Finura y gracia del verdejo
Un magnífico vino blanco de la singular verdejo que trae a la memoria la figura irrepetible de Antonio Sanz, hijo y nieto de viticultores, hombre sabio y discreto, providencial para la denominación de origen Rueda, donde las viejas cepas se aferran al terruño y reconocen y expresan como pocas el medio natural que la cobija. Pionero del vino de calidad en Castilla y León, se enfrentó con determinación a un estado de cosas lamentable, cuando en Rueda sus vinos no gozaban de aprecio y consideración comercial. Antonio Sanz demostró, con su inolvidable Palacio de Bornos Vendimia Seleccionada, que R...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Un magnífico vino blanco de la singular verdejo que trae a la memoria la figura irrepetible de Antonio Sanz, hijo y nieto de viticultores, hombre sabio y discreto, providencial para la denominación de origen Rueda, donde las viejas cepas se aferran al terruño y reconocen y expresan como pocas el medio natural que la cobija. Pionero del vino de calidad en Castilla y León, se enfrentó con determinación a un estado de cosas lamentable, cuando en Rueda sus vinos no gozaban de aprecio y consideración comercial. Antonio Sanz demostró, con su inolvidable Palacio de Bornos Vendimia Seleccionada, que Rueda era la zona de calidad que se suponía y que muchos intuían. Hoy nadie lo discute y sus blancos se encuentran entre los mejores de España.
PALACIO DE BORNOS, LA CAPRICHOSA 2010
Palacio de Bornos. Carretera de La Coruña, kilómetro 170,6. Rueda (Valladolid).
Teléfono: 983 86 81 16.
Internet: www.palaciodebornos.com. DO: Rueda.
Tipo: blanco joven, 13,5%.
Cepas: verdejo.
Precio: 8,90 euros.
Puntuación: 9,1/10.
Avatares de la vida, la bodega pasó por momentos difíciles, tanto en lo empresarial como en lo familiar, y ha terminado en manos del Grupo Vinícola Taninia (Señorío de Sarría, Guelbenzu, Palacio de Bornos, Toresanas y Vallebueno). Es de agradecer que los nuevos dueños hayan recuperado el espíritu fundacional de la bodega ?que se nutre del viñedo propio de 250 hectáreas con cepas muy viejas?, avanzando un paso más en la línea de calidad con este vino de finca.
Tiene intensidad frutal llena de finura y gracia, que se acompaña de notas frescas a hierbas aromáticas enriquecidas con recuerdos de terruño, que le imprimen carácter. El paladar resulta sabroso, expresivo, equilibrado y fresco, con elegante final de boca, donde el amargor propio de la variedad manifiesta su buena casta.