Columna

El mayor de los peligros

En campaña es necesario conectar con los intereses y preocupaciones de la sociedad

Una urna electoral en un almacén de Sevilla. Alejandro Ruesga

Algo crucial para afrontar unas elecciones es saber de qué van, cuáles son los temas claves sobre los que deben versar las campañas, los programas, los eslogans y las propuestas que deben hacer y no hacer los líderes. Este asunto es algo en disputa que convierte cada precampaña en una pugna por ver quién consigue imponer el marco más afín a sus intereses. En España los partidos de la izquierda intentan que sean los temas sociales y los relacionados con el Estado de Bienestar, mientras los conservadores suelen estar encantados de situarse en un escenario de tensión territorial o identidad nacio...

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Algo crucial para afrontar unas elecciones es saber de qué van, cuáles son los temas claves sobre los que deben versar las campañas, los programas, los eslogans y las propuestas que deben hacer y no hacer los líderes. Este asunto es algo en disputa que convierte cada precampaña en una pugna por ver quién consigue imponer el marco más afín a sus intereses. En España los partidos de la izquierda intentan que sean los temas sociales y los relacionados con el Estado de Bienestar, mientras los conservadores suelen estar encantados de situarse en un escenario de tensión territorial o identidad nacional.

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El tema central de la campaña, además de hacer pivotar sobre él las propuestas y de invisibilizar otras cuestiones, tiene otro efecto que en este caso, además, es una de las grandes incógnitas. Se trata de la capacidad de movilizar al electorado propio y desmovilizar al contrario. En abril el miedo al auge de la extrema derecha y la derecha extremada provocó una participación extraordinaria del electorado progresista. Está por ver si la tensión territorial y el conflicto en y con Cataluña tiene ahora el mismo efecto entre los conservadores.

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Para establecer este marco de forma eficaz y hacerlo de manera favorable a cada cual, es necesario conectar con los intereses y preocupaciones de la sociedad española. Equivocarse en esto es el mayor de los peligros.

Ya en mayo distintos estudios alertaron de este desajuste. Los análisis de las cuestiones planteadas en la campaña de abril, según los titulares de los medios de comunicación, indicaban que el primer tema con mucha diferencia era la polémica en torno al conflicto en Cataluña, seguido de la discusión sobre los debates televisados. A muchísima distancia quedaban las preferencias de acuerdos entre partidos, la economía, las pensiones o las propuestas sobre Europa. Sin embargo, si luego se comparaba con los asuntos que más preocupaban a la sociedad española, según el CIS y según otros estudios, la diferencia era notable. El paro, los “políticos” y la corrupción, eran lo que más inquietaba a la opinión pública. Temas que, según los titulares, no fueron protagonistas de la campaña.

El mayor de los peligros que enfrentan los partidos es, una vez más, no ser capaces de romper las burbujas político–mediáticas y olvidarse de los intereses de la ciudadanía. Si bien el trabajo de campo del CIS se hizo antes de los disturbios en Cataluña y ese tema, sin duda, va a pesar en la campaña, conviene no olvidar aquellos asuntos que, según el CIS, son más preocupantes para la sociedad española. Por este orden: el paro, los políticos, los problemas económicos, la corrupción y la ingobernabilidad. Y los que más afectan a la vida de cada cual: el paro, los problemas económicos, las pensiones, la calidad en el empleo, y en quinto lugar los “políticos” y la “política”.

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