Fin de semana

Conil, sostenible y salado

Playa, surf y raviolis de ventresca de atún en la localidad gaditana

Vista de Conil de la Frontera, Cádiz.GONZALO AZUMENDI

Para algunos es sinónimo de fiesta nocturna, pero Conil de la Frontera (Cádiz, 20.000 habitantes) es de las pocas localidades que aún atesoran las esencias del Atlántico andaluz. El perfil de casas impolutas que se contempla desde la playa sigue siendo casi el mismo que el que los domingueros se encontraban en los veranos de la década de 1970. El endiablado viento de Levante obró el milagro: ningún constructor quería arriesgarse cuando en la vecina costa de Málaga el dios Eolo no hacía de las suyas. El resultado es un conjunto de callejuelas sin desórdenes urbanísticos, extensos arenales con v...

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Para algunos es sinónimo de fiesta nocturna, pero Conil de la Frontera (Cádiz, 20.000 habitantes) es de las pocas localidades que aún atesoran las esencias del Atlántico andaluz. El perfil de casas impolutas que se contempla desde la playa sigue siendo casi el mismo que el que los domingueros se encontraban en los veranos de la década de 1970. El endiablado viento de Levante obró el milagro: ningún constructor quería arriesgarse cuando en la vecina costa de Málaga el dios Eolo no hacía de las suyas. El resultado es un conjunto de callejuelas sin desórdenes urbanísticos, extensos arenales con vegetación autóctona, acantilados protegidos, torres vigía como la de Castilnovo, en mitad de la playa, la de Cabo Roche y la del Puerco, patios andaluces reconvertidos en negocios y tapeo con productos típicos de su huerta y su mar. Aquí van cinco propuestas para entender la idiosincrasia de este rincón.

Paz entre las rocas

Hay arenales para todos los gustos. En el centro del pueblo se extiende la playa de Los Bateles, donde se juntan familias y pandillas de jóvenes. Un poco menos multitudinarias son las playas de El Chorrillo y La Fontanilla, por donde ya empiezan a erigirse los acantilados. Si se opta por una de estas dos, puede terminarse la jornada en el chiringuito Curro Jiménez, auténticamente demodé. El ocaso resulta espectacular desde el El Merendero, en el Parque de La Atalaya, donde en los días claros se divisa el perfil de África.

Si el viento sopla con ganas, lo mejor es resguardarse en la playa de La Fuente del Gallo o en algunacala como la del Aceite, antes del puerto pesquero, o las cinco de Roche (Cala del Tío Juan Medina, El Pato, El Frailecillo, El Áspero y Cala Encendida). A ellas se accede en coche o desde la rotonda principal del pueblo en el autobús urbano (Autobuses Gonzalo, 956 45 60 28).

 Atún sin duque

En la Edad Media se venía a Conil a por atún y a ver al duque de Medinasidonia. Hoy, uno de sus principales reclamos sigue siendo el llamado jamón ibérico del mar. La Almazara (calle de la Laguna, 5; 670 018 251) se ha alzado este año con el galardón al mejor plato innovador de la Ruta del Atún: Raviolis de ventresca de atún y puerros con esferificación natural de salicornia y aire de limón. Domingo Rodríguez, propietario del negocio define su filosofía: "Comida de siempre, con productos autóctonos del campo y el mar, pero con presencia de vanguardia. Nuestro lema, la tradición avanza”. Y los precios, asequibles. No hay que dejar de probar las albóndigas de corvina en salsa de puerros o el pulpo a la mostaza antigua. En Campito (calle de Pascual Junquera, 10) también apuestan por recetas con una vuelta de tuerca. La freiduría Los Hermanos (calle de La Virgen, 2), una freiduría mítica de bote en bote donde hay que pedir, representa la tradición gastronómica, con su montaíto de ijada de atún con tomate. Para algo más solemne están La Fontanilla (playa de la Fontanilla, 956 441 130) y El Rezón (Camino Hijuela del Ojo, 27; 956 442 755), el primero en la playa que lleva su nombre.

Mojito con flores

Las antiguas casas de vecinos con patios andaluces son un patrimonio abierto al público. Si quiere un desayuno en un entorno sugerente, diríjase al hotel Almadraba (calle de los Señores Curas, 4. 956 45 60 37), con un patio porticado y coqueto. Para empezar la noche, la mejor opción es La Tertulia (calle de Gabino Aranda, 12), con dos patios del siglo XVII con tiestos repletos de flores. La empinada calle de José Tomás Borrego (más conocida como la calle del Peñón) alberga pubs con patios traseros. La Luna es el más grande: al aire libre, con una planta para bailar y otra con mesas para relajarse y disfrutar de un enorme acuario con pirañas.

A dos ruedas

Un buen plan mañanero consiste en coger una bici y darse una vuelta por los acantilados y pinares que rodean el pueblo. Si no se dispone de una, se puede alquilar en Conil Rent (calle de Gonzalo Sánchez Fuentes, s/n. 956 44 15 36). Para esta ruta hay que tomar la carretera que conduce al puerto pesquero. Partiendo del muelle, hay varios senderos, como el de El Puerco, que pasa por grandes extensiones de enebros (arbustos en peligro de extinción) y por pinares (el Pinar de Roche tiene 689 kilómetros cuadrados). En el entorno del río Roche, una zona extrañamente húmeda donde crecen helechos, se encuentran más enebros y hasta el raro pez salinete o farfet andaluz. Conil es un punto de interés en la ruta de las aves migratorias entre Europa y África, así que no se olvide de mirar al cielo. Vuelan águilas calzadas, los cernícalos, las garcetas y los charranes.

Doblegar el viento

Existen pocos sitios mejores para practicar surf que Conil. En Oceano Surf (www.escueladesurf-conil.com/; 654 16 38 65) ofrecen cursos intensivos de cuatro horas al día, de lunes a viernes, en la playa de Los Bateles. El club ConilKayak (contacto, Silvio: 667 52 54 76) es una entidad sin ánimo de lucro que organiza actividades en piragua orientadas a la pesca y la observación de los espacios naturales. Ellos gestionan el alquiler de todo el material. Los paseos duran unas dos horas. En escuelas como Total Kitesurf (www.totalkitesurf.com/; 666 52 79 04), se puede aprender el otro deporte de moda, el kitesurf. Esta actividad resulta más aparatosa por la fuerza que requiere. Aun así, todas las tardes, la desembocadura del río Salado se llena de cometas de colores intentando doblegar el viento.

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» Torre de Guzmán. Plaza de Santa Catalina, s/n. Castillo de los siglos XIV y XV y primera construcción de Conil. Entrada gratuita.

» Antigua iglesia de Santa Catalina. Plaza de Santa Catalina. Construida en el siglo XV y reformada en el XIX, hoy es un centro cultural.

» Parroquia de Santa Catalina. Plaza de la Constitución, 1.

Dormir

» Hotel Almadraba (956 45 60 37; www.hotelalmadrabaconil.com). Calle de los Señores Curas, 4. Tres estrellas, 17 habitaciones, dos patios andaluces y terraza solarium. La habitación doble, a partir de 70 euros.

» Hostal Casa Alborada (956 44 39 11; www.alboradaconil.com). General Gabino Aranda, 5. Once habitaciones, patio y azotea. 80 euros.

» Alojamientos Hospital (956 44 07 07 y 610 01 24 40). Calle del Hospital, 5. Lofts con pequeño patio andaluz. 450 euros la semana.

Información

» Oficina de turismo de Conil (956 44 05 01).

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