Los asuntos de familia no interesan a los republicanos

La actitud de Unidas Podemos ante el discurso de Navidad del actual Rey es de cierto desdén

El rey de España, Felipe VI (2d), junto al vicepresidente segundo Pablo Iglesias y la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya son recibidos por las autoridades bolivianas en El Alto para participar en la toma de posesión del nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, el 7 de noviembre.Martin Alipaz (EFE)

Son asuntos de familia. Esta era la respuesta distante de dirigentes de Unidas Podemos cuando se les requería opinión respecto a las fricciones entre Felipe VI y su padre, Juan Carlos I.

La marginación del anterior jefe de Estado de los actos del 40º aniversario de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura en 1977 fue uno de esos momentos en los que Podemos respondió que eran asuntos de familia. La decisión de que el anterior rey no tuviera un lugar en el Congreso la tomó su...

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Son asuntos de familia. Esta era la respuesta distante de dirigentes de Unidas Podemos cuando se les requería opinión respecto a las fricciones entre Felipe VI y su padre, Juan Carlos I.

La marginación del anterior jefe de Estado de los actos del 40º aniversario de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura en 1977 fue uno de esos momentos en los que Podemos respondió que eran asuntos de familia. La decisión de que el anterior rey no tuviera un lugar en el Congreso la tomó su sucesor, tal como se encargó de contar el propio Juan Carlos a través de personas de su entorno. De nuevo ahora, la actitud de Unidas Podemos ante el discurso de Navidad del actual Rey es de cierto desdén, respecto a que dirá u omitirá sobre irregularidades financieras de su padre. A Unidas Podemos, a ERC y al resto de los partidos republicanos no les interesa este episodio en concreto sino que se abra el debate sobre la forma de Estado.

El PSOE, y su secretario general, Pedro Sánchez, va a convivir con esa enorme discrepancia con sus socios de Consejo de Ministros. Nada puede hacer para impedir ese debate, que va a ir in crescendo, pero sí puede bloquear cualquier iniciativa que presente.

No habrá un paso atrás en la defensa de la monarquía constitucional por parte de la cúpula socialista, pero eso llevará consigo poner mucha distancia con Juan Carlos I. Aunque haya interés en la oposición conservadora de señalar en público, no tanto en privado, que Pedro Sánchez “impone” y “obliga” a Felipe VI a que se muestre implacable con su progenitor, no es ese el sentido general de las delicadas conversaciones entre Moncloa y Zarzuela. Hay identidad de criterios en que, por el bien de la institución monárquica, el Rey debe censurar el comportamiento de su padre al atesorar recursos de orígenes oscuros. A la parte socialista del Gobierno le basta con esto. No más, pero tampoco menos.

Casi un 44,7% de los votantes socialistas, según una encuesta de La Sexta, optaría por la república, frente al 36,1 que apoya la monarquía. La “pulsión republicana” anida en la militancia socialista como bien sabía Alfredo Pérez Rubalcaba. Por ello, se tuvo que emplear a fondo con ayuda de los líderes territoriales para que el debate republicano no se abriera en las agrupaciones. Había visos reales de que podía pasar. La cúpula socialista destaca que un 54,3% del total de encuestados está a favor de la monarquía, 20 puntos por encima de los partidarios de la república. A ensanchar esa base se dirigen los partidos republicanos, por lo que la distancia que este jueves pueda poner Felipe VI con Juan Carlos I les importa poco.

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