Los traficantes de droga cambian las lanchas por ‘narcovuelos’
La Guardia Civil desmantela una organización que introducía hachís por vía marítima y aérea, lo que le permitía expandir su radio de acción e introducir la droga directamente en el interior del país
Por tierra, por mar y también por aire. La presión policial a los narcos que operan en el Guadalquivir les ha obligado no solo a ampliar territorio, sino a diversificar sus vías de transporte para trasladar los portes de hachís. En avionetas y helicópteros transportaba la droga la última organización criminal desmantelada por la Guardia Civil en una operación que se ha iniciado este lunes a las seis de la mañana y que aún sigue abierta. En los más de 23 registros se han detenido a 24 personas y se han incautado hasta el momento de un helicóptero y de tres avionetas
“También utilizaban l...
Por tierra, por mar y también por aire. La presión policial a los narcos que operan en el Guadalquivir les ha obligado no solo a ampliar territorio, sino a diversificar sus vías de transporte para trasladar los portes de hachís. En avionetas y helicópteros transportaba la droga la última organización criminal desmantelada por la Guardia Civil en una operación que se ha iniciado este lunes a las seis de la mañana y que aún sigue abierta. En los más de 23 registros se han detenido a 24 personas y se han incautado hasta el momento de un helicóptero y de tres avionetas
“También utilizaban la vía marítima, pero la vertiente aeronáutica es un hecho noticiable por la cantidad de aeronaves de las que disponían”, explican fuentes cercanas a la investigación, que llaman a la cautela porque la operación, en marcha, está bajo secreto de sumario. No es la primera vez que se desmantela una organización que utiliza avionetas para hacer transportes de hachís —de hecho es una vía alternativa a las lanchas que cruzan el Estrecho y surcan el Guadalquivir, de la que se tiene constancia desde principios de este siglo—, pero nunca antes los investigadores se habían topado con una flota aérea destinada al narcotráfico y con personal dedicado a la reparación y adaptación de las naves para introducir mayor cantidad de hachís en su interior. Los traficantes han reactivado los narcovuelos. En la operación, bautizada como Limoneros, intervienen 400 agentes que han realizado registros en las provincias de Sevilla, Huelva, Cáceres, Badajoz, Toledo y Murcia.
“Trabajaban en la costa de Huelva, pero al utilizar medios aéreos eso les permitía introducir la droga directamente en el interior y abarcar más territorio”, indican las fuentes consultadas. El uso de helicópteros y avionetas no solo les facilitaba la expansión de sus rutas de distribución, sino ganar tiempo y favorecer la distribución de la droga hacia el interior, sin tener que remontar con el hachís el Guadalquivir y evitando el acecho de los agentes en los meandros. Viajar por aire también hacía más difícil capturarlos. La complejidad de un abordaje en el Estrecho es mayor cuando se trata de interceptar una avioneta, recalcan las fuentes conocedoras de la investigación.
La organización introducía grandes cantidades de hachís y operaba desde España. Muchos de sus miembros son viejos conocidos de los clanes que operan en la zona de Sevilla y Huelva, señalan las fuentes consultadas. “Hacían vuelos de ida y vuelta desde la Península”, confirman fuentes oficiales. No disponían de un aeródromo fijo, sino que tenían pistas de aterrizaje clandestinas en varios puntos del territorio nacional. Uno en la provincia de Sevilla, camuflado como un canódromo en Fuentes de Andalucía y al menos otro en otro punto de la geografía española que no ha trascendido. Además del helicóptero y las avionetas, la Guardia Civil también se ha incautado de dinero en efectivo, material de comunicación y navegación, armas y una abundante documentación.