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'Bistrots', bares y creperías

Un recorrido por restaurantes auténticamente parisienses

Un camarero en el restaurante parisiense Bouillon Chartier, que ocupa un enorme salón de época con predominio de espejos y lámparas entre mucha madera. Puede que los camareros de camisa blanca y chaleco y pajarita negros le sienten en la misma mesa que otros comensales. No se asuste, no es algo personal, es habitual. La carta es clásica y muy abundante.Daniel Mordzinski
La creperíe Josselin, en la Rue du Montparnasse, es auténticamente bretón. Para evitar discusiones y posteriores arrepentimientos se recomienda hacer el clásico: una crep salada y una dulce.Daniel Mordzinski
Comedor de Chez Janou, a pocos metros de la eterna plaza de los Vosgos. Tiene una de las terrazas más agradables, ideal para un tête à tête. Es de esos sitios en los que se pide la tarjeta y cuando se vuelve de París se recomienda con gusto.Daniel Mordzinski
Una fila de menús en Chez Janou, un restaurante divertido, soleado y provenzal en decoración y carta. Brindando con pastis o disfrutando de sus tapenades este local parisiense le hará sentirse como en el Luberon.Daniel Mordzinski
Terraza de La Mascotte, una brasserie selecta y legendaria. Toma el nombre de una ópera de Edmond Audan de 1880. La mascotte, según el diccionario, designa a una persona, objeto u animal que trae suerte. Es para ir a lo grande. Dese un homenaje.Daniel Mordzinski
Un plato lleno de ostras en La Mascotte. Los productos frescos llegan a este restaurante en el día desde las regiones más adecuadas: cerdo y charcutería de Cantal, carne de las vacas Aubrac, marisco del Atlántico.Daniel Mordzinski
Serge Alzira (en la fotografía) es de los chefs más simpáticos de París. Si le preguntas cuál es su concepto de restaurante ideal, tiene tres palabras: familiar, familiar, familiar. Viene de Lyon, claro.Daniel Mordzinski
Cubiertos sobre manteles individuales en el restaurante L’Opportun de París, abierto desde 1995, cuenta con un buen lote de partisanos que idolatran y recomiendan su carne. Su plato estrella es el entrecot madurado 27 días.Daniel Mordzinski
Philemon y Dominique, artífices del bar Le Baron Rouge de París, tientan con materias primas como las ostras, la charcutería fina y los buenos vinos. Tiene legión de seguidores. En su interior resisten toneles y grifos, un eterno suelo de azulejos y barra de zinc. Es verdaderamente entrañable.Daniel Mordzinski