10 fotos
Escapadas

Los 10 pueblos más bonitos de Aragón según los lectores de EL PAÍS

De la muralla y los edificios de arcilla roja de Albarracín, modelo de conservación del patrimonio, a los paredones rocosos que abrigan el entramado urbano de Agüero, un recorrido por las localidades más pintorescas de la comunidad aragonesa

Ejemplo de la recuperación y defensa del patrimonio histórico, la localidad turolense, que apenas supera los 1.000 habitantes, encabezó la encuesta de los pueblos más bonitos de España que 'El Viajero' realizó entre los pasados días 28 de septiembre y 2 de octubre con motivo del 20º aniversario del suplemento de viajes de EL PAÍS.Iakov Filimonov (alamy)
Entre los muchos pueblos con encanto que quedan en Huesca destaca Aínsa, la capital del Sobrarbe, uno de los tres condados que dieron origen al reino de Aragón. Enclavada en un promontorio en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, Aínsa vivió momentos de esplendor hasta el siglo XVI como eje natural de los caminos pirenaicos.getty images
La colegiata románica de Santa María domina el paisaje de esta preservada villa medieval de la comarca del Somontano, encastillada en una peña junto al cañón del río Vero, en la sierra oscense de Guara.Andrea Comi (getty)
De su historia como villa fronteriza entre los reinos de Navarra y Aragón quedan vestigios como el castillo fortificado o la judería, el actual barrio alto. En Sos del Rey Católico nació en 1452 el rey Fernando II de Aragón. Sus casas de piedra, sus fachadas con sillares y escudos y sus ventanas góticas y renacentistas, con aleros de madera, sirvieron de escenario de la película ‘La Vaquilla’, de Luis García Berlanga, y de la serie 'La catedral del mar’.Alan Gardiner (alamy)
Algunos llaman a la comarca aragonesa del Matarraña “la Toscana española”, aunque las comparaciones sobran en esta tierra de olivos, almendros y villas medievales como Valderrobres y su imponente castillo, de estilo gótico aragonés.José A. Bernat (getty)
Entre casa y casa de Ansó se han dejado unos estrechos pasillos que se llaman arteas y constituyen una particularidad de este pueblo frontera con Francia y Navarra, con uno de los cascos urbanos mejor conservados del Pirineo aragonés. Un auténtico museo de arquitectura rural, con plazuelas y rincones que transportan al visitante décadas atrás. Por encima de las chimeneas sobresale la figura de la monumental iglesia de San Pedro (siglos XIII-XV).Ana Gaudes (getty)
Deslumbrante villa medieval que el progreso dejó arrinconada entre los pinos, nieves, barrancos y soledades de la sierra de Gúdar, en la esquina suroriental de Teruel. En el parque temático Región Ambarina, a dos kilómetros de Rubielos, se pueden ver insectos atrapados en la resina de árboles de hace más de 100 millones de años.
Los Mallos de Agüero, enormes formaciones de conglomerados modelados por la erosión, abrazan esta bonita localidad del Prepirineo desde la que la reina Berta (viuda de Pedro I de Aragón) gobernó a comienzos del siglo XII el llamado Reino de los Mallos, que se extendía por Murillo de Gállego, Marcuello, Ayerbe y Riglos.Helen Ross (getty)
A mediados de los años setenta, una pequeña colonia de artistas y escritores —entre ellos el chileno José Donoso y el poeta manchego Ángel Crespo— se instaló en este pueblo hermoso, áspero y duro de la comarca turolense de Matarraña.Íñigo Fernández de Pinedo (getty)
El río Ara divide los dos barrios, Santa Cruz y Los Porches, de este municipio del Sobrarbe, puerta de entrada al parque nacional de Ordesa y Monte Perdido por su vertiente oeste. Entre sus construcciones destaca la Casa del Valle, con su torre defensiva del siglo XVI que sirvió de cárcel.Maya Karkalicheva (getty)