Vox, el patriotismo más rentable

Si Vox fuese una empresa, estaría entre las más rentables de España. El partido ultranacionalista multiplicó por cinco sus beneficios en 2019 y ganó 5.257.526 euros, frente a los 1.035.229 del año anterior, según las cuentas que deben ser aprobadas en la asamblea general prevista este sábado en la emblemática plaza de Vistalegre (Madrid).

La clave de este milagro económico está en las subvenciones públicas que ha recibido gracias a sus resultados en las dos elecciones generales (28-A y 10-N) y en las municipales, auto...

Si Vox fuese una empresa, estaría entre las más rentables de España. El partido ultranacionalista multiplicó por cinco sus beneficios en 2019 y ganó 5.257.526 euros, frente a los 1.035.229 del año anterior, según las cuentas que deben ser aprobadas en la asamblea general prevista este sábado en la emblemática plaza de Vistalegre (Madrid).

La clave de este milagro económico está en las subvenciones públicas que ha recibido gracias a sus resultados en las dos elecciones generales (28-A y 10-N) y en las municipales, autonómicas y europeas celebradas en 2019. Mientras en 2018 solo obtuvo 613.575 euros de las arcas del Estado (por las autonómicas andaluzas de diciembre), en 2019 las subvenciones públicas llegaron a 9.937.942. Aunque Vox se comporta como si fuera un club privado y veta el acceso de medios de comunicación a sus actos (ha negado la acreditación a EL PAÍS para el mitin de este domingo), el 60% de sus ingresos procede ya de fondos públicos, frente al 28% de 2018.

Pese a que Vox ha criticado duramente las ayudas a los partidos políticos, la formación ultra recibió 5,7 millones de euros por las campañas electorales de 2019, de los que 3,7 estaban pendientes de cobro a finales del pasado año. La mayor parte de esta cantidad (3,1 millones) corresponde al envío de sobres con papeletas electorales que Vox realizó en las dos elecciones generales, las europeas, las municipales y las autonómicas de Murcia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón y Madrid.

Pero no solo las subvenciones electorales constituyen una vía de ingresos para el partido; el propio funcionamiento de las instituciones supone una fuente de beneficios. Hasta diciembre pasado, los grupos de Vox en los distintos parlamentos y asambleas legislativas recibieron subvenciones por valor de 2,2 millones, mientras que los grupos municipales obtuvieron 878.407 euros. En total, 3.070.878 euros, sin contar sueldos y dietas de parlamentarios y concejales. Sus gastos fueron muy inferiores, 970.000 euros en total, por lo que el beneficio neto para Vox sumó 2.100.878 euros. Solo en el Parlamento andaluz tuvo un superávit de 786.000 euros.

Las cuentas de Vox no incluyen las de sus grupos parlamentarios y municipales, ya que estos deben responder de su gestión ante los respectivos parlamentos y ayuntamientos, por lo que el beneficio de 2,1 millones debe sumarse a los 5,2 reseñados en sus cuentas globales.

El restante 40% de los ingresos tiene origen privado: 6,5 millones, un 333% más que en 2018. Parte del incremento se debe a la subida exponencial en la cifra de afiliados, que pasó de 4.792 en enero de 2018 a 23.843 en enero de 2019 y a 52.407 en diciembre pasado, lo que supone multiplicarla casi por 11 en solo dos años. La recaudación por cuotas ha crecido de 818.037 euros en 2018 a 3,8 millones.

También se han multiplicado los cargos públicos. Si en diciembre de 2018 Vox solo tenía 12 diputados en el Parlamento andaluz y unos pocos ediles; a finales del año pasado contaba ya con cuatro eurodiputados, 52 diputados nacionales, tres senadores, 57 parlamentarios autonómicos y 537 concejales. Su contribución a las arcas del partido sumaba al cierre del pasado ejercicio 750.595 euros.

Pero en lo que destaca Vox sobre los demás partidos es en la recaudación de donaciones. Durante el año 2019 recibió 28.263 donativos por valor de 1,5 millones. Por comparación, en 2018, último año del que existen cifras disponibles, el PSOE recibió donativos por 160.314 euros y el PP solo recaudó 47.932.

El importe medio de los donativos fue de 55,37 euros, pero el partido ultra recibió 121 donaciones por un total de 937.446 euros (es decir, 7.747 euros de media). La ley de financiación de partidos de 2007 permite donaciones individuales de hasta 50.000 euros al año, siempre que se identifique al donante.

Vox no tiene ningún crédito bancario y sus únicas deudas significativas (1,2 millones) lo son con empresas proveedoras. Como sociedad, cuenta con un envidiable nivel de solvencia y mejor ratio de endeudamiento.

La estructura piramidal de Vox, que se agudizará con el cambio de estatutos propuesto por Abascal, no solo se manifiesta en la dirección política, sino también en la gestión económica. Todas las cuotas de los afiliados, al margen de la provincia donde residan, se ingresan en una única cuenta corriente que gestiona la ejecutiva nacional. A 31 de diciembre, las 52 cuentas corrientes de comités provinciales no llegaban en conjunto a los 250.000 euros, mientras que las cuentas de la dirección nacional atesoraban 1,5 millones.

Los gastos del partido han crecido también, aunque no en la medida en que cabría esperar. Mientras los ingresos ordinarios (sin las subvenciones electorales) se han multiplicado por 10, pasando de 1,5 a 10,7 millones, los gastos lo han hecho por cinco, desde 999.217 euros a 5,2 millones. Los dos capítulos más abultados son servicios exteriores (suministros de bienes y prestación de servicios por empresas) con 3,9 millones; y gastos de personal, con 1.2.

34 empleados y más

La nómina de empleados del partido ha pasado 15 a 34; con un 41% de mujeres, la mayoría en puestos subalternos. La retribución de cuatro directivos (entre ellos, el presidente Santiago Abascal; y el gerente, Enrique Cabanas), asciende a 256.000 euros. Es decir, unos 64.000 euros cada uno, sin contar con las retribuciones que como diputado cobra Abascal del Congreso.

En realidad, la estructura de Vox no se mantiene solo con 34 personas. Su plantilla es mucho más numerosa, pero no se paga con los fondos del partido sino de las instituciones públicas. Además de decidir “la contratación del personal laboral o asesor externo a cargo del partido”, el comité ejecutivo nacional decide también “la contratación del personal de apoyo a la actividad de los distintos grupos parlamentarios y municipales”, cuyo control y supervisión económica corresponde al tesorero.

Es decir, el grupo municipal de Vox en un Ayuntamiento de la provincia de Almería no decide a quién contrata como asesor con cargo al presupuesto municipal. Es la ejecutiva nacional la que le dicta desde Madrid cuál es la persona a la que debe contratar.

Según sus estatutos, las cuentas de Vox deben ser auditadas por una firma independiente, pero en el informe que tienen los afiliados no figura tal auditoría, al contrario que en 2018.