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Cabañeros, donde reina lo natural

Recorrer al volante el bosque mediterráneo y los pueblos que envuelven este Parque Nacional. Adentrarse en su biodiversidad, con fauna y flora privilegiadas. Y, con suerte, disfrutar de los últimos días de un espectáculo único como la berrea del ciervo. Infinitas opciones en el corazón de Castilla-La Mancha

El bramido de los ciervos macho en la época de celo es uno de los principales atractivos del Parque en otoño.

Con la llegada del otoño, justo cuando comienzan a bajar las temperaturas y caen las primeras lluvias, algunos bosques y montes asisten a uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza: la berrea del ciervo. Se trata de un fenómeno auditivo único, un bramido atronador que rompe el silencio en la época de celo. Y uno de los mejores lugares para disfrutarlo es el Parque Nacional de Cabañeros, entre Toledo y Ciudad Real. Cada día, de mediados de septiembre a mediados de octubre –aproximadamente–, siempre a primera hora de la mañana o al anochecer, se repite el ritual: los ciervos macho, en una demostración de poderío, emiten unos estruendosos sonidos guturales para intentar adueñarse del territorio y atraer a las hembras. Ellas, mientras, observan cómo sus pretendientes se baten en duelo por el dominio de un harén.

No son las únicas observadoras. Viajeros y curiosos acuden a contemplar esta sobrecogedora experiencia, provistos de prismáticos. Pero las más de 40.000 hectáreas de espacio natural protegido en los Montes de Toledo ofrecen infinitas posibilidades. De las montañas a sus particulares rañas (ricas llanuras y dehesas sobre sedimentos milenarios de cuarcita y arcilla), hasta los tranquilos pueblos a su alrededor, sinónimo de desconexión y descanso en una paleta de envidiables colores.

De lo rural a lo natural

Hacer un road trip en coche, caravana o moto es una alternativa más que interesante para adentrarse en uno de los bosques mediterráneos mejor conservados de España y disfrutar al completo de su esencia natural y rural. Cabañeros se percibe en toda su grandeza a través de una ruta circular, con Ciudad Real como punto de partida.

Hacer un 'road trip' es una de las mejores opciones para recorrer las más de 40.000 hectáreas de este espacio natural protegido.

Este itinerario, al que se accede por la CM-412, tiene una primera parada cultural: Pueblonuevo del Bullaque y su Iglesia de San Bartolomé Apóstol, con el mural del ceramista Arcadi Blasco como atractivo. En dirección al primer acceso al Parque, a través del Centro de Visitantes de Casa Palillos, dos rutas senderistas permiten a los viajeros empaparse de la etnografía y botánica de Cabañeros, con un premio en la meta: las vistas privilegiadas de sus rañas. De ahí hasta el municipio de Alcoba, donde la Ruta de las Seis Fuentes o la Del Castillo de los Moros atesoran el paisaje otoñal en su máxima expresión.

En el corazón del bosque

Escoltada a izquierda y derecha por encinas y monte bajo de jara, romero, madroñeras, robles, quejigos y alcornoques, la ruta llega a Horcajo de los Montes, donde se tejían las alfombras que hoy revisten edificios tan insignes como el Teatro Real de Madrid. La aventura continúa rumbo a Retuerta, envuelta por un fondo de roble y jara. De camino, la Senda de la Cañada Real Segoviana, otro punto de acceso al Parque Nacional, brinda el privilegio de respirar a fondo en pleno bosque mediterráneo. A partir de aquí el paisaje se torna cada vez más montañoso, con bosque denso y más frecuentes zonas de ribera. Con él se llega casi al municipio de Navas de Estena, donde la geología acapara el protagonismo: la Ruta del Boquerón, paralela al río Estena, viaja al Paleozoico Inferior y el Cámbrico.

Cabañeros cuenta con uno de los bosques mediterráneos mejor conservados de España. El otoño es la mejor época del año para visitarlo.

Más allá del ‘road trip’

Al margen de los itinerarios en vehículo particular, Cabañeros ofrece experiencias a través de empresas locales que permiten adentrarse aún más en la biodiversidad y el encanto de sus bosques. De la magnética berrea, ya en sus últimos días, a rutas de senderismo, catas de vino o excursiones nocturnas en las que perderse bajo un cielo estrellado imponente.

El otoño es sin duda uno de los mejores momentos del año Cabañeros para observar su variada flora y fauna. Encinas, alcornoques y su sotobosque de jaras y brezos encabezan la diversidad de la flora mediterránea del Parque, que cuenta con cerca de mil especies vegetales catalogadas de plantas vasculares. En cuanto a su fauna, además de los ciervos y otros mamíferos como el jabalí o el corzo, se pueden encontrar hasta 198 especies de aves, como el águila real y la cigüeña negra, reptiles y anfibios. Nunca se había dado tanto uso a los prismáticos del maletero.

Centros de Visitantes para ponerse al día

Los Centros de Visitantes del Parque Nacional ayudan a ubicarse y a ponerse en marcha, sobre todo si el viaje se realiza con niños. En el de Santa Quiteria, por ejemplo, se puede visitar una exposición sobre los ecosistemas del Parque en un antiguo almacén de grano.
Hay otro en Horcajo de los Montes, donde ofrecen un recorrido por el Parque en cada una de las estaciones del año. Si lo que se quiere es conocer más de cerca el bosque de ribera, es obligatorio pasar por el Centro de Visitantes de Torre de Abraham. 
Otras paradas de interés son la localidad de Alcoba y su Museo Etnográfico y Retuerta del Bullaque con su Museo Municipal.

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