Sánchez e Iglesias se repartirán las réplicas a Vox

Las claves de la quinta moción de censura desde la recuperación de la democracia

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, conversan al inicio de la sesión de control al Ejecutivo, el miércoles en el Congreso.Emilio Naranjo (EFE)

El Congreso celebra este miércoles la quinta moción de censura desde la recuperación de la democracia, que defiende Vox, tercer grupo en la Cámara baja, contra el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez. Hasta ahora, solo una ha prosperado: la de Sánchez contra Mariano Rajoy, en 2018. Un año antes, en 2017, fracasó la presentada por Podemos también contra Rajoy; igual que ocurrió en 1987 c...

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El Congreso celebra este miércoles la quinta moción de censura desde la recuperación de la democracia, que defiende Vox, tercer grupo en la Cámara baja, contra el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez. Hasta ahora, solo una ha prosperado: la de Sánchez contra Mariano Rajoy, en 2018. Un año antes, en 2017, fracasó la presentada por Podemos también contra Rajoy; igual que ocurrió en 1987 con la promovida por Alianza Popular contra Felipe González, y en 1980, con la del PSOE contra Adolfo Suárez.

Garriga y Abascal defienden la moción.

El debate de la moción de censura que propone como candidato a la presidencia del Gobierno a Santiago Abascal ha comenzado este miércoles a las nueve de la mañana. Primero, uno de los firmantes de la moción, Ignacio Garriga, diputado de Vox por Barcelona y candidato del partido a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones catalanas, la presentará ante el pleno, con una intervención sin límite de tiempo. A continuación, y también sin limitación de tiempo, intervendrá el candidato propuesto en la moción para la presidencia del Gobierno, Santiago Abascal, líder de Vox, que tendrá que exponer el programa político del Ejecutivo que pretende formar. Esto es así porque las mociones de censura en España son constructivas, esto es, se inviste a un presidente si triunfan. El discurso de Abascal será largo, según ha transmitido Vox, un término medio entre los 45 minutos que se extendió Antonio Hernández Mancha en 1987 y las casi tres horas de Pablo Iglesias en 2017.

Sánchez e Iglesias, juntos en las réplicas a Vox.

El debate será largo. El Gobierno puede intervenir en cualquier momento y en esta ocasión intervendrán tanto el presidente, el socialista Pedro Sánchez, como su vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Ambos pueden contestar cuantas veces quieran, tanto a Garriga como a Abascal. En principio, responderán directamente al líder de Vox, según fuentes de ambas formaciones. En la moción de Podemos contra Mariano Rajoy en 2017, la que más se parece a esta porque la presenta el tercer partido de la Cámara sin opciones de prosperar, el presidente del PP dio la réplica tanto a Irene Montero, que presentaba la moción, como a Pablo Iglesias, que se presentaba como candidato, hasta ocho veces.

Los grandes partidos debatirán el jueves.

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Tras la intervención de Abascal y el turno de réplicas con el Gobierno, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, interrumpirá la sesión y podrá decidir cuánto tiempo prolonga el receso. Después de ese descanso, intervendrá un representante de cada uno de los grupos parlamentarios de la Cámara, en orden de menor a mayor (empieza el Grupo Mixto), por un tiempo de treinta minutos. Todos los intervinientes tienen derecho a un turno de réplica o rectificación de otros diez minutos. Fuentes de la presidencia de la Cámara apuntan a que lo previsible es que el debate se alargue todo el día del miércoles con los grupos pequeños, de forma que los grandes partidos ―PSOE, PP, Vox y UP― intervengan ya el jueves, día de la votación.

Polémica por el voto: mitad presencial, mitad telemático.

La Mesa del Congreso rechazó este martes la petición de Vox de que los 350 diputados acudieran a votar presencialmente el jueves, y en su lugar optó por mantener las restricciones de seguridad por la pandemia que limitan a la mitad el número de diputados (175) que podrán estar presentes en el hemiciclo. En la votación, se permitirá, por lo tanto, que la mitad de los parlamentarios voten presencialmente, y la otra mitad de forma telemática. La votación se hará por llamamiento: un miembro de la Mesa pronuncia el nombre de cada diputado, a partir de un apellido elegido al azar, para que, desde su escaño, vayan diciendo en voz alta sí, no o abstención. En el caso de los votos que se emitan telemáticamente, será el secretario de la Mesa quien se encargue de leerlos en voz alta. El Gobierno y los miembros de la Mesa votan en último lugar. Vox ha anunciado que sus 52 diputados sí irán a votar presencialmente.

Sin visos de prosperar, con la incógnita del voto del PP.

La moción de censura debe recibir el apoyo de, al menos, la mitad más uno de los diputados, es decir, 176, para ser aprobada. Si obtuviera el respaldo de la mayoría absoluta de la Cámara, el candidato se consideraría investido. Si es rechazada, los diputados que han suscrito esta moción de censura no podrán firmar otra durante el mismo periodo de sesiones. Los grupos han adelantado ya su voto en la moción salvo el PP (88 diputados), la principal incógnita, aunque su voto no es decisivo y la moción decaerá.

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