Los menores de Ceuta, devueltos a Marruecos entre la sorpresa y el desconcierto
Los integrantes de organizaciones humanitarias que presenciaron los traslados a la frontera relatan detalles del proceso que se inició este viernes
Viernes de desconcierto en Ceuta. Por sorpresa y sin previo aviso, algunos de los más de 700 menores marroquíes llegados el pasado mes de mayo a territorio español a través de la frontera del Tarajal durante dos días de aluvión empezaron este viernes a ser trasladados de vuelta a su país, según el relato de varias organizaciones humanitarias que presenciaron el proceso. Entre ellas se encontraban Save The Children y Unicef.
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Viernes de desconcierto en Ceuta. Por sorpresa y sin previo aviso, algunos de los más de 700 menores marroquíes llegados el pasado mes de mayo a territorio español a través de la frontera del Tarajal durante dos días de aluvión empezaron este viernes a ser trasladados de vuelta a su país, según el relato de varias organizaciones humanitarias que presenciaron el proceso. Entre ellas se encontraban Save The Children y Unicef.
A mediodía permanecía cortado el acceso al polideportivo de Santa Amelia, uno de los lugares en los que se encuentran alojados desde la crisis migratoria con Marruecos estos niños y jóvenes. No se permitía el acceso a los miembros de las ONG, que estaban siendo alertados por los propios menores y algunos trabajadores de que se había puesto en marcha un dispositivo de traslado hacia la frontera.
Una furgoneta de color blanco llevó a cabo dos viajes desde el centro de Santa Amelia hasta el Tarajal. Allí los menores descendían y eran trasladados al otro lado en un proceso en todo momento controlado por agentes de la Policía Nacional, según confirmaron varios testigos. Sobre las 14.50 llegaba al Tarajal un primer grupo de once menores. Alrededor de hora y media después llegó el mismo vehículo con cuatro menores más. En ambos casos el minibús estaba escoltado por dos furgonetas de la Policía Nacional, según el relato de los testigos.
Los integrantes de varias organizaciones humanitarias trataron de recabar datos sobre el proceso de repatriación e incluso trataron de denunciar los hechos ante la Fiscalía de Menores. “Nadie sabía nada ni hubo aviso previo”, contó Mar Soriano, voluntaria de No Name Kitchen, ONG que lleva meses siguiendo la presencia de los menores marroquíes en la ciudad autónoma española tras la crisis fronteriza de mayo.
Cuatro organizaciones humanitarias que trabajan en Ceuta emitieron un comunicado de queja por lo sucedido. Se trata de No Name Kitchen, Elin, Maakum y Andalucía Acoge. El texto que hicieron público fue este: “A pesar de no estar facilitando ninguna información a las entidades presentes, hemos sido testigos de cómo varios furgones de policía y un bus con grupos de menores han salido del recurso de emergencia de Santa Amelia y se han dirigido a la frontera con Marruecos para proceder a una devolución en contra de la voluntad de los menores, sin respetar el interés superior del menor ni las leyes nacionales e internacionales que les protegen”.
Queja al Defensor del Pueblo
“Hemos presentado queja en Defensor del Pueblo y estamos preparando un escrito para hacer llegar una demanda al juzgado de guardia para pedir la suspensión de la medida”, explicaron fuentes de Save The Children, que lamenta que su equipo en Ceuta no haya logrado impedir el proceso de expulsión colectiva ni haya tenido acceso a los menores enviados al otro lado de la frontera.
La delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, había dejado entrever el pasado lunes que habría novedades en las relaciones bilaterales tras los nuevos vientos que soplan entre Madrid y Rabat con el nombramiento de José Manuel Albares como nuevo ministro de Asuntos Exteriores. Pero la delegada no concretó nada sobre el retorno de los menores puesto en marcha este viernes.
“Tras las declaraciones de la delegada del Gobierno pensamos que a largo plazo podría pasar algo, pero lo que ha ocurrido ha sucedido sin informar previamente y sin garantizar los derechos de los menores”, señaló Soriano, jurista de Barcelona de 24 años llegada hace un mes a Ceuta. Su organización, No Name Kitchen, que ya trabaja con emigrantes en Grecia y los Balcanes, ha llegado este 2021 a la ciudad norteafricana española. Su objetivo es dar asistencia sanitaria y legal, especialmente a aquellos que se hallan en la calle.
“Seguimos al furgón hasta el Tarajal. Allí los menores bajaban del vehículo y los metían por una puerta”, contó Mar Soriano. “No sabemos qué es lo que estará pasando al otro lado”, añadió, aunque algunos de los niños habían conseguido ya mandar mensajes desde el lado marroquí a través de sus teléfonos móviles.
En el polideportivo de Santa Amelia, habilitado para dar acogida a unos 130 de los menores que se quedaron en mayo en Ceuta, dejó de haber presencia policial a media tarde de ayer. Por la noche reinaba la calma.
Unicef, Save The Children y la Plataforma de Infancia emitieron anoche un comunicado: “Tras los hechos ocurridos el 13 de agosto 2021 en Ceuta, en los cuales la Delegación del Gobierno de la Ciudad de Ceuta, con arreglo a una directriz firmada, el mismo día, por el Ministerio del Interior español, empezó a retornar a lo que se estiman ser varias decenas de niños no acompañados a Marruecos, las organizaciones se muestran profundamente preocupadas por las violaciones a los derechos fundamentales de la infancia que se están cometiendo a través de dichas devoluciones e instan que se paralicen inmediatamente”.
Lo ocurrido, añadieron, contraviene las leyes españolas, europeas e internacionales porque “un retorno solo se puede contemplar cuando 1) sea en el interés superior del niño, 2) la reintegración segura de los niños en su país de origen esté garantizada, 3) que dicho retorno sea voluntario y 4) y que el menor sea oído a lo largo del proceso”. Las autoridades del país al que llegan, añaden, han de permitir, además de evaluar al niño, “la solución duradera que mejor responde a sus necesidades y su bienestar”. Todo ello “antes de que se tome cualquier decisión sobre su futuro”.