Malicia de Macaco, el simulacro de ataque en las entrañas del peñón de Gibraltar
Durante cuatro días las Fuerzas Armadas británicas han empleado parte de la red de 50 kilómetros de túneles que recorre el enclave
Una ciudad subterránea se esconde bajo el peñón de Gibraltar. Las rutas turísticas que hoy son visitables solo son una muestra del secreto que se oculta tras la roca caliza: 50 kilómetros de túneles tan espaciosos y equipados como para que 16.000 soldados subsistiesen un asedio en su interior durante 16 meses. Buena parte de estas instalaciones militares se construyeron durante la Segunda Guerra Mundial y, aunque la mayor parte del tiempo no tienen uso, siguen siendo de utilidad. Los cuatro días de maniobras militares de las Fu...
Una ciudad subterránea se esconde bajo el peñón de Gibraltar. Las rutas turísticas que hoy son visitables solo son una muestra del secreto que se oculta tras la roca caliza: 50 kilómetros de túneles tan espaciosos y equipados como para que 16.000 soldados subsistiesen un asedio en su interior durante 16 meses. Buena parte de estas instalaciones militares se construyeron durante la Segunda Guerra Mundial y, aunque la mayor parte del tiempo no tienen uso, siguen siendo de utilidad. Los cuatro días de maniobras militares de las Fuerzas Armadas británicas que acaban de terminar han dado buena cuenta de ello.
En el ejercicio Macaque Malice -Malicia de Macaco- la Compañía I del Real Regimiento de Gibraltar ha empleado estos túneles secretos para el gran público para desarrollar unas maniobras militares en las que han probado “acciones ofensivas en Gibraltar”, según han explicado este domingo las Fuerzas Armadas británicas en el Peñón en un comunicado. Los militares han empleado las cavidades construidas en la montaña que están en terrenos del Ministerio de Defensa para simular “una serie de asaltos” en operaciones subterráneas.
Las maniobras han sido la culminación de un mes de entrenamientos en los que la compañía ha revisado sus habilidades militares básicas para maniobras de carácter ofensivo en la ciudad. Para ello, los más de cien soldados que integran esta unidad han realizado patrullas y simulacros de ataques alrededor de Gibraltar con los que han medido su capacidad para llegar a lugares remotos al combinar transporte militar y patrullas a pie. Los simulacros en los túneles han servido para poner a prueba la resistencia de los miembros de la compañía para trabajar “en la oscuridad total”.
“Estamos innovando la forma en que llevamos a cabo algunas de nuestras operaciones en Gibraltar”, ha asegurado el oficial al mando de la Compañía I, el comandante José García White. La idea, según ha abundado el militar, es continuar en los próximos meses con entrenamientos para la conducción de todoterrenos que se realizarán en el Reino Unido y cursos para equipos médicos.
Antes llamada Compañía G, la I de Infantería del Real Regimiento de Gibraltar es una unidad de entre 100 y 150 soldados de las fuerzas británicas radicada en el Peñón. Su papel como compañía de infantería ligera, es proteger los activos militares clave en la colonia. Además de esta tarea que desempeñan de manera estable en la zona, sus miembros son a menudo desplegados en el extranjero en operaciones y entrenamientos. Una vez concluidos estos ejercicios, la compañía ha recuperado tareas rutinarias, como la vigilancia diaria del Convento, como así se conoce a la residencia del gobernador del peñón.
Las maniobras Macaque Malice no son las primeras que se desarrollan en los túneles del Peñón. De hecho, estas galerías se emplean con asiduidad para ejercicios militares antiterroristas en combate de proximidad, tanto para soldados de Gibraltar como desplazados desde el Reino Unido. Rodeados de fama y leyenda, Gibraltar posee más de 50 kilómetros de conductos construidos en distintas etapas de su historia, habitualmente con fines militares. La primera fase en que se horadó la piedra caliza de la Roca tuvo lugar durante el conocido como Gran Asedio, ejercido por tropas españolas y francesas contra la colonia entre 1779 y 1783.
Fue entonces cuando los militares descubrieron que, en lugar de construir el túnel que pretendían para colocar un cañón en uno de los salientes del Peñón podrían excavar multitud de galerías para defender la ciudad. Durante la Segunda Guerra Mundial, los gibraltareños volvieron a horadar más kilómetros de conductos, dado el interés estratégico que tenía como base aliada, frente a Italia y Alemania. Fue entonces cuando se habilitaron multitud de espacios para que 16.000 soldados tuviesen todo lo necesario para sobrevivir en su interior durante 16 meses. Hoy en día, subsisten infraestructuras subterráneas tales como una central telefónica, una estación generadora de energía, una planta de destilación de agua, un hospital, una panadería, almacenes de municiones y hasta un taller para el mantenimiento de vehículos.