Renfe y el respeto
Escribo esto desde un tren de cercanías en Valencia. Su cumplimiento horario ha sido nulo: va con un retraso de más de 15 minutos. Es la norma, y al menos este no lo han anulado: otra rutina que se va imponiendo. Se incumplen horarios, se anulan trenes de cercanías dejando varados a los viajeros sin explicación alguna, con desdén y negligencia. Faltar al respeto es no cumplir con lo programado, y más cuando estas incidencias se reiteran. Los viajeros, calladamente, pagamos impuestos y, por supuesto, el billete. Y Renfe incumple. Algún responsable político habrá que se preocupe por estos ocho d...
Escribo esto desde un tren de cercanías en Valencia. Su cumplimiento horario ha sido nulo: va con un retraso de más de 15 minutos. Es la norma, y al menos este no lo han anulado: otra rutina que se va imponiendo. Se incumplen horarios, se anulan trenes de cercanías dejando varados a los viajeros sin explicación alguna, con desdén y negligencia. Faltar al respeto es no cumplir con lo programado, y más cuando estas incidencias se reiteran. Los viajeros, calladamente, pagamos impuestos y, por supuesto, el billete. Y Renfe incumple. Algún responsable político habrá que se preocupe por estos ocho de cada diez viajeros que a diario hacen uso de los trenes de cercanías. ¿O es que solo hablamos del AVE?
Joan V. Llàcer Mont. Valencia