Cartas al director

Verónica no decide morir

En realidad, decidimos todos que debía morir. No solo sus compañeros o su expareja. Todos, en mayor o menor medida, tenemos una responsabilidad en casos como este. Con nuestra frivolidad ante la intimidad ajena infravaloramos el dolor que se pueda llegar a engendrar en el prójimo. Hay una fraudulenta moralidad que subestima a la víctima asfixiándola, mientras que no criminaliza a los instigadores con dureza. A Verónica la hemos empujado con nuestra habilidad para hacer daño. No debiste rendirte. Tenías que haber luchado contra los aborrecibles comportamientos de nuestra sociedad.

...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En realidad, decidimos todos que debía morir. No solo sus compañeros o su expareja. Todos, en mayor o menor medida, tenemos una responsabilidad en casos como este. Con nuestra frivolidad ante la intimidad ajena infravaloramos el dolor que se pueda llegar a engendrar en el prójimo. Hay una fraudulenta moralidad que subestima a la víctima asfixiándola, mientras que no criminaliza a los instigadores con dureza. A Verónica la hemos empujado con nuestra habilidad para hacer daño. No debiste rendirte. Tenías que haber luchado contra los aborrecibles comportamientos de nuestra sociedad.

Paula Martínez Mouzo

A Coruña

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En