Cartas al director

El pueblo

El auge del nacionalismo ha devuelto el concepto de pueblo a la actualidad. Su invocación genera entusiasmo e ilusión tanto a personas de la derecha como de la izquierda. Pero en su nombre se pretende la uniformidad y el control de los individuos bajo las directrices de un líder carismático que, apoyado por el aparato de su partido, cercene y señale cualquier crítica. Por eso ha sido habitualmente utilizado por las dictaduras. Su uso viene bien para los momentos de lucha y confrontación, donde se necesita unidad y, por supuesto, un enemigo. Pero bajo su yugo, el debate, la divergencia y la crí...

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El auge del nacionalismo ha devuelto el concepto de pueblo a la actualidad. Su invocación genera entusiasmo e ilusión tanto a personas de la derecha como de la izquierda. Pero en su nombre se pretende la uniformidad y el control de los individuos bajo las directrices de un líder carismático que, apoyado por el aparato de su partido, cercene y señale cualquier crítica. Por eso ha sido habitualmente utilizado por las dictaduras. Su uso viene bien para los momentos de lucha y confrontación, donde se necesita unidad y, por supuesto, un enemigo. Pero bajo su yugo, el debate, la divergencia y la crítica quedan censurados.

Joaquín Gismero Brís. Torrejón de Ardoz (Madrid)

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