Arrimadas capitaliza el nuevo Ciudadanos que ya no veta al PSOE
La popularidad de la líder de Cs repunta mientras se aleja el sector más derechista
“No lo habríamos hecho jamás, por lo tanto, es evidente que hay vuelco estratégico, un giro muy radical”. Juan Carlos Girauta, exportavoz parlamentario de Ciudadanos, se ha expresado en estos términos en una entrevista en Abc esta semana sobre la decisión de Inés Arrimadas de apoyar la cuarta prórroga del estado de alarma. El exdiputado sostiene que la dirección de Albert Rivera no habría respaldado la prórroga en el Congreso. Y Rivera, que se r...
“No lo habríamos hecho jamás, por lo tanto, es evidente que hay vuelco estratégico, un giro muy radical”. Juan Carlos Girauta, exportavoz parlamentario de Ciudadanos, se ha expresado en estos términos en una entrevista en Abc esta semana sobre la decisión de Inés Arrimadas de apoyar la cuarta prórroga del estado de alarma. El exdiputado sostiene que la dirección de Albert Rivera no habría respaldado la prórroga en el Congreso. Y Rivera, que se resiste a dejar la esfera pública y reaparecerá el próximo miércoles en una conferencia virtual, ha sugerido también esa distancia al cuestionar el estado de alarma que validó Cs. Con su decisión, esta semana, Arrimadas ha puesto al partido en una nueva órbita que le ha valido otra sacudida interna, aunque esta vez, a diferencia del año pasado, las bajas han llegado por el lado derecho. Las encuestas, sin embargo, dan la razón a Arrimadas, que ve cómo se dispara su valoración tras el giro centrista.
La casa de sondeos Metroscopia se ha preguntado en un informe elaborado esta semana si hay un “momento Arrimadas” tras recoger un importante repunte de popularidad de la presidenta de Ciudadanos a raíz de la votación del pasado miércoles. Según sus datos, Arrimadas se ha disparado como la líder política mejor valorada, por delante de Pedro Sánchez, con el 52% de porcentaje de aprobación, por el 50% del presidente. El barómetro destaca también que ocho de cada diez españoles aprueban la prórroga del estado de alarma, y el apoyo es ampliamente mayoritario (76%) entre los votantes de Cs.
Pero la semana no ha sido fácil para la líder de Cs. A la baja de militancia de Girauta y de la exportavoz municipal de Barcelona Carina Mejías, por no compartir el voto a favor de Cs a la prórroga, se ha sumado la vuelta de Rivera, que reaparece en posiciones muy críticas con el Gobierno mientras Arrimadas busca reflotar el partido desde el centro.
En la nueva dirección restan importancia al regreso del exlíder, que se marchó diciendo que no sería un “jarrón chino”, pero en el partido también hay recelos. “Albert no va a hacer de expresidente, dijo que se iba y se fue de verdad. Lo que pasa es que opina, y tiene muchos seguidores en las redes sociales”, afirma un dirigente del núcleo de Arrimadas. La nueva presidenta ha evitado cualquier polémica con su predecesor. “Lo que ocurre es que a Albert le ha dejado de sonar el teléfono”, ironiza otro miembro de la dirección.
Arrimadas ha reconocido en privado que le ha costado llevar al partido a esa decisión. Las dudas no solo estaban fuera, también dentro. “Ha sido una de las votaciones más difíciles. Planteaba muchos dilemas porque no nos gusta nada cómo está gestionando la crisis el Gobierno”, reconoce una diputada. Algunas fuentes del partido creen que el parlamentario Marcos de Quinto podría ser una nueva baja, tras plantear muchas dudas al apoyo a la prórroga. “Lo que va a quedar es un proyecto político. En los partidos tiene que haber políticos, y políticos de partido”, opina un dirigente.
Unos se alejan y otros se acercan. A Rivera le hizo daño que uno de los fundadores más reconocidos del partido, Francesc de Carreras, anunciara el año pasado que rompía su carné de militante por la deriva derechista. El catedrático de Derecho Constitucional aún se resiste a volver a afiliarse, pero celebra el nuevo rumbo imprimido por Arrimadas. “Inés lo ha hecho bien, es lo que tenía que hacer. Cs tiene que estar en una posición central, capaz de pactar con unos y otros para evitar que el Gobierno se apoye en populistas e independentistas”. Un objetivo fundacional que vuelve a estar encima de la mesa.