“Su religión es la mentira”, sostiene la acusación de Maje, la ‘viuda negra’ de Patraix

La defensa de la acusada pide al jurado que evite las trampas de los juicios morales, sexuales y paralelos que han jalonado la instrucción

En la última fila, en los extremos, los acusados María Jesús (a la izquierda) y Salvador (a la derecha y con polo azul), durante la vista pública del juicio que se ha iniciado hoy en la Audiencia de Valencia.Manuel Bruque (EFE)

Un jurado popular compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres se encarga desde este miércoles de juzgar a María Jesús M.C., Maje, conocida como viuda negra de Patraix, y su examante, Salvador R.L., ambos acusados de matar al marido de ella en agosto de 2017 en un garaje de este barrio de València. La fiscalía solicita 22 años de cárcel para la acusada y esposa de la víctima y 18 años para su entonces amante y presunto autor material del crimen...

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Un jurado popular compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres se encarga desde este miércoles de juzgar a María Jesús M.C., Maje, conocida como viuda negra de Patraix, y su examante, Salvador R.L., ambos acusados de matar al marido de ella en agosto de 2017 en un garaje de este barrio de València. La fiscalía solicita 22 años de cárcel para la acusada y esposa de la víctima y 18 años para su entonces amante y presunto autor material del crimen, mientras que la acusación particular solicita 25 y 20 años, respectivamente e indemnizaciones económicas.

En enero de 2018, después de cinco meses de investigaciones, con seguimientos y teléfonos intervenidos, la Policía Nacional detuvo en Valencia a Maje, entonces con 26 años, por el asesinato de su marido Antonio Navarro, un ingeniero de 36 años que murió apuñalado en el garaje de su casa el 16 de agosto de 2017 a manos, supuestamente, de Salvador, uno de los amantes de la mujer. El conocido y mediático caso Maje o de la viuda negra de Patraix [el barrio de València donde se perpetró el crimen] se juzga a partir de este miércoles en la Audiencia de Valencia.

La vista contra los acusados, que trabajaban en el mismo hospital de València, ella como enfermera y él como auxiliar, ha arrancado en la Audiencia de Valencia este miércoles a las nueve y media de la mañana con la elección de los nueve miembros del jurado (más los dos suplentes) de un total de 30 candidatos. Ambos acusados, en la cárcel de Picassent desde su detención en 2018, se han sentado en la misma fila, separados por sus abogados, pero ni se han dirigido la mirada.

El abogado de la familia de la víctima, que ejerce la acusación particular, ha argumentado que Salvador “fue una marioneta” en manos de Maje, que utilizó su poder de atracción “en su propio beneficio para que su amante hiciera cualquier cosa por ella”. “La religión de María Jesús es la mentira", ha dicho. El letrado sostiene que Antonio, el esposo, era un obstáculo para la acusada y “utilizó el engaño y la mentira de un modo sorprendente y urdió un plan para asesinar a Antonio”.

“Este crimen no se hubiera producido sin la acusada”, ha añadido rotundo el fiscal del caso, Vicente Devesa, porque el supuesto autor material del crimen "ni conocía a la víctima ni tenía la información necesaria para cometerlo [aspecto de la víctima, lugar donde aparcaba su coche o los medios para acceder al garaje donde se cometió el asesinato]. Devesa ha insistido en que “los dos acusados decidieron matar al marido de ella y elaboraron un plan muy inteligente para consumarlo”.

Según el relato del ministerio público, Antonio, esposo de Maje, salió el 16 de agosto de hace tres años de casa y llegó a su garaje sobre las 7,40 horas. "Cuando se aproximó a su vehículo, el acusado salió de su escondite, lo abordó rápida y sorpresivamente esgrimiendo el cuchillo y, estando frente a él, se lo clavó repetidamente en seis ocasiones: cuatro en el hemitórax izquierdo, seccionando el corazón, pulmón izquierdo y grandes vasos, y dos en el hemitórax derecho, seccionando el pulmón derecho.

La noche anterior, Maje avisó a su marido de que esa noche tenía guardia en el hospital para que su esposo aparcara su coche en la plaza de garaje que poseían. Y también facilitó los detalles y las llaves del aparcamiento para que Salvador sorprendiera a su esposo cuando fue por la mañana a por el coche y, presuntamente, le asestara ocho puñaladas, es el relato de la acusación. Luego se deshizo del arma, un cuchillo de 15 centímetros de largo, en una parcela de su propiedad en el municipio valenciano de Riba-roja.

María Jesús M.C., conocida como Maje, durante la vista.Manuel Bruque (EFE)

Las defensas de los dos acusados han solicitado su libre absolución. De María Jesús porque, asegura su abogado, ni instigó ni planeó el crimen; y de él porque la joven enfermera se aprovechó de que estaba “locamente enamorado”. El abogado de la enfermera, Javier Boix, ha pedido al jurado que “analice los hechos realizados por personas, no a las personas”, y ha lamentado “los juicios paralelos” sobre la acusada a lo largo de toda la instrucción del caso. “No caigamos en la trampa moral-sexual y en los juicios paralelos [que han jalonado la instrucción]. Aquí lo importante es quién ha matado”, ha aseverado el defensor, que ha pedido que Maje declare después de los testigos y no mañana jueves, como estaba previsto inicialmente.

El caso ha dado varios giros desde que se inició la investigación en 2017. En un principio, Maje intentó hacer creer a los investigadores de la policía que el móvil de la muerte de su esposo fue el robo, pero cuando fue detenida, acabó confesando que participó en la planificación del crimen. Días después se retractó, alegando que su confesión inicial se debió al nerviosismo y a que no entendió la pregunta que le formularon los agentes. Salvador, el otro acusado, que la exculpó en un primer momento, acabó confesando el crimen y la participación de Maje. Ambos acusados llevan desde su detención en 2018 en la prisión de Picassent.

En los meses posteriores a la detención de ambos trascendieron detalles de la relación entre los dos acusados; como las cartas que Maje escribió a Salvador antes del crimen en las que le decía cosas como “Lo ví... Allí estaba... Sonriente, con los ojos brillantes desde el control de enfermería de la tercera planta (...) Me gustaba, me atraía, ¡¡¡lo deseaba!!! (...) Su olor, su presencia, su mechita cayendo, su gorrito...”. Y agregaba: “Me pongo presumida cuando viene, coqueta. Me anima que venga a planta y verlo... y pasar por su lado... “está el gotero de Ringer vacío” me dice y yo pienso... uff pues llénamelo tú pero no te vayas ya!”.

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