El PP ignorará a Vox en la campaña catalana para conjurar el ‘sorpasso’

Los populares priorizarán la agenda económica y social frente al choque con el independentismo, donde se impone la extrema derecha

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, durante una visita el pasado viernes al puerto de Roses (Girona).David Borrat (EFE)

El desplome de Ciudadanos permite ver al PP luz al final del túnel en Cataluña. Los populares tienen expectativas de doblar su suelo electoral de cuatro escaños en las próximas elecciones autonómicas. Pero, al mismo tiempo, Vox ha irrumpido en escena aproximándose mucho en las cncuestas. La estrategia del PP ante el auge de la extrema derecha será ignorarla en campaña y priorizar la agenda económica y social. El partido quiere evitar que el debate se centre en el choque con el independentismo, donde Vox se impone con recetas de mano dura.

El fantasma de un temido sorpasso del partido de Santiago Abascal vuelve a sobrevolar en el PP, una posibilidad que sería demoledora para Pablo Casado. El último barómetro del centro de estudios de opinión de la Generalitat ha hecho saltar las alarmas. Según ese estudio, Vox pisa los talones al PP en Cataluña: los populares obtienen una intención de voto del 7% frente al 6,4% de la extrema derecha, y hay una diferencia de solo uno a dos escaños entre ambos. Las elecciones previstas para el próximo 14 de febrero tendrán también una lectura nacional para el centro derecha, por la recomposición que se espera en ese espacio tras la caída de Ciudadanos y la ruptura del PP con Vox en la moción de censura. Casado lo sabe y por eso lleva ya un mes acudiendo todas las semanas a Cataluña para hacer campaña. Él también se la juega.

PP y Vox libran en estos momentos una batalla por capitalizar el desmoronamiento de Ciudadanos, que según el sondeo de la Generalitat caerá desde sus 36 escaños a 13 ó 14. Los de Abascal recogen al votante más enfurecido contra el independentismo, gracias a las recetas más duras contra el procés. Como su propuesta de ilegalizar a todos los partidos separatistas, algo que no defienden ni PP ni Cs. “El golpe de Estado separatista sigue activo”, dijo hace unos días el candidato extremista, Ignacio Garriga.

El PP, sin embargo, ni quiere ni puede competir en mano dura con Vox, porque los radicales siempre pueden recordarles lo que no hicieron cuando gobernaban. “No podemos competir con ellos si su receta es el encarcelamiento y la ilegalización entera del independentismo. Quien quiera comprar eso, que lo compre”, apunta un relevante dirigente del PP catalán.

La estrategia del PP será obviar al partido de Abascal, rehuir el cuerpo a cuerpo y evitar en lo posible los temas donde la extrema derecha es más fuerte: el choque duro con los independentistas y la inmigración. “Vamos a enfocar la campaña olvidándonos de Vox”, apuntan fuentes de la dirección del partido en Cataluña. Ese es el plan, aunque en el PP asumen que no podrán esquivar todos los temas y que todo dependerá de los acontecimientos. Por ejemplo, si el Gobierno indultara a los presos del procés antes de las elecciones —lo que no está previsto— , los populares creen que aumentaría mucho la tensión y eso beneficiaría a Vox.

El PP pretende priorizar en su discurso en Cataluña la economía, la educación —con la oposición a la Ley Celáa— y temas como la propiedad privada y los impuestos. Ayer, el candidato del PP, Alejandro Fernández, denunció que el Gobierno aplace el plan de ayudas a la hostelería y lamentó que la apertura de los centros comerciales se haya retrasado dos fines de semana. “Cataluña sufre la coincidencia de los dos peores Gobiernos posibles en el peor momento posible”, criticó. La acusación al PSC de que pretende un tripartito de izquierdas con ERC será otro de los ejes principales en su campaña.

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La estrategia de moderación en Cataluña para evitar dar alas a Vox tiene como punto débil la participación en la campaña de figuras como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y Cayetana Álvarez de Toledo. La ex portavoz parlamentaria y diputada en el Congreso por Barcelona tendrá una presencia limitada, según el acuerdo al que han llegado la dirección del PP catalán y Génova. El reto de Fernández es conseguir que la diputada module un discurso que dista mucho de ser moderado.

Díaz Ayuso como baza inesperada

Los populares contarán con Isabel Díaz Ayuso en la campaña catalana. En el partido aseguran haber detectado que la presidenta madrileña empieza a ser bien recibida en Cataluña por su política de restricciones más laxas durante la pandemia y su defensa de los impuestos bajos, lo que despierta simpatía en algunos sectores de esta comunidad, que ha tenido las restricciones más duras.

Ayuso participará junto con otros barones, como el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y el andaluz, Juanma Moreno, aunque no se pretende un desembarco masivo de dirigentes nacionales.


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