Vox presume de ser “el más votado por los varones de 18 a 25 años”, pero admite el rechazo de las mujeres

El hijo del presidente ultraderechista brasileño Bolsonaro presenta a Abascal como su homólogo en España

Eduardo Bolsonaro, izquierda, y Santiago Abascal, a finales de febrero pasado en Washington. En vídeo, un fragmento de la entrevista telemática de Eduardo Bolsonaro a Abascal de este miércoles.Vídeo: Europa Press | Eduardo Bolsonaro (Youtube)

Eduardo Bolsonaro, tercer hijo del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, cree que España está “en el mismo camino exacto” que su país antes de que su padre ganase las elecciones de octubre de 2018. “Tal vez estoy hablando con el próximo presidente de España”, le ha dicho al líder de Vox, Santiago Abascal, en la amistosa entrevista que mantuvieron el martes y que el político brasileño ha difundido en su canal de YouT...

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Eduardo Bolsonaro, tercer hijo del presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, cree que España está “en el mismo camino exacto” que su país antes de que su padre ganase las elecciones de octubre de 2018. “Tal vez estoy hablando con el próximo presidente de España”, le ha dicho al líder de Vox, Santiago Abascal, en la amistosa entrevista que mantuvieron el martes y que el político brasileño ha difundido en su canal de YouTube, con más de medio millón de suscriptores.

Eduardo Bolsonaro, diputado, abogado y policía, está considerado el heredero político de su padre, quien recientemente intentó sin éxito nombrarlo embajador en Washington. Fue en la capital federal donde a finales de febrero se reunió ya con Abascal, quien acudió a la Convención de Acción Política Conservadora clausurada por Donald Trump.

El delfín de Bolsonaro no oculta su afinidad con el presidente de Vox, a quien presenta como su homólogo en España y líder del “mayor partido conservador” del país, obviando al PP. Ambos coinciden en su hostilidad hacia los medios de comunicación convencionales, de los que Abascal asegura que están bajo la “dominación absoluta de la izquierda”, pues “pocos medios han conseguido mantener su independencia”. Entre estos últimos, solo cita a El Toro TV, la televisión oficiosa de su propio partido.

El líder de Vox realiza algunas afirmaciones sorprendentes, como que “Isabel la Católica abolió la esclavitud” o que la izquierda “trata de enfrentar a los nacionales con los inmigrantes”. Sin embargo, la parte más interesante de la entrevista es cuando Abascal asegura, tras analizar los resultados de las elecciones del pasado 10 de noviembre, que su partido “es el más votado entre los jóvenes varones de 18 a 25 años”, pero admite que las mujeres se resisten a votarlo. “Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje con mucha más claridad y más eficacia a las mujeres, porque es verdad que la izquierda ha conseguido estigmatizarnos en parte”, reconoce. Según Abascal, se dicen “cosas terribles” de Vox, como que es “partidario del maltrato en el hogar”, y a “una parte de la población española le llega ese mensaje”.

“Pero es muy esperanzador pensar que nuestro mensaje ha llegado a los jóvenes. El futuro nos pertenece a nosotros y no a quienes mienten sobre nosotros”, concluye, parafraseando el himno de la película Cabaret de Bob Fosse. Según Abascal, Vox no solo ha recibido votos de la derecha, sino también de antiguos electores de la izquierda, a quienes ha atraído con su rechazo las leyes de género o su defensa de la prioridad de los españoles frente a los inmigrantes.

Abascal avanza una propuesta inédita: el “endurecimiento de los requisitos” para conseguir la nacionalidad española. “La nacionalidad no se puede regalar”, subraya. Actualmente, los extranjeros necesitan 10 años de residencia legal en España para poder solicitar la nacionalidad (a los hispanoamericanos les basta con dos), iniciando así un proceso que es largo y no automático, pues tiene un margen de discrecionalidad. Endurecer esos requisitos puede significar perpetuar la presencia en España de una población sin derechos de ciudadanía.

Sorprendentemente, Bolsonaro y Abascal no dedican un solo minuto de la entrevista a hablar del coronavirus, a pesar de que el segundo ha acusado a Pedro Sánchez de realizar una gestión “criminal” de la pandemia. El presidente brasileño ha minimizado la enfermedad, calificándola de “gripecita”, ha criticado las medidas de confinamiento dictadas por algunos gobernadores de su país y se ha negado a ponerse la mascarilla en actos públicos, hasta el punto de que un juez federal le ha amenazado con sancionarle. Brasil es hoy el segundo país del mundo, tras EE UU, más afectado por el virus, con más de 50.000 muertos y 1,1 millones de contagiados.

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