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Parques que reactivan el pulso a la biodiversidad

La recreación de ecosistemas amenazados en los Bioparc permite un contacto directo con la biodiversidad en riesgo. Elefantes entre baobabs y ritos de apareamiento entre flamencos son algunas de las insólitas escenas que se pueden observar, sin barreras visuales, como primer paso para respetar la naturaleza.

'Makena' cumple seis meses y comienza a explorar el bosque de baobabs y el lago de los elefantes de Bioparc Valencia, donde nació.

¿Qué tienen en común el primer bebé gorila andaluz, una cría de elefante y un pequeño orangután de Borneo? Todos ellos han nacido en alguno de los tres Bioparc que existen en España, cuando sus respectivas especies se encuentran en peligro de extinción, convirtiéndose en símbolo de esperanza y resiliencia medioambiental.

El 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Biodiversidad, establecido por Naciones Unidas para recordar que la supervivencia humana depende del respeto, recuperación y conservación de los espacios naturales. Y ese es precisamente el hilo conductor de los tres parques ⎯Bioparc Valencia, Bioparc Fuengirola (Málaga) y Bioparc Acuario de Gijón (Asturias)⎯, que representan una propuesta de ocio “con causa”. Como decía el ambientalista senegalés Baba Dioum: “Conservaremos solo lo que amemos, amaremos solo lo que entendamos y entenderemos solo lo que nos hayan enseñado”. Y gracias a la experiencia inmersiva de los visitantes en los ecosistemas recreados en los Bioparc, se puede conocer en primera persona la belleza natural del planeta y la biodiversidad que debe ser protegida.

En Bioparc Gijón se recuperan ejemplares de tortugas boba. Representan un buen ejemplo de la conservación 'in situ' y 'ex situ'.

Zooinmersión y recuperación de la biodiversidad

La propuesta de los Bioparc, única en España, supone un viaje a la naturaleza salvaje, con el objetivo de concienciar a la sociedad sobre la urgencia medioambiental y climática. Observar a los elefantes caminar entre baobabs, flamencos apareándose en el único humedal que existe este año en Málaga debido a la sequía o leones descansando al sol junto a las jirafas es posible gracias a la estudiada recreación de hábitats amenazados.

Además de la concienciación a través de la observación directa, el trabajo de preservación de la biodiversidad de los Bioparc sigue dos líneas de actuación: la conservación ex situ (en las instalaciones de los parques, con la reproducción y cría controladas de especies amenazadas) y la conservación in situ (en los hábitats naturales), a través del trabajo y financiación de la Fundación Bioparc.

Cada uno de los tres Bioparc de España se ha especializado en tareas de recuperación de especies en peligro de extinción que nacen y crecen en sus recintos, gracias al exhaustivo trabajo técnico y veterinario de sus programas de reproducción y cría, con el objetivo de mantener poblaciones viables genéticamente y sin problemas de endogamia. Así encontramos en el Bioparc de Fuengirola al pequeño gorila Ekan, que significa “mango” en senegalés, y fue el primero de su especie en nacer bajo el programa de conservación malagueño. Un año después y en el mismo parque llegaba al mundo Neo, la cuarta cría de orangután de Borneo que nace en Fuengirola, sin saber que la selva tropical de la que procede está a miles de kilómetros y en grave riesgo por la acción del ser humano.

Según los cálculos de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) solo quedan 104.700 ejemplares de orangutanes en el mundo. De hecho, el acelerado ritmo de destrucción de biodiversidad en las selvas tropicales ⎯causada por la deforestación indiscriminada para plantar pulpa de papel y aceite de palma, incendios forestales, degradación del terreno y sequías⎯ puede hacer que esta especie desaparezca en cinco décadas. La Fundación Bioparc, en colaboración con la asociación Borneo Nature Foundation, trabaja en la conservación in situ de los orangutanes en su hábitat natural, en Borneo, a través de la reforestación y concienciación de la población local, al mismo tiempo que contribuye a la protección de la especie, gracias a su exitoso programa de cría en Fuengirola. Este centro es también pionero en la reproducción de dragones de Komodo, de los que solo quedan 1.500 ejemplares en todo el mundo.

En Bioparc Fuengirola habita el gorila 'Ekan', el primero de su especie en nacer bajo el programa de conservación malagueño.

El Bioparc de Valencia participa en el Programa Europeo de Especies en Peligro (EPP), especializándose en recrear el hábitat y cubrir las necesidades de preservación del elefante africano, que en el siglo XIX sumaba 26 millones de ejemplares en el continente africano y hoy la caza furtiva y la esquilmación de su tierra ha reducido la especie a solo 350.000 elefantes. En ese contexto, además del trabajo de concienciación para la conservación de la biodiversidad, el Bioparc de Valencia ha optado por la compleja inseminación artificial de una de sus seis hembras. Después de una larga gestación de 22 meses bajo la atenta supervisión del equipo técnico del parque, en diciembre de 2022 nació la esperada Makena, que significa “la que es feliz” en el idioma Kikuyu de Kenia. Observar a esta cría de elefante cuidada por su madre y sus tías, descubriendo el funcionamiento de su propia trompa o caminando torpemente entre la majestuosidad de un bosque de baobabs es una experiencia que inspira el amor y compromiso con la naturaleza entre los visitantes.

En el valle de Nandoumary (entre Senegal y Gambia), la Fundación Bioparc desarrolla desde 2015 un proyecto de reforestación en colaboración con el Instituto Jane Goodall España

Otras especies en peligro de extinción que también se recuperan en el parque valenciano fruto de los programas internacionales de conservación en los que se participa son las gacelas Mhorr, que llegaron a estar extintas en la naturaleza y que se ha logrado reintroducir en diferentes áreas del norte de África. Gracias a la iniciativa del profesor José Antonio Valverde, que en los años 70 se empeñó en trasladar algunas de aquellas gacelas desde el Sáhara Español al Centro de Rescate de Fauna Sahariana (CRFS), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), hoy sobreviven 300 ejemplares de gacelas Mhorr, repartidos en diversas instituciones conservacionistas.

Compromiso con el agua

Los ecosistemas acuáticos, por su parte, son los protagonistas del Bioparc de Gijón, a través de un recorrido por 60 acuarios de agua dulce y salada, que recrean 12 ecosistemas, desde el Mar Cantábrico, Atlántico y Mediterráneo a los océanos Pacífico e Índico, el mar Caribe y grandes ríos y lagos africanos. En total, son cinco mil animales de 460 especies, entre los que destaca la difícil cría de corales de agua fría y tropicales, los tiburones toro, musola y gris, las rayas mosaico, los tiburones pintarroja o las tortugas boba.

Precisamente esta especie, las tortugas boba, representa un ejemplo de la conservación in situ y ex situ en dos Bioparc. Por una parte, este año se ha puesto en marcha el CRAMA (Centro de Recuperación de Animales Marinos de Asturias) Bioparc, con el objetivo de aprovechar sus instalaciones como punto de rescate de especies salvajes que aparezcan varadas en las playas asturianas y necesiten atención y recuperación hasta que puedan volver al mar. Por otra parte, un ejemplo de conservación activa en el entorno natural sucedió en el Bioparc de Fuengirola (Málaga), cuando recibió el aviso de 12 huevos de tortuga boba localizados en un nido que corría peligro en Algeciras (Cádiz). Después de 90 días de control exhaustivo e incubación artificial, el parque pudo devolver con éxito 12 ejemplares de esta tortuga a su entorno marino.

Dragones de Komodo, en Bioparc Fuengirola. Este centro es también pionero en la reproducción de esta especie, de la que solo quedan 1.500 ejemplares en todo el mundo.

Recuperación de hábitats originales

La reintroducción de especies en su hábitat natural responde al compromiso de los tres espacios Bioparc para conservar y devolver a la naturaleza lo que ofrece. Este es el caso, por ejemplo, del peculiar gallipato (‘ofegabous’, en valenciano), un anfibio catalogado como especie vulnerable que, después de nacer y crecer en cautividad en Valencia, es reintroducido de forma controlada en su hábitat natural.

Más allá de nuestras fronteras, concretamente en el valle de Nandoumary (entre Senegal y Gambia), la Fundación Bioparc desarrolla desde 2015 un proyecto de reforestación en colaboración con el Instituto Jane Goodall España. Es otro ejemplo de conservación sobre el terreno, que contrarresta los devastadores efectos de la tala forestal y la agricultura intensiva sobre la población de chimpancés occidentales, que no pueden moverse libremente por el deterioro del corredor ecológico que conectaba las distintas zonas naturales. La reforestación del valle, con variedades autóctonas cultivadas en viveros gestionados por la población local, ha permitido volver a crear un corredor verde que conecte a los distintos grupos de chimpancés, que necesitan ese desplazamiento e intercambio para recuperar la diversidad genética y devolver a la naturaleza el espacio que nunca debió perder.

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