Mueren tres montañistas en dos días cuando realizaban rutas por Cantabria
Dos mujeres y un hombre han fallecido en sendos accidentes en parajes naturales de la comunidad en el fin de semana
Tres personas han muerto en rutas de montaña de Cantabria desde el pasado sábado. Ayer por la mañana se confirmó que un hombre de 53 años que cubría el conocido como Kilómetro vertical, un tramo exigente en el pico Castro Valnera (1.718 metros), cerca de Vega de Pas, se encontraba sin vida. Sus familiares habían denunciado su desaparición el domingo por la noche tras no regresar a su vivienda horas después de que partiera en solitario a hacer la ruta. Las patrullas de búsqueda localizaron el cadáver en la madrugada de ayer y, unas horas después y con mayor luminosidad en este paraje boscoso, e...
Tres personas han muerto en rutas de montaña de Cantabria desde el pasado sábado. Ayer por la mañana se confirmó que un hombre de 53 años que cubría el conocido como Kilómetro vertical, un tramo exigente en el pico Castro Valnera (1.718 metros), cerca de Vega de Pas, se encontraba sin vida. Sus familiares habían denunciado su desaparición el domingo por la noche tras no regresar a su vivienda horas después de que partiera en solitario a hacer la ruta. Las patrullas de búsqueda localizaron el cadáver en la madrugada de ayer y, unas horas después y con mayor luminosidad en este paraje boscoso, el cuerpo fue rescatado por el helicóptero del 112. Este suceso se suma a un accidente ocurrido el pasado sábado, cuando fallecieron dos mujeres, de 40 y 50 años y con experiencia en esta clase de recorridos, que cubrían la travesía de Los Campanarios, tras precipitarse al vacío en una zona escarpada de los Collados del Asón.
El operativo de rescate, coordinado por el Gobierno de Cantabria y el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, recibió la llamada de alerta de los familiares del varón hacia las once de la noche. Entonces se desplegaron varios efectivos y localizaron el cuerpo del hombre en ese recorrido, una ruta muy exigente físicamente y popular entre deportistas de alta preparación. Los agentes pasaron la noche junto al fallecido, de origen cántabro, hasta que el helicóptero medicalizado pudo desplazarse al lugar del accidente y hacerse cargo del cadáver. Fuentes de la investigación señalan que la principal hipótesis sobre el deceso apunta a motivos naturales más que a “percances, caídas o desprendimientos”.
El suceso se produjo apenas 24 horas después de que dos mujeres, procedentes de Santander, murieran el sábado por la tarde mientras realizaban otra travesía en las montañas cántabras. Las dos compañeras formaban parte de un grupo que transitaba por la ruta de Los Campanarios, en los Collados del Asón, una zona de gran vegetación y con acusados desniveles pero muy popular entre aficionados a esta clase de actividades porque no suele suponer grandes riesgos. Las nieblas habituales en estas áreas de la comunidad provocaron que los efectivos de salvamento declinaran el uso de medios aéreos para intentar socorrer a las dos víctimas. Finalmente fueron necesarios miembros de Protección Civil, de la Guardia Civil, bomberos de Laredo, del GREIM de Potes e integrantes del servicio de Montes, que conocen bien los terrenos, para hallar los cuerpos de las senderistas. Una vez el helicóptero logró acceder al punto del accidente apenas pudo hacer más que constatar la muerte de ambas.
Algunos de los responsables de la investigación que trata de desentrañar el porqué de que las dos santanderinas se despeñaran por una ladera acusada explican que, según los testigos de la desgracia, las mujeres se habían detenido para comer y se apoyaron en el tronco de un árbol con tal mala suerte que este venció y las montañistas se precipitaron hacia atrás.
Otros episodios
Estos dobles accidentes con saldo mortal se unen a varios episodios similares producidos en distintas regiones de la Cordillera Cantábrica en las últimas fechas. El pasado 29 de agosto falleció un hombre mientras ascendía al pico Curavacas (Palencia) a causa de una parada cardíaca, concretamente en una parte de difícil acceso terrestre y que requirió también la movilización de un helicóptero. Asimismo, ese mismo día la Guardia Civil rescató con vida a un hombre desaparecido en la ruta del Cares (entre Asturias y León). Esta persona se había separado del grupo del que formaba parte y llegó a una canal de difícil acceso y una compleja orografía. Finalmente, los rescatadores del GREIM lograron auxiliarlo sin más incidencias que unos síntomas de hipotermia. En esa misma zona de los Picos de Europa, dos montañeros cántabros quedaron atrapados durante tres días, hasta que fueron localizados el 18 de agosto sobre una cornisa de apenas dos metros rodeada de precipicios. La niebla fue la causante de que se desviaran de la ruta.
Fuentes de los dispositivos de rescate de Cantabria aseguran que, pese a las últimas noticias sobre accidentes en la montaña o en parajes naturales, este verano no está caracterizándose especialmente por un alto número de estos casos. Según ellos, las restricciones por la pandemia del coronavirus durante el pasado verano provocaron un descenso de “salidas a la montaña” y un consiguiente bajón en incidentes. El verano de 2021, al recuperarse la movilidad, ha propiciado el retorno a cifras habituales, superiores a 2020 pero no por ello inusitadas.