Feijóo pasa de puntillas por un debate con un formato a su medida

Vox y Ciudadanos, invitados al duelo pese a no tener representación parlamentaria, se unen al candidato del PP en sus ataques a los partidos de izquierda

En foto, los candidatos a la presidencia de la Xunta de Galicia momentos antes del debate, este lunes en Santiago de Compostela. En vídeo, debate previo a las elecciones gallegas. Vídeo: FOTO Y TVG / EFE

Galicia votará el 12-J tras un único debate celebrado este lunes y por el que pasó de puntillas el aspirante a una cuarta mayoría absoluta, Alberto Núñez Feijóo (PP). El formato a siete bandas diseñado por la televisión autonómica logró diluir al bloque de izquierdas que aspira a erigirse en alternativa a Feijóo —PSOE, Galicia en Común y BNG—. Vox y Ciudadanos, que no tienen representación parlamentaria, atacaron a PSOE y BNG y salvaron al candidato p...

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Galicia votará el 12-J tras un único debate celebrado este lunes y por el que pasó de puntillas el aspirante a una cuarta mayoría absoluta, Alberto Núñez Feijóo (PP). El formato a siete bandas diseñado por la televisión autonómica logró diluir al bloque de izquierdas que aspira a erigirse en alternativa a Feijóo —PSOE, Galicia en Común y BNG—. Vox y Ciudadanos, que no tienen representación parlamentaria, atacaron a PSOE y BNG y salvaron al candidato popular, que escapó de cualquier choque con la extrema derecha y no prometió medidas sino “gestión y certezas”.

“El formato responde a lo que quiere Feijóo, es decir, cumplir el trámite y que no haya realmente debate”, criticaban ya los socialistas cuando aún no había empezado el duelo. El aspirante a una cuarta mayoría absoluta también avanzó en su primer minuto ante la cámara lo que, a su juicio, iba a visualizarse en el plató, a saber, que el 12-J “solo hay dos opciones”: un “multipartito” o él. El duelo, que ganó en intensidad a medida que avanzaron los minutos, no fue finalmente un “todos contra Feijóo”, sino un pulso de Feijóo, Ciudadanos y Vox contra los partidos de la izquierda.

El líder del PP arrancó el único debate del 12-J con un perfil bajo, un discurso titubeante y cierta desgana, pero la sucesión de ataques que recibió le hicieron abandonar las formas presidenciales y lanzarse al cuerpo a cuerpo. Feijóo eludió anunciar medidas y se centró en defender su legado. A los gallegos les prometió para la futura legislatura “gestión y certezas” e instó a los partidos de la izquierda a explicar si sus programas “son compatibles”. “¿Sus certezas son como las de esta foto?”, preguntó la candidata del BNG, Ana Pontón, mostrándole una imagen del acuerdo con la petrolera estatal Pemex con la que el popular anunció hace años que salvaría de la crisis el sector naval y que, finalmente, acabó en fiasco e investigación judicial.

Tanto el candidato del PSOE, Gonzalo Caballero, como la del BNG y el de Galicia en Común-Anova Mareas, Antón Gómez-Reino, intentaron poner al líder del PP contra las cuerdas por su gestión de la pandemia y desmontar la “anticipación” de la que presume Feijóo. Caballero le recordó que dos días antes de estallar la crisis “estaba en un acto electoral [del PP] con 500 personas” y el aspirante a una cuarta mayoría absoluta subrayó la menor incidencia del coronavirus en Galicia y el cierre de los colegios tres días antes que en el resto de España. “¿Reconoce que se equivocó cuando pidió levantar el estado de alarma?”, le inquirió reiteradamente el socialista reprochándole su “interés partidista” frente al Gobierno de Pedro Sánchez, que “no criticó a ninguna comunidad de España”.

“Feijóo se comporta como un mal alumno que siempre se compara con la media y no con los mejores. Usted que tanto señala los errores de los demás, tenga un poco de humildad”, le reclamó Pontón, afeándole también que “mirase hacia otro lado” cuando un informe del órgano fiscalizador de la Xunta le advirtió hace dos años de la falta de medios en los geriátricos. Gómez-Reino le echó en cara al candidato popular la privatización de las residencias de mayores y los recortes sanitarios de sus 11 años de mandato. “Reconozca que sus recortes generaron mucho sufrimiento”, reclamó sin éxito Gómez-Reino.

Las invitaciones a la autocrítica no fueron atendidas. Feijóo se defendió asegurando que si sus rivales hubiesen estado al frente de la gestión de la pandemia “no hablarían con tanta ligereza ni con tanta demagogia”. Y contraatacó señalando que la Xunta compró “antes que otros” respiradores y se anticipó en la reducción de aforos. “Su único interés en presentarse a la presidencia de la Xunta es estar situado para suceder a Casado”, concluyó el candidato de Galicia en Común.

El primer cara a cara del barón gallego del PP con Vox, un partido que en Galicia no tiene ningún diputado ni concejal, acabó sin choques directos. A diferencia del resto de participantes, Feijóo evitó el enfrentamiento con el candidato de la extrema derecha, Ricardo Morado, incluso cuando este negó la existencia de la violencia machista y fue reprendido por Caballero. Para dirigirse a Morado, el dirigente popular cambió el gallego por el castellano. El portavoz del partido de Santiago Abascal, por su parte, prefirió arrearle al nacionalismo y la candidata de Ciudadanos, Beatriz Pino, fue sobre todo a por el PSOE. Acusó a Caballero de pretender “acabar con la reforma laboral con sus amigos de Podemos”.

El candidato de Marea Galeguista, Pancho Casal, que fue diputado de En Marea la pasada legislatura, también plantó cara a Vox exigiéndole una rectificación por llamar “racista” en un mitin a Castelao y acusó al candidato del PP de “vivir en los mundos de Yupi” tras “30 años en coche oficial”: “Lo único que gestiona bien Núñez Feijóo es su imagen y el trucaje de estadísticas”.

PSOE, Galicia en Común y BNG criticaron en diversos momentos la “manipulación” de la televisión organizadora del debate por parte de la Xunta del PP, que lleva nueve años sin aplicar la ley aprobada para despolitizar el canal autonómico. “Usted está acostumbrado a los monólogos en TVG”, le espetó Pontón a Feijóo.

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