19 fotos

20 experiencias muy hongkonesas

Del skyline futurista a la deliciosa comida callejera de sus mercados nocturnos, cómo disfrutar al máximo de la ciudad china

Bañado por las olas, es 'el lugar' para gozar de las vistas de Hong Kong: rascacielos geométricos que se elevan entre colinas color esmeralda y un puerto azul zafiro surcado por los barcos. Un buen sitio para empezar el paseo es la torre del Reloj de la antigua línea de ferrocarril Kowloon-Cantón, cerca del vestíbulo del Star Ferry. De ladrillo rojo y granito, es el símbolo de la era del vapor. Otra parada es el Museo de Arte, ahora cerrado por reformas, que ofrecerá un enorme espacio dedicado al arte contemporáneo hongkonés, antigüedades chinas y fotografías históricas. Un poco más adelante está la Avenida de las Estrellas, presidida por una escultura de bronce de Bruce Lee de 2,5 metros de alto.Bob Henry (Getty)
Para subir al pico Victoria hay que coger el Peak Tram (thepeak.com), el funicular más antiguo de Asia (tiene 125 años), que cubre el trayecto más antiguo y emocionante de Hong Kong: asciende directo hasta la cima y la Peak Tower, regalando vistas de postal de la ciudad y el puerto. Con 552 metros de altitud, el pico Victoria es el punto más elevado de la isla de Hong Kong, desde el que se contempla perfectamente la metrópolis, los bosques que la rodean y las posibles excursiones, fáciles pero espectaculares, a solo unos minutos de Central, la estación inferior. A unos 55 metros de estación superior se encuentra la antigua cabaña de verano del gobernador, cuyo jardines están abiertos al público.Ines Lee (Getty)
El arquitecto Norman Foster proyectó la sede del banco HSBC, uno de los iconos de Hong Kong, levantado en 1985. Cuando se terminó era el edificio más caro del mundo. Con 52 plantas, refleja el deseo del arquitecto de crear áreas de espacio público y privado. El edificio está repleto de ejemplos de feng shui (geomancia china). Por ejemplo, no hay ninguna estructura que bloquee las vistas a Victoria Harbour, ya que el agua se asocia a la prosperidad, y las escaleras mecánicas están construidas en ángulo con la entrada ya que los malos espíritus solo se desplazan en línea recta. Hay buenas vistas del edificio desde la terraza del bar Sevva (en la foto), al otro lado de la calle (www.sevva.hk).sevva.hk
El templo taoísta de Man Mo llama la atención por su historia y su ambiente humeante, perfumado por las varas de incienso que cuelgan del techo como setas invertidas. Es uno de los templos más antiguos de Hong Kong y está dedicado al dios literatura (Man) y al dios de la guerra (Mo). Construido por mercaderes chinos en 1847 durante la dinastía Qing, en el siglo XIX fue tribunal de justicia local: el Gobierno colonial aceptaba los juramentos realizados en este templo taoísta. A la derecha del altar principal hay varas de la fortuna: hay que tomar una, sacudirla despacio y después leer la buenaventura en el libro (en inglés). Al entrar hay que pasar por encima del umbral elevado de la puerta; ahuyenta a los malos espíritus.Patrick Foto (Getty)
Es uno de los parques más inusuales del mundo, con fuentes, un invernadero, estanques y cascadas artificiales, parque infantil y un jardín de taichí. A pesar de su artificiosidad es bonito, con rascacielos y montañas como telón de fondo. La estrella es el aviario, diseñado como una selva y con un puente de madera a 10 metros del suelo, entre las ramas de los árboles. Otra curiosidad es el Museo de Utensilios de Té Flagstaff House, en el antiguo hogar del comandante del ejército colonial. Es el edificio colonial más antiguo de Hong Kong que conserva su ubicación original (www.lcsd.gov.hk).jean pierre lescourret (Getty)
Es el mercado más animado de Hong Kong por su ambiente, olores y sabores. Hasta acoge actuaciones de ópera cantonesa. Aquí se vende de todo, mientras los adivinos atraen a sus clientes en carpas con poca luz. Para cenar hay que ir a Woo Sung St, o a la sección norte de Temple St, donde se puede comer de todo; de un bol de fideos a una tortilla de ostras al estilo Chiu Chow. Otra curiosidad son los locales para cantar. Surgieron hace 20 años como refugio de los músicos callejeros en días de lluvia. Son muy básicos: mesas, escenario, lucecitas de Navidad, un organista y un grupo de cantantes 'freelance' que acompañan a los clientes, entre piezas de ópera china y canciones clásicas en inglés. El mejor momento del mercado es de 19.00 a 22.00.Getty
Aunque no apostemos, asistir a una trepidante tarde de miércoles en este hipódromo urbano es una de las experiencias más intensas y auténticas de Hong Kong: las carreras de caballos son el deporte-espectáculo más popular de la ciudad. De septiembre a junio, el hipódromo bulle semanalmente con ocho carreras y un festival de comida y bebida. Una posibilidad interesante es apuntarse al Come Horse-racing Tour que se celebra durante las carreras. Dura cinco horas y media en las sesiones nocturnas y siete durante las carreras diurnas e incluye la recogida del viajero, la entrada al Jockey Club, un bufé y un circuito guiado por la zona de desfile y la meta (hkjc.com).Cristian Baitg (Getty)
Sin Sik Yuen (siksikyuen.org.hk) es un remolino sensorial de tejados y pilares, intrincadas celosías, puentes, flores e incienso. Se alzó en 1973 y a él acuden todas las clases sociales de Hong Kong, desde pensionistas hasta magnates, oficinistas y estudiantes. El recinto está dedicado a un sanador divinizado llamado Wong Tai Sinquien, del que cuentan que cuando era pastor convirtió rocas en ovejas. De hecho, todo el barrio lleva su nombre. Detrás del altar se encuentran los jardines de los buenos deseos, llenos de pabellones, puentes en zigzag y estanques de carpas. Unido al templo está el convento Chi LIn, reconstruido totalmente en madera sin un solo clavo (chilin.org).getty images
Es otro de los símbolos de Hong Kong: el gran buda sedente de bronce, exterior, más grande del mundo. Una impresionante figura que corona una colina de la isla de Lantau a más de 500 metros sobre el nivel del mar, y que es visible al llegar a Hong Kong en avión o desde Macao. Con 23 metros de altura, el Buda Tian Tan impresiona especialmente cuando se suben los 268 escalones que permiten verlo de cerca, así como las vistas que lo rodean. Pero la forma más espectacular de subir a la meseta es en el teleférico Ngng Ping 360, con un recorrido de 5,7 kilómetros sobre la bahía y los montes circundantes.Jake Wyman (Getty)
El bazar al aire libre entre Queen’s Road East y Johnston Road está lleno de compradores y vehículos aparcados. También hay muchos mercadillos en Cross St y Wan Chai Road, todos llenos de posibles oportunidades. En Tai Yuen St, por ejemplo, se venden peces dorados y ropa interior de abuelo, pero es más conocida por sus jugueterías antiguas. Spring Garden Lane y Wan Chai Road son una cueva del tesoro llena de puestos curiosos que venden de todo, desde especias a gadgets electrónicos.Gavin Hellier (Getty)
Los juncos, con sus velas rojas, son una de las imágenes más típicas de Hong Kong y del mar de China. Son una de las embarcaciones a vela más antiguas que se conocen y siguen en uso en muchas partes del Sudeste Asiático. Son estupendos para ver partes de la costa sur de la isla y se pueden contratar en el extremo este del paseo marítimo de Aberdeen (accesible desde la terminal de autobuses de Aberdeen por un paso peatonal subterráneo bajo Aberdeen Praya Road). Si solo queremos echar un vistazo al muelle, se puede tomar el pequeño ferri que cruza a la isla de Ap Lei Chau durante todo el día. Otra opción es coger el ferri gratuito que va al Jumbo Kingdom Floating Restaurant y volver.Yongyuan Dai (Getty)
En 1886 se fundó en el pueblo de Pok Fu Lam (en la foto) la Dairy Farm, primera granja láctea de Hong Kong, para proveer de leche fresca a la ciudad. Dio empleo a los habitantes de esta villa hongkonesa, y varias de sus estructuras, incluidos dormitorios y establos, todavía son visibles. La ONG Pok Fu Lam Village (wmf.org) organiza circuitos por la zona en cantonés así que se necesita intérprete. Hay que reservar plaza con un mes de antelación en su página de Facebook.Robert Francis (agefotostock)
En la península de Kowloon vive gente de muchas procedencias, sobre todo en Tsim Sha Tsui, lo que se traduce en opciones gastronómicas diversas. En las calles de Chungking Mansions se encuentran las mejores tiendas indias; en Kimberley St y Austin Avenue hay restaurantes y colmados coreanos; en las calles que rodean el mercado nocturno de Temple Street, en Yau Ma Tei (en la foto, el mercado de Jade), se sirven curris nepalíes, y en Kowloon City hay restaurantes y tiendas tailandesas muy auténticos.zeynepogan (Getty)
Los términos alojamiento económico y Hong Kong convergen en Chungking Mansions (CKM). Construido en 1961 en Nathan Road, es un laberinto de casas, pensiones, restaurantes indios, puestos de recuerdos y casas de cambio repartidas en cinco bloques de 17 plantas. Se estima que tiene unos 4.000 residentes y 10.000 visitantes diarios, y que a lo largo del año más de 120 nacionalidades diferentes cruzan sus puertas. Es divertido visitar CKM (en la foto) para disfrutar del ambiente e ir de compras; los colmados del sudeste asiático, las tiendas de bisutería y los restaurantes indios son muy recomendables.wak-kun (flickr)
Lan Kwai Fong (en la foto) y el Soho son las zonas nocturnas más frecuentadas por los famosos en Hong Kong. Aquí hay todo tipo de bares: para sibaritas del vino, amantes de los cócteles o de la cultura. Puestos a proponer, está el Stockton (stockton.com.hk), coctelería que evoca el ambiente de un club privado del Londres victoriano. El Tazmania Ballroom (tazmaniaballroom.com) saca mesas de pinpón los martes, jueves y sábados, y su código de vestimenta es de estilo glam-casual. En Kung Lee (Hollywood Road) se sirven infusiones de hierbas y jugo fresco de caña de azúcar de calidad desde 1948. Los locos años 60 nos reciben en el Tai Lung Fung, entre clientela bohemia y licores caseros. Y para probar cerveza local artesanal de barril está el Roundhouse Taproom (roundhouse.com.hk), con 25 variedades, algunas de edición limitada.Getty Images
En el barrio antiguo de Wan Chai abundan las ofertas para que los hongkonenses que trabajan duro recuperen la paz mental. Como Southorn Playground, un parque al que los ancianos van a jugar al ajedrez y los jóvenes a echar unas canastas, entre bailes hip-hop y trabajadores comiendo al aire libre. Otro rincón es el templo sij de Khalsa Diwan, que admite gente de cualquier casta, credo o rezo y ofrece comidas vegetarianas gratis (khalsadiwan.com). Y para finalizar, unos ricos y sencillos platos típicos chinos en los puestos de Gun Gei, el mercado de Bowrington Road (en la foto), que suele estar lleno.Jason Langley (Getty)
Nunca pensamos en playas cuando imaginamos Hong Kong, pero en la costa sur de la isla se suceden de oeste a este. La más famosa es Repulse Bay (en la foto). Sus colinas están salpicadas de residencias de lujo y se puede comer o tomar el té en el restaurante Verandah (therepulsebay.com), que emana nostalgia colonial. Hay playas más pequeñas, como Middle Bay, Shouth Bay o la de St. Stephen's, donde se ven muchas tablas de windsurf y kayaks. Cerca está el histórico campus de St. Stephen’s College, fundado en 1903, que durante la II Guerra Mundial fue un hospital de emergencia y más tarde un campo de concentración. Hoy se visita en circuito guiado de dos horas (ssc.edu.hk/ssctrail/eng).Melissa Tse (Getty)
Hong Kong acoge algunos de los mejores restaurantes del planeta, y no solo de cocina china u oriental; se pueden probar orejas de mar a la brasa, sashimi de langosta o las creaciones moleculares del último chef estrella. Entre los mejores restaurantes (caros pero siempre llenos) están Boss, cuya deliciosa cocina cantonesa luce especialmente en sus maravillosos dim sum de mediodía; las excepcionales sopas y platos al vapor de Sevent Son (seventhson.hk); la cocina moderna francesa de Serge et Le Phoque (solo para cenar) o la más clásica de Gaddi’s (en la foto), restaurante francés del hotel Península (peninsula.com), que abrió sus puertas tras la II Guerra Mundial. No perderse el dim sum con vistas al puerto de Lung King Heen (primer restaurante chino del mundo con tres estrellas Michelin) o la cocina italiana de Otto e Mezzo Bombana, también con tres estrellas.peninsula.com
Lo bueno de Hong Kong es que se come bien casi en cualquier sitio, desde los humildes puestos callejeros hasta los mejores hoteles. Especialmente famosos son los dim sum del City Hall Maxim’s Palace, cuyo espectacular surtido desfila en carritos, o los de la tetería Luk Yu Tea House, refugio de artistas y escritores que ya debatían aquí en los años 30 del siglo pasado. También los de Duddell’s (en la foto), que se maridan con champán entre obras de arte y su famosa terraza (duddells.co). Los presupuestos más limitados pueden disfrutar igualmente en cualquier Cha chaan tang (bar de té), restaurante típico hongkonés que ofrece tentempiés occidentales a precios muy baratos (como el famoso Australia Dairy Company), o en un Dai pai dong, puesto de comida ambulante al aire libre.duddells.co