Condenados tres yihadistas por intentar reclutar terroristas en España
Uno de los sentenciados provocó el internamiento psiquiátrico de su pareja por las presiones a las que la sometía, según el fallo
La Audiencia Nacional ha condenado a tres radicales islámicos asentados en España que se dedicaron al adoctrinamiento yihadista y al “reclutaje de acólitos” para su posible integración en el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Los magistrados han considerado probado que Mohamed Redouan Haik, Oussama Zeaaj y Anas Charif contribuyeron a la “expansión del ideario” terrorista en el país, así como la “doctrina belicista que lo sustenta”. Difundieron sus tesis “radicales” entre sus allegados y con tal intensi...
La Audiencia Nacional ha condenado a tres radicales islámicos asentados en España que se dedicaron al adoctrinamiento yihadista y al “reclutaje de acólitos” para su posible integración en el autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Los magistrados han considerado probado que Mohamed Redouan Haik, Oussama Zeaaj y Anas Charif contribuyeron a la “expansión del ideario” terrorista en el país, así como la “doctrina belicista que lo sustenta”. Difundieron sus tesis “radicales” entre sus allegados y con tal intensidad que provocó que la pareja de uno de ellos requiriera tratamiento psiquiátrico por las presiones que padeció, según destaca la sentencia.
Según explica la resolución, fechada el pasado 1 de septiembre, los tres condenados no solo han asumido los “postulados belicistas y militares” del ISIS, sino que “ejecutaron una actividad proactiva” en favor de los objetivos del grupo terrorista. Se esforzaron “en hacer proselitismo” entre el mayor número de personas posibles, centrándose en familiares, conocidos y más allegados (como compañeros de mezquita). Aunque también difundían el material a través de las redes sociales. Todo ello, con el objetivo de “legitimar y justificar” la violencia para alterar la paz pública o “desestabilizar” el funcionamiento de las democracias occidentales. “Expandiendo el terror a un gran sector de la población”, subraya el fallo de la Sala de lo Penal.
Los tres querían, en definitiva, “reclutar y captar” a futuros terroristas. “Acopiaron y expandieron doctrina radical yihadista a terceros. Perseguían la idea de convencerlos de que se desplazasen a Siria o Irak, enrolándose en las filas del Estado Islámico; o cometieran acciones terroristas por su propia cuenta, o en compañía”, prosigue la sentencia de la Audiencia Nacional, que ha impuesto una pena de siete años de cárcel a Redouan, nacido en Barcelona en 1991 y cuyo hermano ya fue condenado en 2018 por los delitos captación y adoctrinamiento terrorista. A Zeaaj y Charif, de origen marroquí y asentados en Cataluña, se les ha sentenciado a dos y tres años de prisión. En el momento de su arresto, el Ministerio del Interior los consideró parte de una célula más amplia —de hasta seis miembros— con tentáculos en Bélgica, España y Marruecos; y con conexiones directas con otros miembros del ISIS.
La sentencia de la Audiencia Nacional, que detalla el amplio material islamista que incautaron a los sospechosos, relata que los condenados se estaban también preparando físicamente. Se sometían a intensos “entrenamientos militares”, de boxeo y carreras. Y habían comentado en reiteradas ocasiones sus intenciones de actuar. “Manifestaron su intención de convertirse en muyahidines para llevar a cabo la yihad y alentaron a terceros a incorporarse al combate, yéndose junto con ellos a Siria”, reza el fallo de los jueces, que describen como culpan a diversos colectivos y países (“EE UU, Europa, los judíos, homosexuales, chiíes...”) “de los males de los musulmanes”.
Alto nivel de sometimiento
Los magistrados detallan, como ejemplo de la intensidad de la actividad de adoctrinamiento, que la pareja de uno de los condenados llegó a sufrir graves trastornos mentales e ingresó en el Área Psiquiátrica del Hospital Clínico Universitario de Tarragona. “Debido a la gran presión a la que la había sometido por su fundamentalismo religioso”, dice la sentencia, que explica cómo el yihadista procuró hasta 300 intentos de comunicación con la chica durante su internamiento. Los jueces describen una verdadera labor de “acoso y malos tratos”. En el sumario constan conversaciones donde el acusado trata de prohibir a su pareja, con la que tenía una hija, que se relacione con otras personas. “La insulta y la veja. Influye en ella usando el miedo, utilizando insultos —adúltera, puta, mentirosa...— y amenazas para doblegar su voluntad”. En un momento le dice, incluso, que se encuentra de camino ya a Siria y que va a denunciarla ante otros miembros del ISIS.