Madrid, el destino que atrapa a los amantes del golf
Embocar el ‘putt’ con el Monasterio de San Lorenzo del Escorial ante los ojos. Mejorar un ‘swing’ por la mañana, horas antes de disfrutar de un musical o de una jornada de compras. Bajar del avión y saber que el campo (hay casi 30) espera a pocos kilómetros del hotel, a minutos de la ciudad. Son tantos los motivos para viajar a la Comunidad de Madrid y jugar al golf que casi cuesta enumerarlos
Hay jugadores que son leyenda del deporte. Uno de ellos es Severiano Ballesteros (1957-2011), referencia indiscutible del golf. Y, contrariamente a lo que se cree, no todo su palmarés engordó fuera de España: en Madrid, por ejemplo, obtuvo su último triunfo en el European Tour. Aquel mes de mayo de 1995, Ballesteros se alzó con su tercer Open de España, que se disputó en el Club de Campo Villa de Madrid. Hasta 20.000 aficionados, un récord en aquella época, vieron en directo cómo el último birdie de Seve en el hoyo 18 selló su victoria por dos golpes. “La bola parecía tener vida propia”, confesó más tarde el cántabro. Fue la última victoria individual de un nombre inigualable en la historia del golf, cuyo legado aún perdura tantos años después de su muerte.
He jugado muchas veces en el Club de Campo Villa de Madrid, tanto de adolescente con mi padre como en torneos oficiales del calendario ‘amateur’ y también como profesional, y sólo tengo buenos recuerdosJon Rahm, mejor jugador actual de golf español
De hecho, el propio Ballesteros diseñó parte del recorrido de este campo en los años 90 del siglo pasado. “He jugado muchas veces en el Club de Campo Villa de Madrid, tanto de adolescente con mi padre como en torneos oficiales del calendario amateur y también como profesional, y sólo tengo buenos recuerdos”, ha manifestado en más de una ocasión Jon Rahm, emblema actual del golf español y fan incondicional de Seve. “Siempre es un placer volver y jugar ante el público español”.
Por varios de los más de 30 campos que se distribuyen a lo largo de la Comunidad de Madrid han pasado algunos de los grandes de un deporte que cada año atrae a miles de turistas hasta la región. A apenas 30 kilómetros de la capital se encuentran una veintena de campos de gran calidad, con recorridos para todos los niveles y gustos. Hasta diez de ellos se reparten en un radio de 15 kilómetros de la ciudad, lo que convierte a Madrid en la capital europea con más campos en los que practicar este deporte. “Es algo único y nos hace especiales en cuanto a resort de golf urbano en el mundo”, admite el gerente de la Asociación Campos de Golf de Madrid, Javier Gervás.
Lo habitual es que estas instalaciones se ubiquen en destinos vacacionales donde la oferta turística es muy limitada fuera de la temporada alta. Ocurre todo lo contrario en Madrid, donde después de pasar la mañana entre hoyos y greenes, es posible alargar el día con multitud de opciones de ocio que incluyen visitas a museos y experiencias culturales, una gastronomía que seduce a cualquier sibarita –28 restaurantes con estrella Michelin y tabernas en las que las tapas que entran por la vista–, compras por algunas de las tiendas más exclusivas de la ciudad o una marcha nocturna de fama mundial.
La excelente oferta hotelera de Madrid, con más de 40 hoteles de cinco estrellas y 85 de cuatro, muchos de ellos muy bien comunicados con los campos, y la amplia red aérea que conecta cada día su aeropuerto con viajeros procedentes de todo el planeta convierten a la región en el destino perfecto donde disfrutar de este deporte. Esta conexión con ciudades de toda Europa es la mejor del sur del continente. Por eso es habitual que cada año lleguen hasta aquí más turistas cuya principal motivación es jugar durante unos días al golf.
El tiempo acompaña (incluso en invierno)
El clima es otro factor que anima a los visitantes, cada vez más adictos a los greenes madrileños. Como predomina el buen tiempo, es posible practicar con los palos durante todo el año, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países europeos. Y a precios muy competitivos, tanto en los mismos campos de golf como con el resto de la oferta de turismo y ocio que despliega la región. Porque Madrid es capaz de mantener su identidad y valores propios mientras se erige como un destino de moda cada vez más atractivo para el público internacional.
“Madrid tiene algo especial que lo hace único. Una cultura espectacular, su gran riqueza histórica –el Palacio Real, los Jardines de Aranjuez, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, entre otros–, una gastronomía que enamora, un atractivo nocturno muy variado, grandes eventos deportivos, teatro, museos, compras…”, enumera Javier Gervás. Y, por supuesto, golf. Algunos de estos campos se hallan en ciudades y lugares que son Patrimonio de la Humanidad, como Alcalá de Henares, Aranjuez y San Lorenzo de Escorial. En este municipio se encuentra el Real Club de Golf La Herrería, rodeado de un paisaje idílico. Recorrer sus hoyos mientras se golpea la bola con el impresionante monasterio que mandó levantar Felipe II como telón de fondo es una experiencia única.
Hasta 10 campos se reparten en un radio de 15 kilómetros de la ciudad, lo que convierte a Madrid en la capital europea con más campos en los que practicar este deporte. Es algo único y nos hace especiales en cuanto a ‘resort’ de golf urbano en el mundoJavier Gervás, gerente de la Asociación Campos de Golf de Madrid
Además, jugadores legendarios y diseñadores de renombre a nivel mundial como Jack Nicklaus, Seve Ballesteros, Robert Von Hagge, José María Olazábal y Javier Arana, entre otros, han dejado en Madrid un gran legado en forma de diseños en recorridos que se han asentado en el calendario de los torneos internacionales.
Los mejores jugadores del mundo han disfrutado en la región (aún lo hacen) de unas condiciones de juego inmejorables. “Los campos madrileños también han albergado grandes campeonatos internacionales del circuito europeo masculino y femenino, y una Copa del Mundo”, recuerda Gervás. Y en siete de ellos se han celebrado pruebas del DP World Tour. Instalaciones de primer nivel, en las que incluso es posible celebrar convenciones y congresos de empresas, en un destino que lo tiene todo para pasar unos días inolvidables entre putt y putt.