Cartas al director

El Jardín Botánico, usurpado

¿Se imagina usted, distinguido visitante del Museo del Prado, que le impidieran la entrada a la sala de Las meninas porque esta ha sido reservada, en horario de apertura al público, para un evento privado de carácter estrictamente comercial? ¿Puede concebir que en esta celebración se dispense alcohol alegremente y truene una música que haga de la visita al museo una experiencia dolorosa? ¿Se puede imaginar usted a Miguel Falomir, director del Prado, reconvertido en mánager de eventos? ¿Le cuesta? ¡Pues al tiempo! Este tipo de manifestaciones culturales tienen lugar ya en el Real Jardí...

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¿Se imagina usted, distinguido visitante del Museo del Prado, que le impidieran la entrada a la sala de Las meninas porque esta ha sido reservada, en horario de apertura al público, para un evento privado de carácter estrictamente comercial? ¿Puede concebir que en esta celebración se dispense alcohol alegremente y truene una música que haga de la visita al museo una experiencia dolorosa? ¿Se puede imaginar usted a Miguel Falomir, director del Prado, reconvertido en mánager de eventos? ¿Le cuesta? ¡Pues al tiempo! Este tipo de manifestaciones culturales tienen lugar ya en el Real Jardín Botánico de Madrid, dependiente, por cierto, del CSIC.

José Carlos Orellana Hernández. Colmenar Viejo (Madrid)

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