunal que las investigaciones se iniciaron en 2018, tras detectarse la difusión a través de la aplicación de mensajería instantánea Telegram de una treintena de vídeos e infografías, parte de ellos en castellano, en los que se alentaba a la comisión de atentados en España y que habían tenido una “enorme difusión a nivel nacional e internacional”. El agente ha señalado que fue, precisamente, en uno de los vídeos en los que se amenazaba al juez De la Mata, difundido la tarde del 26 de julio de 2019, solo dos meses antes del arresto, donde encontraron la pista que permitió localizar a su autor.
Se trataba de una serie de fragmentos de imágenes que Abdelaziz Agzennay había utilizado para crear el vídeo y que conservaban la llamada marca de agua (logo o texto que se coloca sobre un documento informático o archivo de imagen para evitar su comercialización ilegal) que correspondía a una empresa de material multimedia de Canadá. El agente ha detallado que fue esta compañía la que les indicó que todos aquellos fragmentos habían sido descargados el mismo día desde una única dirección IP (número único que se le asigna a tu equipo para identificarlo cuando se conecta a una red). El posterior rastreo de la policía permitió situar esta en el domicilio en el que el joven vivía en Parla.
El policía también ha detallado que, durante el registro, se localizaron notas manuscritas sobre la edición de los vídeos, así como diverso material multimedia que se utilizó para crearlos, entre ellas el dibujo de una diana que se colocó sobre una fotografía del juez De la Mata en el vídeo en el que se instaba a atentar contra él. El agente también ha recordado que se encontraron “productos cotidianos” (agua oxigenada, peróxido, un despertador, balines, un interruptor, bombillas...) susceptibles de ser utilizados para conseguir los elementos necesarios con los que fabricar artefactos explosivos, y que parte habían sido manipulados siguiendo las indicaciones de manuales terroristas que circulan por internet.
El testigo ha añadido que, según las pesquisas, Abdelaziz Agzennay aún estaba “experimentando” para hacerlo (según reveló el historial de búsquedas de su teléfono móvil, cuando fue detenido buscaba urgentemente un lugar seguro donde elaborarlo sin peligro para sus familiares si salía algo mal), pero también que los técnicos en desactivación de explosivos de la Policía, los conocidos como Tedax, aseguraron en sus informes que “estaba cerca” de lograrlo.